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jueves, 12 de agosto de 2021

El picnic

 

Tissot, El picnic, 1886


De vacaciones

Me dio nostalgia. ¿Cuánto tiempo hace que no armamos un picnic? Solía organizarlos con los niños o con mis alumnos. Lo pasábamos super bien. Hasta tengo una cesta bien pertrechada (un regalo que me vino muy bien). Creo que ya es hora de desempolvarla y elegir un lindo entorno.

Este sentimiento ha sido plasmado en el arte muchísimas veces: compartir una tarde en medio de la naturaleza con un tentempié. ¿Por dónde empezamos? A ver…

Steen, El picnic, 1660

Por aquí tenemos uno de Steen,
¿te acuerdas? La familia sale a pasear y recupera fuerzas en la taberna al aire libre, un Biergarten… ¿La madre le da ¿cerveza? al niño? (1) El padre está limpiando un arenque, el perro está esperando ansioso… Más atrás hay un vendedor de pescado y camarones. ¿Qué te parece? ¿Vale como picnic si te sientas a una mesa?







Mira éste de Monet (lo vimos por aquí). Recién se han levantado de la mesa y nos han dejado panecillos, peras, melocotones, algo de vino y ¡el té! ¿Quién se ha olvidado la sombrilla y el sombrero? 

Monet, El almuerzo, 1873


Monet, El almuerzo sobre la hierba,
1866
¿Y éste? Es un cuadro raro, al que le falta la parte de la derecha. Nuestro pintor quiso emular a Manet, que había sido vilipendiado por su “Almuerzo sobre la hierba”. La obra iba a ser enorme, no estaba satisfecho y no lo terminó. Lleno de deudas, lo dejó en pago por su alquiler. El casero lo dejó enrollado en el granero y, cuando el artista fue a recuperarlo lo encontró todo enmohecido y lo cortó en 3 partes. El trozo de la derecha se ha perdido. En fin, Monet pone a sus amigos a posar (te lo conté por aquí) Aquí sí se han reunido en medio de la naturaleza. Hay panes, vino, frutas, pastel y ¡hasta un pollo asado! (¿Lo comerán con las manos o tendrán cubiertos?) No está mal, ¿no?






Los impresionistas amaban la naturaleza, disfrutar del aire libre…  y pintarlo todo. Mira estas obras de Renoir. Después de remar por el río, pasar el rato con las señoras en el restaurante… 

Renoir, El almuerzo de los remeros, 1881


Renoir, Final del almuerzo, 1879

Y una sobremesa más elegante al aire libre… Tiempo del café.












Mi preferido es “El picnic” de James Tissot, junto al Támesis. La chaperona hace la vista gorda, las señoritas y señoritos lo están pasando fenomenal. Está fresco y nos hemos llevado hasta el juego de té… No falta el fiambre, la fruta ni el budín inglés…

Cassatt, La taza de té,
1879

Si es por elegancia,
hay que buscar a Mary Cassatt, con su taza de té en el jardín…











¿Tea party? ¿Por qué no? Mira ésta de Miller, lleno de colorido.

Miller, Té de la tarde, 1910

Cucuel, Té en el parque, sg. XX

 Y éste de Cucuel: té, pasteles, fruta, un libro y amigas para conversar. ¿Qué más puedes pedir?











Estos señores de Botero no son tan elegantes, pero parece que lo han pasado super bien. Mucha fruta tropical, pan, zumo recién exprimido y embutidos… y luego, ¡echar una siestita en la hierba!

Botero, Picnic, 1989


¿Adónde nos vamos de picnic? Y si no has salido de vacaciones o ya has vuelto y te quedaron ganas de más, ¡busca un parque o un rinconcito en tu balcón!


 (1) Me acabo de enterar de que en esa época se daba cerveza a los niños, pues no les ocasionaba problemas intestinales como ocurría con el agua (que no era potable).



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