(Imagen: C. del Rosso) |
9 añitos han
pasado
Esta semana estamos de cumpleaños. El blog nació un 24 de abril de 2014. Me
parece increíble que hayan pasado tantos años desde aquel día en que comenzamos
esta aventura. Y 9 años de aguante, de fidelidad lectora… ¿cómo agradecértelo?
Somos muchos, la verdad, y de muchos lugares distintos, de uno y otro
continente. Ojalá pudiéramos reunirnos todos en torno a una mesa y soplar la
velita… A cambio, se me ocurrió lo siguiente: ¿te acuerdas del libro de recetas
de la familia Monet? (Te lo conté por aquí y por aquí.) Me propuse probar una
de esas recetas, ésta que te muestro aquí. ¡Que me puse a cocinar, sí!
Monet, El juego de té, 1876 |
Vale, es un blog de arte, así que hablemos de Monet y después te dejo la
receta abajo por si la quieres ensayar.
Monet había pasado mucha hambre. Renoir y él, al comienzo, no tenían ni un
duro para nada. Sobrevivían como podían. El padre de Monet le quitó la paga
cuando se enteró de que andaba con Camille y que encima la había dejado
embarazada. Bazille los ayudaba de todas las maneras posibles, comprándoles
cuadros, compartía con ellos su taller. Cuando conseguían un poco de dinero
compraban lentejas, pagaban a la modelo y la calefacción (para que ella no
tuviera frío) y, cuando se acaban las lentejas, seguían con los garbanzos. De
vez en cuando caía una invitación a cenar y así variaban la dieta.
Pero, cuando Monet comenzó a vender muy bien sus obras, ya no tenía sentido
privarse de nada con las comidas y, no sé si fue por revancha por tantos años
de miseria, desquite con el destino o simplemente por tener un paladar
exquisito, la comida pasó a tener mucha importancia en su vida y en la de su
familia. Para eso tenía a una gran cocinera, Marguerite, a sus 2 ayudantes y a
su señora, Alice, que organizaba todo el servicio y provisiones.
(Imagen: Fondation Claude Monet) |
Monet recibía a muchísima gente en Giverny. Todos querían verlo. Él no
rechazaba a nadie, sabiendo que cualquiera de sus visitantes podía ser un
eventual coleccionista. Pero, ¡ay de que lo sacaran de su rutina de trabajo!
Había que llegar con el aviso correspondiente y respetar a rajatabla los
horarios del maestro. Alice era la perfecta anfitriona: decoraba las mesas
según la personalidad, ocupación o nacionalidad del invitado; trataba de que el
menú fuera acorde con sus costumbres. Ponía su mejor mantel (amarillo, como
todo el comedor), su vajilla con borde amarillo y azul y un gran centro de mesa
con flores.
(Imagen: Fondation Claude Monet) |
Pactaba el menú semanal con su marido. Los ingredientes los tenía muy a
mano: huevos frescos del gallinero, verduras y frutas de la huerta, pollos y
gansos de la granja y peces del arroyo, pescados por los niños. Tenían café,
quesos, aceite de oliva, especies, tés importados. Los sábados ella iba al
pueblo a hacer la compra, en el auto, con su chofer. Todos los días el
mayordomo traía del pueblo el diario y el pan.
Monet, de adonde iba, se traía una receta. En los viajes comían siempre en un
restaurante diferente para poder copiar los platos. Y, por supuesto, en el
libro de cocina de la familia hay recetas prestadas gentilmente por los amigos.
En Giverny la cocina tenía todos los adelantos técnicos, desde una nevera,
la máquina de picar carne y la de hacer helados (el preferido de Monet: el de
plátano). Decorada con azulejos azules, ya quisiera uno poder cocinar allí… con
todas esas sartenes y ollas de cobre… Encanto puro.
(Imagen: Fondation Claude Monet) |
Como te conté la otra vez, Monet se levantaba muy temprano. Revisaba el
pronóstico del tiempo para ese día (tenía un barómetro en su habitación) y, si
el clima era propicio, salía a pintar. Antes, tomaba un baño caliente y desayunaba
copiosamente: té, pan con mantequilla y mermelada, tocino, huevos, quesos y
salchichas.
La comida era a las 11.30, para poder aprovechar las horas de luz para
pintar. Cenaban a las 19, porque él se acostaba temprano, a las 21.30, para
estar fresco al día siguiente y poder seguir trabajando. Por esta razón, no te
invitaban nunca a cenar, sino a comer.
