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sábado, 23 de noviembre de 2024

Jardín privado







Jardín privado

Tercero en el ranking de la web. También otro puesto que se lo disputan varios, pero este "Jardín privado" tiene récord de permanencia. 

Me vas a decir: otro jardín, otras flores. Así es. Como me dijo alguien hace poco: "es que se te dan bien". Gracias.

Me gusta pintar flores, no te lo niego. Cada una tiene una personalidad propia y hay que conocerlas, observarlas, ver cómo crecen, dónde, cómo huelen. 

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Una vez que las comprendes, te sale fácil. Ya sé lo que estás pensando. Sale fácil, cuando tu mano está adiestrada. Llevo unos cuantos años en esto... Sale fácil, rápido, porque hay años y años de practicar y practicar. Como con el piano, por ejemplo, o con el salto en alto, si eres más de deporte. 

Este cuadro lo pinté pensando en una exposición de flores o de primavera, que después se concretó en 2014 (parece mentira: ¿este cuadro tiene 10 años ya????), en la Sala de Mixtos de la Ciudadela de Pamplona. Un entorno en que la piedra fría prevalece. La gente entraba a ver la expo y volvía a respirar, asombrada de verse envuelta entre tantas flores coloridas. No se lo esperaban. 

Hacía mucho tiempo que andaba dándole vueltas a la idea de pintar un jardín ficticio. Como los jarrones del Barroco holandés: ramos de flores que no son de la misma estación y que jamás estarían juntas en un florero (bueno, hoy en día... todo es posible). 

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En ese entonces tenía un jardincito que había diseñado yo con la pala y rastrillo y mucho ensayo-error. Tenía muchos rosales (unos 17...) y plantas de bulbos de todo tipo. Conocía muy bien los tiempos de floración de cada una. Y entonces, me inspiré en esas flores de mi jardín y fui armando el cuadro de a poco. Rosas en mayo (Hemisferio Norte, claro), narcisos en marzo, tulipanes y jacintos en abril-mayo y los iris, en junio-julio. Los geranios: casi todo el año. 

Así que el cuadro terminó siendo un jardín imaginario, un jardín marcado por el paso del tiempo.


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Como en el Barroco holandés, el fondo tenía que ser oscuro. Lo fui pintando a partir de la oscuridad, como en el Barroco, sin usar negro. Me hacía recordar a esos bordados (¿petit point?) con flores coloridas pero con fondo negro. Al fin y al cabo, bordar es pintar con hilos, ¿no?

En esa época no documentaba el proceso con fotos. Te muestro algunos fragmentos para que lo puedas contemplar más de cerca.

La imagen de este cuadro terminó formando parte de distintos objetos de diseño, desde pañuelos hasta tazas. Una empresa de Google me ofreció participar con mis cuadros y fue una muy buena experiencia, aunque cerró después de la pandemia. Ahora mismo los tienes en mi tienda de Zazzle aquí. 

Si quieres saber más sobre este "Jardín privado", lo puedes ver en mi web, pinchando aquí.
También lo tienes en mi página en SaatchiArt.

¿Te ha gustado? ¡Cuéntame qué te ha parecido!



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