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jueves, 14 de noviembre de 2024

¿Qué esconden?

 

Magritte, Los amantes, 1928


Te lo tengo que confesar: este artículo se me volvió una pesadilla. Y no por las imágenes que estás viendo por aquí.

Es un tema bastante complicado de explicar. Empecé pensando en lo que ocultan los velos, como extensión de lo que conversamos hace tiempo sobre las cortinas (lo tienes por aquí), pero se me fue de las manos.

Gracias al asesoramiento de una amiga lectora, creo que ya estoy en condiciones de contarte algo sobre el tema, aunque supongo que seguiré dándole vueltas.

Magritte, Los amantes, 1928


“Los amantes” de Magritte. Es un cuadro (o varios, mejor dicho) que impacta. No falta el alumno que me quiere analizarlo en algún ensayo. ¿Por qué? Es un cuadro misterioso, como todos los de Magritte (vimos algo de él por aquí). Como pasa con los surrealistas (y más con los “metafísicos”) nos muestra descontextualizaciones de objetos con las que inventa una nueva realidad. A veces, con trasfondos profundos; otras veces es inútil buscarle algún significado. Los títulos tampoco ayudan mucho: muchas veces son arbitrarios y no nos llevan a ninguna parte.

En cambio, en “Los amantes”, bueno, está claro, ¿no? Una pareja que se besa, pero oh, con las cabezas envueltas cuidadosamente en telas-velos. Sabemos quién es la mujer y quién el hombre por la ropa. ¿Quiénes son? ¿Por qué esas telas? La interpretación más fácil es decir que es un amor prohibido y que así ocultan su identidad. O sea, una máscara. O que es un amor imposible, porque hay una barrera que impide el contacto.

(Ya que estamos: este cuadro plantea otro problema, de tipo técnico. ¿Cuál es el primer plano del cuadro? ¿La tela? En Pintura hemos resuelto el primer plano y el fondo y aún queda pendiente saber qué hacemos con los planos medios.)

Cuentan que, cuando Magritte era adolescente, su madre se suicidó tirándose al río y vio cuando la sacaban, con la cabeza envuelta en su camisón. Él siempre negó la relación de esta trágica experiencia con estos cuadros, pero es llamativa la coincidencia. Si él, consciente o inconscientemente, está asociando la tela en la cabeza con la muerte de su madre, entonces ya no son velos, sino sudarios.

¿Es el miedo a descubrirse ante el otro, a sentirse vulnerable luego de esa revelación?

Nolde, Máscaras, 1911


Magritte pintó otros cuadros semejantes con cabezas veladas. P.ej., en “La historia central” la mujer se toca la garganta, como si se estuviese asfixiando. ¿Es una mano masculina en un cuerpo de mujer? La tuba, dicen, se asocia con el cuerpo femenino. ¿Y la maleta? ¿Un ataúd? ¿La maleta que cargamos con todos nuestros sueños, traumas, culpas?

Magritte, La historia central, 1927


Las cabezas veladas tampoco son cosa nueva. Tienen muchísima tradición en las culturas antiguas. El velo de la novia es algo que permanece entre nosotros desde tiempos inmemoriales. Claro que en este caso implica la pureza. A mí lo que más me llama la atención es cómo se interpreta este tema en la escultura. Hay que ser muy, pero muy bueno con el tallado del mármol para lograr esto. Te convencen de la transparencia de una tela, pero no, señores, ¡es piedra!

Strazza, La Virgen velada, 1850


Las máscaras también es un tema recurrente en Pintura. Sin ir más lejos, tienes las de  De Chirico, con sus típicas cabezas de maniquíes. ¿”Cabezas huecas”, como decía mi nonna? ¿Autómatas? Obviamente, la máscara remite al Carnaval, donde el anonimato permite rendirse ante los vicios, que serán enterrados en el Miércoles de Ceniza.

De Chirico, Las máscaras, 1974


Sin embargo, el uso de la máscara es mucho más antiguo. En la antigua Grecia, los actores, para interpretar a sus personajes, se colocaban una máscara. De paso, un dato curioso: la etimología de “persona”, en latín, significa que la voz del actor suena a través de la máscara. “Persona” equivaldría en esa primera instancia a “personaje”. Se me ocurren varias implicancias muy freudianas de esto (¡que no sé nada de Psicología!), pero mejor que no. Ghirlandaio (hijo) lo explica mejor con su “A cada uno su máscara”.

Ghirlandaio, R. Máscara "Lema: sua
cuique persona", 1510


Un caso raro es Ensor con sus máscaras. Cuentan que se inspiraba en las que vendía su madre en su tienda de regalos. Sus máscaras no ocultan la identidad, sino justamente al revés: revelan la personalidad del que la lleva. Juega con el ocultamiento que en realidad es desocultamiento.

Ensor, Máscaras mirando a una tortuga, 1894


En fin. El ocultamiento, como verás, se manifiesta en diversas formas. Pues, ¿qué son los filtros de Instagram? Y pensando en la relación de “Los amantes” de Magritte, ¿no pasa lo mismo cuando encaramos una relación a través de pantallas y mensajes de whatsapp?

Magritte, El hijo del hombre,
1964


Hace unos años pinté este cuadro. No era mi intención dejar un mensaje profundo ni nada por el estilo. Simplemente, vi estas máscaras en una tienda de Venecia, me planteé el desafío de pintar esos brillos y las texturas, dentro de mi serie de “Naturalezas quietas” sacadas de vidrieras/escaparates. Pero, claro, no son amigables. Esos ojos vacíos y negros dan temor; son así, qué le vas a hacer. Se me ocurrió ponerle como título “(Tus) Máscaras venecianas”. ¡Los problemas que me trajeron esos paréntesis con los curadores y galeristas en las exposiciones! Uno, directamente, no entendió a qué me refería y al final opté por cambiarle el título: menos problemas. Otra persona, un seguidor, hizo una exégesis de tipo psicoanalítica sobre mi elección de pintar esas máscaras. No lo podía creer. De un inocente paseo por Venecia y querer practicar brillo de oro, lentejuelas y cintas, pasé a tener estructuras mentales de miedo y no sé qué más.

Del Rosso, (Tus) Máscaras 
venecianas, 2018cristina


Para que veas todo lo que puede salir a partir de la interpretación de un cuadro. ¿No será que con “Los amantes” de Magritte pasa lo mismo que con las máscaras que vi en la tienda de souvenirs de Venecia? ¿No será que le estamos endilgando interpretaciones que nada que ver? ¿Qué te parece? (Hmm, no sé, Magritte era muy de significados ocultos…)

(Hoy me puse densa... )

Y gracias a Marcela, que con su profesionalidad de psicóloga y amante de la Pintura me ayudó a encontrarle la vuelta a estos cuadros de Magritte.

(Mi cuadro lo puedes ver en mi página web y en saatchiart.com)


Fuentes: Stoichita, V. La invención del cuadro. 

Barcelona. Ed. Del Serbal, 2000

Torczyner, H. René Magritte. Zeichen und Bilder. Köln, DuMont, 1988


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