Kahlo, Viva la vida, 1954 |
De vacaciones
Ay, con este calor no da ganas ni
de comer… ¿Qué tal una fruta?
Creo que tenemos sandías… Bien
fresquitas y calman la sed. Pura agua encerrada en una pulpa roja y costra
verde… ¿No te gustan las sandías? (Sí, conozco a varios…) Pues el verano es
pródigo en ricas frutas. ¡Hay para elegir!
Rivera, Sandías, 1957 |
A ver, ¿con qué empezamos? Con las sandías, naturalmente (te enseñé a pintarlas por aquí). Para esto, los especialistas son los mexicanos. Rivera aporta lo suyo: contundentes, enormes, apabullan con su sola presencia. Tamayo las reduce a su propia esencia: en un fondo rojo vibrante adivinamos por las formas de qué se trata.
Tamayo, Sandías, 1969 |
Frida Kahlo pintó estas sandías: fue su último cuadro. El dolor y la enfermedad pudo con ella; sin embargo, exclamó hasta el final “Viva la vida”. La fruta como símbolo del poderío de la naturaleza, del sol y la vida.
Botero, bueno, fiel a sí mismo las pinta bien rotundas, poderosas y hasta simpáticas: parece como si estuviesen sonriendo, ¿no?
Botero, Sandía, 1998 |
En el siglo XVIII tenemos a
Meléndez, gran pintor de bodegones, al que llamaban “el Chardin español” por
pintar cuadros con atmósferas semejantes a ese pintor francés. Es curioso que
las ubique en medio de un paisaje tormentoso, mientras ellas mismas están
iluminadas con una luz potente de mediodía. Fíjate cómo las dispone, en una composición
en diagonal, y con tanto detalle que podríamos ver cuántas tajadas ya se han
comido…
Meléndez, Sandías y manzanas en un paisaje, 1771 |
Si prefieres melones… (¡Qué rico!) Una cena liviana con melón y un buen jamón, ¿qué te parece? Si los prefieres, también tenemos a un Meléndez por ahí. Casi una calabaza (¡son de la familia!). Con estos cuadros podemos ver cómo se desarrolló la horticultura, cómo cambiaron en el tiempo las frutas que conocemos hoy.
Meléndez, Bodegón con melón y peras, 1770 |
Murillo, Niños comiendo uvas y melón, 1650 |
Si buscamos melones con no tanta pinta, mira el de Monet o el de Caillebotte.
Monet, Naturaleza muerta con melón, 1872 |
Los impresionistas no eran muy buenos que digamos con las naturalezas muertas
(salvo las flores…). (Si quieres ver uno más, mira el de Sánchez Cotán, pincha aquí.)
Caillebotte, Naturaleza muerta con melón y bol con higos, 1880 |
A ver… ¿qué otra fruta podríamos poner en la mesa hoy? Ah, sí, los melocotones (¿cómo los llamas tú? ¿Duraznos?). Complicados para pintar por la pelusilla que cubre su piel. Aquí tienes algunos de la Antigua Roma, ¿bien raros, no?
Melocotones y jarra de cristal, Herculano, sg. I d.C. |
Flegel, Melocotones, 1630 |
Los de Flegel (te conté algo de él por aquí) son soberbios: hasta les dejó las ramas…
Ah, no, espérate: éstos de Bravo son espectaculares.
Bravo, Melocotones, 1983, pastel |
Meléndez no se los iba a perder, aunque en esta obra el
protagonista es este tremendo racimo de uvas… Son los últimos melocotones, los
del otoño.
Meléndez, Melocotones, peras y uvas, sg. XVIII |
Cézanne también tiene que estar presente. ¿Cómo los prefieres? ¿Con cerezas?
Cézanne, Cerezas y melocotones, 1883 |
¿O con manzanas y peras?
Cézanne, Melocotones, manzanas, peras y uvas, 1879 |
Manet
también anda por aquí.
Manet, Fruta sobre una mesa, 1864 |
O'Keeffe, Melocotón y vaso, 1927 |
A O’Keeffe le bastó sólo con uno.
Warhol, Mitades de melocotón, 1962 |
¡Y no nos olvidemos de las ciruelas! Sencillas, simples y sin llamar la atención. En este frutero de van der Hamen conviven con cerezas.
van der Hamen, Plato con ciruelas y guindas, 1631 |
Meléndez (sí, otra vez) las sirve con pan y unas brevas.
Meléndez, Ciruelas, brevas y pan, sg. XVIII |
Pero Chardin ¡con pepinos! (¿te animarías con este maridaje?).
Chardin, Ciruelas, pepinos y vaso, 1730 |
O’Keeffe nos trae 2 clases de ciruelas.
O'Keeffe, Ciruelas, 1920 |
¿Y Laffon? Sólo 2 de ellas,
con ¿limones o manzanas? No lo sé. Sólo quiso mostrarnos el contraste de color entre
esas frutas.
Laffon, Bodegón de las ciruelas, 1994 |
¿Y tú? ¿Cuál elegirías?
Yo me quedo con todas: haré una
macedonia de frutas, ¡bien fresquita!
Estupenda selección, provoca una buena macedonia.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Ya lo creo!
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