La gran confusión
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Tiepolo, L., El infante don Gabriel de Borbón, 1763
(pastel) |
Este artículo que te estoy escribiendo surgió en
una tarde de compras con una amiga. Teníamos varias cosas que hacer. Entramos a
un centro comercial; ella tenía que comprar un regalo para un bebé que estaba
por nacer pronto, así que fuimos directamente a la sección “Ropa infantil”.
Dimos muchas vueltas: ¿qué color comprarle? No sabíamos si era niño o niña.
Rosa, celeste: descartado. ¿Blanco? ¿Amarillo? Las perchitas estaban llenas de
ropa a todo color, ¡hasta morado! Menos negro, claro (te conté la simbología del negro aquí).
Íbamos de aquí para allá, sin decidirnos por nada,
y le comenté al pasar: “Pensar que en una época los niños se vestían de rosa y
las niñas, de celeste…” Mi amiga me miró extrañada y me dijo: “Quiero un post
sobre eso, me interesa”.
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Picasso, El niño con la paloma, 1901 |
Pues aquí vamos.
Da gusto ver esa ropa chiquitita y tan colorida.
Antes era todo muy aburrido, ¿no te parece? Pero si esto es posible es porque
tenemos buenas lavadoras, buenos detergentes y buenas telas. Y no siempre ha
sido así.
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Velázquez, El infante Felipe Próspero, 1659 |
Sin pañales desechables, el blanco era lo mejor: se
podía blanquear, refregar bien en el agua del río… El blanco era lo más apropiado
para los bebés. Durante mucho tiempo, niños y niñas usaron vestidos hasta los
6-7 años (hasta 1900 aprox.). No se hacía diferenciación de sexos; tampoco
existía el concepto de moda infantil. Era una cuestión de practicidad y de
comodidad. (Y no nos tendría que extrañar que los varones llevaran falda: ¿o
acaso las niñas no llevan pantalones hoy en día?) Las enfermedades se llevaban
a los niños a muy tierna edad y por eso se les agregaban amuletos que
ahuyentaran a la muerte. La ropa se cosía en casa e iba pasando de un hermano
al otro.
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Velázquez, Las Meninas, 1656 |
Después de esa edad adoptaban la moda de los padres
en tamaño mini (y estoy generalizando, porque el asunto no es tan así, pero no
te lo puedo explicar aquí). La infanta Margarita, pintada por Velázquez en Las Meninas, tenía en ese entonces 5
años y ya ves, la niña está con corsé y guardainfante. Y entonces, ¿de dónde
viene esto del rosa y del celeste?
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Duccio di Buoninsegna, Madonna con Niño,
sg. XIII |
A Cristo se lo representa con rojo y el azul se
reserva para la Virgen María. (Vimos esto aquí.) Cristo Niño, Cristo pequeñito,
necesita un rojo delicado y suave, o sea, rosa, y resulta un símbolo de su futura
y anunciada Pasión. Hay muchísimos ejemplos de esto. Entonces, siguiendo el
mismo criterio, a las niñas les correspondía el celeste, el azul de la Virgen
adaptado a ellas.
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Greenaway, La pequeña modelo, 1905
(acuarela) |
Al rojo se lo considera un color masculino, el
color de la guerra, de la sangre (lo vimos aquí) y muchos de los uniformes
militares eran de ese color. Y a los niños se los vestía como mini soldados,
como mini adultos; y si parecía un color demasiado agresivo para un infante,
entonces, rosa. Pero, si el niño había sido dedicado a la Virgen, se lo vestía
con detalles celestes.
Otro empujoncito a esto lo dieron los nuevos tintes
químicos, que permitían nuevos matices y más permanentes. Sin esto no hubiese
existido el Rococó ni María Antonieta…
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Tiepolo, El infante don Javier de Borbón, 1761
(pastel) |
Pero, claro, también hay excepciones y dependerá de
diversas circunstancias. En algunos lugares se usaban indistintamente,
manteniendo los suaves colores pasteles para todos los bebés. En este retrato
del infante don Javier, de Tiepolo, lleva azul celeste, pero, en su caso, se
debe a que es el color de los Borbones.
