De Chirico, Plaza de Italia con estatua ecuestre, 1936 |
No son lo mismo
Para uno, que lidia con las cuestiones técnicas de la Pintura a diario, hay
cosas que nos parecen muy obvias y no nos damos cuenta de que para los que no
están en esto no es así.
Cuando explico en mis clases la composición en los cuadros, tengo que
hablar de perspectiva y sus diferentes tipos (hace mucho te lo conté por aquí).
Y hay algo que ocurre con frecuencia: que se suele confundir el punto de fuga
con un punto focal.
¿Te pasa a ti también?
Vamos por partes.
Punto de fuga. ¿Qué es? Bueno, cuando hablamos de perspectiva lineal, o
sea, la geométrica (pues hay otros tipos más intuitivos, bah, sin uso de la
regla…) decimos que las líneas paralelas se juntan en el horizonte en un punto
que se llama “punto de fuga”.
Pissarro, Boulevard Montmartre, 1897
A ver, es algo que experimentamos a diario. Vamos en el bus o en el coche y
vemos que las líneas del camino se funden en el horizonte. Nos lo tomamos de la
manera más normal. Pues claro que así es. Pero también sabemos que esas líneas
son paralelas, corren juntas y no tendrían por qué cruzarse allí adelante. Y, a
medida que avanzamos, ese punto de cruce se va corriendo hacia adelante, junto
con nosotros. Se va “fugando”, se escapa.
Esto ocurre con un tipo de perspectiva llamada “central”, es decir, con un
único punto de fuga.
No es más que una ilusión óptica y la Pintura está llena de estos recursos.
Ya hablamos muchas veces sobre que la Pintura es ilusión, es engaño para tus
ojos. La Pintura es bidimensional, no tiene profundidad y los artistas nos las
tenemos que arreglar para simularla.
La perspectiva central es un recurso (uno de los tantos) para destacar esa
profundidad y el objeto que está al fondo. Los ojos del espectador se sentirán
atraídos como por un imán hacia dicho objeto. Mira, p.ej., este cuadro de
Caillebotte: se pone a pintar lo que ve desde la ventana de su cocina. O sea,
los bordes del lienzo coinciden con el marco de la ventana. ¿Qué quiso
destacar? Evidentemente, la puerta del muro que está ahí enfrente.
Caillebotte, El jardín de la cocina en Yerres, 1877 |
Otro ejemplo: este cuadro de Estes.
Estes, Williamsburg Bridge, 2006
Otro: “La Última Cena”, de Leonardo. Él construye el espacio interior con
una red de líneas que confluyen en la cabeza de Cristo.
Leonardo, La Última Cena, 1495
Contrariamente, este cuadro de Sisley desconcierta. Simplemente, se puso a
pintar el puente con una composición de perspectiva central (pintó a este
puente desde distintos ángulos) sin pensar en el espectador (creo yo). ¿Adónde
nos lleva con estas líneas? ¿Qué hay en el fondo? No lo sabemos.
Sisley, Debajo del puente de Hampton Court, 1874
Estes, 34th Street, Manhattan, 1982
Encontraríamos infinidad de ejemplos de este tipo de perspectiva, con
calles, senderos, ríos… líneas rectas que se nos escapan hacia el horizonte.
Oye, pero ¿puede haber más de un punto de fuga? Claro que sí. Puede haber 2
ó 3. P.ej., cuando tienes frente a tus ojos no la fachada de la casa, sino las
esquinas, los ángulos. Tienes dos puntos de fuga que surgen de las rectas de
cada lado de la casa. El tejado, si es a dos aguas, tiene otro punto de fuga,
esta vez, hacia arriba.
Caillebotte, Rue Halevy desde el 6to piso, 1878
Un caso raro, pero que puede darse, es si tienes un objeto, como p.ej., un
cubo, visto desde abajo o desde arriba. Allí tendrás 3 puntos de fuga: los 2 de
las caras laterales y un 3ro, para la cara inferior o superior.