(Imagen: Fondation Claude Monet) |
Eso significaba que Marguerite debía empezar bien temprano a preparar el
almuerzo. Monet mismo elegía en la huerta las verduras el día anterior. El
plato principal podía ser carne, ave o pescado, una guarnición caliente, una
ensalada y el postre (todos los días), más la torta para el té. La cena era más
liviana: sopa siempre y algo con huevos o queso, p.ej., un suflé; el plato
principal con su ensalada y postre, sólo si había quedado del mediodía. El
postre podía ser una compota de ciruelas, cerezas o peras en almíbar, servido
con galletas o bizcocho, o una tarta de frutas. Después de la comida, solían
tomar café en la sala de estar y se les ofrecía a las visitas el licor de
ciruelas casero. Monet no era muy conocedor de vinos, aunque lo disfrutaba;
tenían su propia cava que cuidaba uno de sus empleados.
(Imagen: Fondation Claude Monet) |
Adoptaron la costumbre de tomar el té gracias a sus viajes a Londres. Si el
clima era bueno, lo tomaban en el jardín (¿te imaginas tomar el té en ese
jardín tan soberbio?). Por supuesto, con scones, bien a la inglesa, cookies
y alguna torta.
Monet, El almuerzo, 1873 |
Los eventos más importantes que celebraban eran el santo de Monet (el 6 de
junio), su cumpleaños (14 de noviembre) y, por supuesto, Navidad y Año Nuevo. El
menú de cumpleaños consistía en perdiz con frutos rojos, que era presentada a
Monet ya asada: él la salaba, le sacaba las menudencias y se las comía untadas
en un pan. Luego se servía bacalao o turbot y su postre preferido, la torta vert-vert,
que era un bizcocho de pistachos, con colorante verde, y una cubierta de
fondant también verde. Las ensaladas variaban según la estación; sus
preferidas: las alcachofas y los espárragos.
En cambio, para Navidad, se juntaban al mediodía, para respetar los
horarios del pintor y tiraban la casa por la ventana. (El menú te lo cuento en
diciembre…)
¿Qué te parece? Demasiada comida, ¿no? Y no faltaba nada de nada.
Ingredientes frescos, comida casera, aunque bien contundente.
Monet, Naturaleza muerta con melón, 1872 |
Te dejo la receta de nuestra torta de cumpleaños. Lástima que no
puedo compartirla contigo, ¿te dejo un trocito?
¡Gracias por acompañarnos durante tantos años!
Aquí te dejo la receta:
“Torta de frutas sabrosa
Torta
Para 8 porciones
3 cucharadas de mantequilla sin sal
3 cucharadas de azúcar
2 huevos
2 cucharadas de rum
1 taza de fruta confitada, picada
1 ¼ taza de harina
Enmantequillar un molde de budín de 20 cm. Precalentar el horno a 170º.
Derretir la mantequilla a Baño María o en doble olla. Sacar el bol del fuego y
batir con el azúcar. Agregar los huevos de uno en uno, batiendo bien después de
cada adición. Añadir el rum y la fruta confitada. Ir mezclando de a poco la
harina. Poner la mezcla en el molde y hornear por lo menos 20 minutos o hasta
que, si insertas un cuchillo en el centro, éste sale limpio.”
Esta receta está en el recetario familiar de los Monet. Es un budín inglés, seguramente traída de sus viajes a Londres. Me llamó la atención que no tuviera polvo de hornear y yo se lo agregué. A mi modo de ver o es mucha cantidad de harina o le falta mantequilla. Yo le incorporaría de a poco la harina hasta lograr la consistencia deseada. Tuve que dejarla en el horno 20' más. (La receta lleva la temperatura del horno en grados Fahrenheit)
Si pruebas esta receta, ¡mándame foto!
¡Feliz cumpleaños para todos los amigos lectores del blog!
Fuente: Todd, P. The impressionists at home. Londres, Thames & Hudson, 2005
Joyes,
C. Monet’s table. New York, Simon
& Schuster, 1989
Receta:
Joyes, pág. 179, traducción: C.del Rosso
Excelente Cristina, y muy atractiva la propuesta culinaria! Que sigan muchos años más de blog!. Tomás H
ResponderEliminarGracias, Tomás! Espero que se animen a probar la receta!
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