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jueves, 21 de marzo de 2024

¿Foco o fuga?

 

De Chirico, Plaza de Italia con estatua ecuestre, 1936


 

No son lo mismo

Para uno, que lidia con las cuestiones técnicas de la Pintura a diario, hay cosas que nos parecen muy obvias y no nos damos cuenta de que para los que no están en esto no es así.

Cuando explico en mis clases la composición en los cuadros, tengo que hablar de perspectiva y sus diferentes tipos (hace mucho te lo conté por aquí). Y hay algo que ocurre con frecuencia: que se suele confundir el punto de fuga con un punto focal.

¿Te pasa a ti también?

Vamos por partes.

Punto de fuga. ¿Qué es? Bueno, cuando hablamos de perspectiva lineal, o sea, la geométrica (pues hay otros tipos más intuitivos, bah, sin uso de la regla…) decimos que las líneas paralelas se juntan en el horizonte en un punto que se llama “punto de fuga”.

Pissarro, Boulevard Montmartre, 1897


A ver, es algo que experimentamos a diario. Vamos en el bus o en el coche y vemos que las líneas del camino se funden en el horizonte. Nos lo tomamos de la manera más normal. Pues claro que así es. Pero también sabemos que esas líneas son paralelas, corren juntas y no tendrían por qué cruzarse allí adelante. Y, a medida que avanzamos, ese punto de cruce se va corriendo hacia adelante, junto con nosotros. Se va “fugando”, se escapa.

Esto ocurre con un tipo de perspectiva llamada “central”, es decir, con un único punto de fuga.

No es más que una ilusión óptica y la Pintura está llena de estos recursos. Ya hablamos muchas veces sobre que la Pintura es ilusión, es engaño para tus ojos. La Pintura es bidimensional, no tiene profundidad y los artistas nos las tenemos que arreglar para simularla.

La perspectiva central es un recurso (uno de los tantos) para destacar esa profundidad y el objeto que está al fondo. Los ojos del espectador se sentirán atraídos como por un imán hacia dicho objeto. Mira, p.ej., este cuadro de Caillebotte: se pone a pintar lo que ve desde la ventana de su cocina. O sea, los bordes del lienzo coinciden con el marco de la ventana. ¿Qué quiso destacar? Evidentemente, la puerta del muro que está ahí enfrente.

Caillebotte, El jardín de la cocina en Yerres, 1877


Otro ejemplo: este cuadro de Estes.

Estes, Williamsburg Bridge, 2006


Otro: “La Última Cena”, de Leonardo. Él construye el espacio interior con una red de líneas que confluyen en la cabeza de Cristo.

Leonardo, La Última Cena, 1495


Contrariamente, este cuadro de Sisley desconcierta. Simplemente, se puso a pintar el puente con una composición de perspectiva central (pintó a este puente desde distintos ángulos) sin pensar en el espectador (creo yo). ¿Adónde nos lleva con estas líneas? ¿Qué hay en el fondo? No lo sabemos.

Sisley, Debajo del puente de Hampton Court, 1874


Estes, 34th Street, Manhattan, 1982

Encontraríamos infinidad de ejemplos de este tipo de perspectiva, con calles, senderos, ríos… líneas rectas que se nos escapan hacia el horizonte.









Oye, pero ¿puede haber más de un punto de fuga? Claro que sí. Puede haber 2 ó 3. P.ej., cuando tienes frente a tus ojos no la fachada de la casa, sino las esquinas, los ángulos. Tienes dos puntos de fuga que surgen de las rectas de cada lado de la casa. El tejado, si es a dos aguas, tiene otro punto de fuga, esta vez, hacia arriba.

Caillebotte, Rue Halevy desde el 6to piso, 1878


Un caso raro, pero que puede darse, es si tienes un objeto, como p.ej., un cubo, visto desde abajo o desde arriba. Allí tendrás 3 puntos de fuga: los 2 de las caras laterales y un 3ro, para la cara inferior o superior.


