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jueves, 9 de febrero de 2023

Mira siempre detrás de la puerta

 

de Kooning, Mujer Ocre, 1955


El de Kooning recuperado después de 32 años


Te lo digo siempre: hay cuadros con historias increíbles. Un cuadro puede contar una historia, ésa que el artista quiso trasmitir (o una emoción, una visión, da igual), pero otra cosa son las que surgen una vez que la obra deja el taller del artista. Y así comienza a tejer su propia vida…

La obra que te traigo hoy es ésta de aquí arriba: Mujer Ocre, de Willem de Kooning, de 1955. Está pintada al óleo, en un formato de 100 x 76 cm, grande, aunque no gigantesca. (Las fotos disponibles son de muy baja resolución.)

Si no estás familiarizado con la trayectoria de este autor, me dirás que es feo, que si esto es arte, etc., etc. En esto de gustos, mejor no discutir. Si te gusta este tipo de arte, bien; y si no, también está bien. Otra cosa es saber si es buen arte o no.

De Kooning, Mujer III, 1955

Willem de Kooning
es uno de los artistas del Expresionismo Abstracto
(te lo expliqué por aquí). Expresionista por el tipo de pincelada emotiva, no descriptiva del modelo, gestual… Y abstracto… no tanto. Era holandés; había emigrado a USA en 1926 como polizonte en un barco (así como te lo digo). De a poco, y luchando mucho, se abrió paso en el ambiente artístico americano. En 1959 alcanzó la fama, vendía muy bien y al fin podía llegar a fin de mes.







Conste que de Kooning tenía una formación artística muy sólida y que sabía dibujar y pintar como los grandes maestros. Había algo en él que lo impulsaba a destruir lo que pintaba. Un cuadro como éste puede parecer que lo pintó en un rato. Pero no: cuando te acercas, lo contemplas, ahí te das cuenta de que lo que parece espontáneo ha sido trabajado durante mucho tiempo y con un plan. En realidad, tardó casi 2 años en pintarlo e hizo muchos bocetos en papel.

De Kooning, Un árbol en Nápoles, 
1960

Al principio, comenzó a pintar a la manera surrealista
, influido por Ernst (también emigrado a USA; lo vimos por aquí); después, con la movida del Expresionismo Abstracto, y viendo lo que hacían Pollock y Kline, cambió su manera de pintar. En sus últimos años se volvió más abstracto. Una vez Pollock le recriminó (en medio de una borrachera: rara vez estos 2 personajes estaban sobrios) que era un traidor porque seguía pintando figuras. Y sí, su serie Mujeres no son abstractas, en el sentido estricto.






En fin, estas mujeres son bien horribles. Desproporcionadas, feas, con colores neutros, ojos saltones que dan miedo… Dicen que representaba a su madre, que lo abandonó una y otra vez, que lo consideraba un estorbo, que era violenta con él… Él se justificaba con que era una investigación sobre la figura humana, que son como las estatuillas femeninas prehistóricas, las Venus primigenias…

De Kooning, Mujer II, 1952
(Imagen: Royal Academy of
Art)

La serie consta de 6 obras,
pintadas entre 1950-55. Mujer Ocre estuvo expuesta en la galería Martha Jackson de Nueva York, durante 2 años, junto con otras 21 pinturas. El coleccionista Edward Gallagher la compró en 1957 y la donó (en total fueron unas 200 obras) para que fuera a formar parte de la colección del University Arizona Museum of Art (UAMA), Tucson. Puso la condición de que la totalidad de su donación no fuera vendida ni donada.








Y aquí comienza la 2da vida de Mujer Ocre.

El museo la prestó para varias exposiciones. Era una de sus obras más preciadas. Pero el destino quiso otra cosa.


En la mañana del 29 de noviembre de 1985,
el día después de Acción de Gracias (¡Black Friday!), una pareja se presentó en las puertas del museo. Todavía no había abierto; eran las 9 de la mañana, hora de ingreso de los empleados. Era una señora mayor, con un abrigo rojo voluminoso y pañuelo en la cabeza (bueno, era pleno invierno) y un hombre de mediana edad con impermeable azul, barba, bigote y unas gafas con armazón bien grueso. El guardia los dejó entrar. La señora se puso a hablar con él mientras el hombre entraba rápidamente al museo y volvía a salir a los 15’. Se fueron los 2 en un auto rojo. Al guardia le extrañó que el hombre haya tardado tan poco tiempo en su visita y revisó las salas. El marco de la Mujer Ocre estaba vacío: la habían robado. El seguro pagó al museo unos 400000 dólares, según el valor del cuadro en esos momentos.