Caillebotte, La Plaza de Europa, 1877
Te pongo como ejemplo estos dos cuadros de Caillebotte, con sus vistas de
la ciudad. Nos parecen elementos muy forzados, casi antinaturales, por el
enfoque que les da: investiga en tu entorno, en tu ciudad… Seguro que te
encuentras con algo parecido.
¿Y el punto focal? Llamamos así a un objeto o elemento que está puesto a
propósito para llamar la atención. Muchas veces coincide con el punto de fuga:
p.ej., la cabeza del Cristo de Leonardo es el punto focal del cuadro. Pero la
mayoría de las veces esto no ocurre así. P.ej. en este cuadro de de Hooch, que
es una maravilla de la perspectiva, las figuras son el punto focal pero no
tienen nada que ver con los puntos de fuga. Dicho sea de paso: ¡mira cómo va
abriendo espacios sólo con este recurso!
Si sigues las líneas del embaldosado, descubres que el punto de fuga está
en el espacio oscuro de la izquierda, en el fondo. El pintor ha ubicado su
caballete frente a esa abertura. Pero la niñita es el punto focal: está en el
centro del cuadro y, a pesar de que las líneas nos inducen a mirar hacia el
fondo izquierda, nuestros ojos primero la ven a ella.
En el “Lavatorio de los pies” de Tintoretto, las líneas del embaldosado
terminan en un punto que el artista ubicó en el arco del fondo. Sin embargo, el
punto focal es lo que está pasando a la derecha del cuadro, con Cristo como
personaje principal del suceso representado. Lo sabemos porque originariamente
este cuadro estaba ubicado en la pared lateral de la iglesia de San Marcuola en
Venecia y los fieles lo veían desde abajo y de ese lado.
Tintoretto, El lavatorio de los pies, 1594
Otro ejemplo: observa tu salón. Tienes líneas de suelo, líneas del techo. ¿Dónde se cortan? Ése es tu punto de fuga, a la altura de tus ojos, que es donde siempre ubicamos el horizonte (estés sentado, parado, tirado en el suelo, siempre estará a la altura de tus ojos). Y si tienes en el sofá un cojín contrastante, ése es tu punto focal. Trata de identificar cuál es el punto focal en tu salón. Puede ser un cuadro llamativo, algún objeto de decoración o el televisor.
(Imagen: PInterest)
Uno más: líneas de perspectiva en un pasillo… y si pones algún
objeto o cuadro en la pared del fondo: allí tienes punto focal y punto de fuga
que coinciden.
(Imagen: westwingnow.es) |
Y el televisor no es el mejor foco de atención en un salón,
pero, bueno, se hace lo que se puede.
En moda también se trabaja con puntos focales. Consiste en destacar lo que
quieras en tu apariencia, en tu manera de presentarte, hacia dónde quieres que
se centre la atención: tu aliado puede ser un bolso, un cinturón, un collar, la
corbata…
¿Puede haber un cuadro sin punto de fuga? Sí. Lo que no puede faltar en el punto focal (o foco de atención): si falta, es porque no está bien hecho. El artista tiene la obligación de conducir tu mirada.
Caillebotte, Macizo de flores en el jardín de
Petit Gennevilliers, 1881
Con la perspectiva se pueden hacer juegos increíbles (fíjate en este
artículo sobre la anamorfosis). Eso lo sabían muy bien los artistas del
Barroco. Desde entonces, los artistas nos las ingeniamos para engañarte, aunque
sea por un ratito.
Fuentes: Gombrich, E.H. Arte e ilusión, London, Phaidon, 2008;
Nerdinger, W. Elemente künstlerischer
Gestaltung. München, Martin Lurz V., 1986;
Panofsky, E. La perspectiva como
forma simbólica. Barcelona, Tusquets, 2010;
notas personales
Excelente, muy didáctico Cristina!
ResponderEliminarGracias, Tomás!
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