A fines del siglo XVIII el centro de la moda pasó a
Inglaterra. La Reina Victoria fue una gran “influencer” que imponía los looks
en toda Europa (hasta tal punto que fue la que impuso ¡el vestido de
novia en blanco!). En este retrato de Winterhalter puedes ver cómo su bebé Arturo lleva
rosa.
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Winterhalter, Reina Victoria con el Príncipe Arturo, sg. XIX |
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Winterhalter, Príncipe Eduardo Alberto
con traje de marinero, 1846 (acuarela) |
Pero entonces, ¿por qué se produjo el cambio del
azul para niños y rosa para niñas? Pueden existir varios factores, pero no hay
una explicación segura. Por un lado, la aparición de un tinte azul más barato y
resistente (mira este post) hizo que se lo adoptara para los uniformes, así que
terminó percibiéndose como masculino. Por otro lado, a mitad del sg. XIX los
niños comenzaron a vestirse de marinero: esta vez el “influencer” fue el príncipe
Eduardo Alberto, otro hijo de la reina Victoria. Pero también las niñas se
convirtieron en marineritas, sólo que con falda, así que en este caso el azul
no era privativo de los varones. Todavía no estaba fijada esa distinción tan
marcada entre el rosa y el celeste. En 1908 Jeanne Lanvin largó la primera
colección de moda infantil, afirmando así la diferenciación por sexos en la
ropa de esas edades. Pero hacia 1920, después de la 1ra Guerra Mundial,
aparecieron en las tiendas la ropa de niño celeste y rosa para las niñas y así
quedó. Y convengamos que esta distinción viene muy bien: ¿cuántas veces nos
habrán preguntado “qué es, niño o niña”, cuando la vestimenta no da pistas?
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Winterhalter, Reina Victoria con el príncipe
Eduardo Alberto y la princesa Victoria
Adelaida, sg XIX (La Reina tiene en sus
brazos a la princesa.)
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Las vueltas de la Historia: en los años 60 se
instauró la moda unisex; la ropa de los niños volvió a ser neutral, a causa de
la reacción del movimiento feminista. El rosa terminó siendo apartado del
espectro de colores de la moda infantil por ser discriminatorio. (Como nota
aparte: el color de este movimiento es el lila> rosa+celeste - o morado:
azul+rojo.) Y fíjate un detalle: una niña puede usar celeste, pero el niño,
¡jamás rosa!
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Van Dyck, Clelia Cattaneo, 1623 |
A mediados de los ‘80 las ecografías empezaron a
mostrarnos el sexo del bebé por adelantado, no hubo más que esperar a su
nacimiento; los padres volvieron a comprar colores identificatorios del sexo:
la ropita, el cochecito, la cuna con sus sabanitas… Por supuesto, desde el
punto de vista comercial es más rentable: si tu 2do hijo es niño, no podrá usar
la ropa rosa de la hermana mayor. Las fábricas de juguetes no se quedaron
atrás, así que no es raro ver pasillos de supermercado con juguetes para niños,
todos azules, o los de las niñas, todo en fucsia, que es una variante del rosa,
pero más visible y atrayente desde lejos. O sea, puro marketing, para que tu
vástago te arrastre como sea hasta esa estantería tan seductora.
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Rommey, Miss Juliana Willoughby, 1781 |
Para complicar más las cosas: actualmente sabemos
que los bebés distinguen colores fuertes y contrastantes. No verás juguetes
para bebés en colores pasteles, seguro. O sea: vestir a un bebé en colores
suaves es una proyección de lo que nosotros sentimos frente a ese pequeño ser
que llega a nuestras vidas. (Así es la moda: un espejo de lo que somos y
sentimos, de cómo queremos ser vistos, de cómo vivimos…)
Así que nuestra confusión tenía una poderosa e
histórica razón de ser. Te queda ahora ser tradicionalista y seguir con la
dicotomía “celeste para niños y rosa para niñas”, o bien, rebelarte y sumergir
al bebé en un universo de colores.
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Van Dyck, Los 3 hijos de Carlos I, 1635
(de izq. a der.: Carlos, María y Jacobo) |
Fuentes: Heller, E. Wie Farben auf Gefühl und Verstand wirken. München, Droemer V.,
2000
Paoletti, J.B. Pink and blue: Telling the boys from the girls in America.
Bloomington, Indiana University Press, 2012;
notas personales
gracias!!! excelente post!
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