De Kooning, Dos figuras en un paisaje, 1967

Eran tiempos en los que los museos no tenían un gran aparataje de alarmas, sensores y circuitos cerrados de TV, como hoy en día. (Aunque, la verdad, a pesar de todos estos elementos de seguridad, igual siguen ocurriendo estas cosas…) Nadie fue arrestado y fue durante 32 años una de las pinturas más buscadas de la Historia, un gran misterio.

En agosto de 2017 apareció en una pequeña tienda de subastas de Nuevo México, Manzanita Ridge Furniture & Antiques, en Silver City. Los dueños, van Auker, Burns y Johnson, la habían comprado junto con el resto de muebles de una pareja de ancianos que habían muerto y cuyo sobrino necesitaba vaciar la casa para venderla. Le pagaron por todo 2000 dólares. Los anticuarios no le dieron mucha importancia al cuadro. Estaba colgado detrás de la puerta del dormitorio y sólo lo descubrieron cuando la cerraron al querer comprobar el estado de los cajones de una cómoda. Tenía un marco poco valioso. Expusieron la obra en su negocio, sin prestarle mucha atención. De pronto, iban apareciendo varios clientes que preguntaban si era un de Kooning. Incluso uno les ofreció 200000 dólares. Van Auker se puso a buscar en internet y ¡oh, sorpresa! la Mujer Ocre estaba en la lista de arte robado del FBI. Se pusieron en contacto con las autoridades; éstas les pidieron que no le sacaran la vista de encima, que lo sacara de la tienda. Van Auker se la llevó a su casa y no pegó ni un ojo toda esa noche.

(Imagen: arsmagazine.com)


Una delegación del FBI y del museo llegaron al día siguiente. Comprobaron que encajaba perfectamente en su marco original y que los hilos que quedaron del corte se complementaban con los de la pintura. Estaba en un estado deplorable. No sólo porque al cortarla el ladrón tuvo que rasgarla con fuerza, sino porque había estado enrollada y se habían producido grietas en la superficie de la pintura. Habían tratado de repararla de manera casera y la habían barnizado 2 veces con un material de poca calidad. La pintura fue restaurada en el Getty Conservation Institute, gratis, con la condición de poder exponerla, una vez que estuviera totalmente recuperada.

Jerry y Rita Alter (elconfidencial.com)


¿Cómo llegó el de Kooning al dormitorio de esta pareja? Se trataba de Jerry y Rita Alter. Él, profesor de música y amante del arte; ella, especialista en logopedia. Eran muy amables con todos, pero no tenían relación cercana con ningún vecino. Les gustaba viajar, tenían un estándar de vida que no se condecía con sus trabajos. Les encantaban los autos rojos. Cuando ella murió, los familiares se encontraron con una cuenta bancaria de muchos ceros. ¿Fueron ellos los ladrones? Coincidían con el identikit que había proporcionado la policía.

(Imagen: clarin.com.ar)


Curiosamente, Jerry Alter publicó más tarde un libro de cuentos donde narra un robo muy semejante al del de Kooning. ¿Una confesión o pura ironía? Él murió en 2012; Rita, en 2017. Su hijo aparentaba no saber nada de la pintura; no valía como testigo o implicado en la causa, pues hacía tiempo que estaba internado en una institución psiquiátrica. En todo caso, el hecho de colgarla detrás de la puerta del dormitorio indicaba que la contemplación del cuadro era para ellos 2 solos. ¿Por qué lo hicieron? Nadie lo sabe. Les encantaba de Kooning, tenían en su colección algunas obras suyas en papel. Los familiares insisten en que quizás hayan comprado la obra a un tercero, que ellos no eran capaces de hacer semejante cosa.


De Kooning, Intercambio, 1955
(Wikipedia)

Hoy el cuadro vale aprox. 160 millones de dólares.
Un poco por su larga ausencia y búsqueda y otro poco, por la revalorización de las obras de de Kooning. Por Intercambio se llegaron a pagar 300 mill. de dólares, precio récord en 2015.

Los anticuarios rechazaron la recompensa ofrecida, pues consideraron que era su deber devolverla. No habían cometido ningún ilícito, podrían habérsela quedado. Por eso siempre se insiste en su generosidad al haberla entregado a las autoridades.






¿Los Alter fueron los verdaderos autores del robo? Nadie lo puede decir con certeza. No dejaron pistas. ¿Por qué lo hicieron? Ponerla detrás de la puerta de la habitación sugiere que sabían lo que valía, que querían disfrutarla ellos solos…

Ya sabes, mira siempre detrás de la puerta. ¡Puedes encontrar un tesoro insospechado!

 

Fuentes: Charney, N. The museum of lost art. London, Phaidon, 2018

Smee, S. El arte de la rivalidad. Barcelona, Taurus, 2017

Web del University Arizona Museum of Art



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