Caillebotte, La Plaza de Europa, 1877


Te pongo como ejemplo estos dos cuadros de Caillebotte, con sus vistas de la ciudad. Nos parecen elementos muy forzados, casi antinaturales, por el enfoque que les da: investiga en tu entorno, en tu ciudad… Seguro que te encuentras con algo parecido.

¿Y el punto focal? Llamamos así a un objeto o elemento que está puesto a propósito para llamar la atención. Muchas veces coincide con el punto de fuga: p.ej., la cabeza del Cristo de Leonardo es el punto focal del cuadro. Pero la mayoría de las veces esto no ocurre así. P.ej. en este cuadro de de Hooch, que es una maravilla de la perspectiva, las figuras son el punto focal pero no tienen nada que ver con los puntos de fuga. Dicho sea de paso: ¡mira cómo va abriendo espacios sólo con este recurso!

De Hooch, La despensa, 1656


Si sigues las líneas del embaldosado, descubres que el punto de fuga está en el espacio oscuro de la izquierda, en el fondo. El pintor ha ubicado su caballete frente a esa abertura. Pero la niñita es el punto focal: está en el centro del cuadro y, a pesar de que las líneas nos inducen a mirar hacia el fondo izquierda, nuestros ojos primero la ven a ella.

En el “Lavatorio de los pies” de Tintoretto, las líneas del embaldosado terminan en un punto que el artista ubicó en el arco del fondo. Sin embargo, el punto focal es lo que está pasando a la derecha del cuadro, con Cristo como personaje principal del suceso representado. Lo sabemos porque originariamente este cuadro estaba ubicado en la pared lateral de la iglesia de San Marcuola en Venecia y los fieles lo veían desde abajo y de ese lado.

Tintoretto, El lavatorio de los pies, 1594


Otro ejemplo: observa tu salón. Tienes líneas de suelo, líneas del techo. ¿Dónde se cortan? Ése es tu punto de fuga, a la altura de tus ojos, que es donde siempre ubicamos el horizonte (estés sentado, parado, tirado en el suelo, siempre estará a la altura de tus ojos). Y si tienes en el sofá un cojín contrastante, ése es tu punto focal. Trata de identificar cuál es el punto focal en tu salón. Puede ser un cuadro llamativo, algún objeto de decoración o el televisor. 

(Imagen: milideas.net)


(Imagen: PInterest)

Uno más: líneas de perspectiva en un pasillo… y si pones algún objeto o cuadro en la pared del fondo: allí tienes punto focal y punto de fuga que coinciden.







(Imagen: westwingnow.es)



 Y el televisor no es el mejor foco de atención en un salón, pero, bueno, se hace lo que se puede.









En moda también se trabaja con puntos focales. Consiste en destacar lo que quieras en tu apariencia, en tu manera de presentarte, hacia dónde quieres que se centre la atención: tu aliado puede ser un bolso, un cinturón, un collar, la corbata…

¿Puede haber un cuadro sin punto de fuga? Sí. Lo que no puede faltar en el punto focal (o foco de atención): si falta, es porque no está bien hecho. El artista tiene la obligación de conducir tu mirada.

Caillebotte, Macizo de flores en el jardín de
Petit Gennevilliers, 1881



Con la perspectiva se pueden hacer juegos increíbles (fíjate en este artículo sobre la anamorfosis). Eso lo sabían muy bien los artistas del Barroco. Desde entonces, los artistas nos las ingeniamos para engañarte, aunque sea por un ratito.


Fuentes: Gombrich, E.H. Arte e ilusión, London, Phaidon, 2008;

Nerdinger, W. Elemente künstlerischer Gestaltung. München, Martin Lurz V., 1986;

Panofsky, E. La perspectiva como forma simbólica. Barcelona, Tusquets, 2010;

notas personales

 

 

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