Lavinia Fontana, La Virgen del Silencio
Lavinia Fontana fue una de las pintoras del Renacimiento tardío (¿O
Barroco?). ¿La conoces? Quizás sí, quizás no. Como suele pasar con las
pintoras, apenas si se la mencionaba en las enciclopedias. Por suerte, en la
actualidad se la está considerando en el lugar que merece.
Fue famosísima, requerida por reyes, Papas y cardenales; ganaba muchísimo
dinero. Comenzó a pintar en el taller de su padre, Próspero Fontana, y pronto
dirigió su propio taller. Fue la primera en hacerlo, la primera en ser
considerada pintora profesional. Largo camino quedaría por delante, pero ella
lo consiguió.
Fontana, Autorretrato al clavicordio con criada, 1577 |
Talento no le faltaba. Se ocupó de géneros vedados a las mujeres: la pintura mitológica con sus desnudos, retablos de altar gigantescos… Sin embargo, cuando vemos sus obras, nos parecen defectuosas, con falta de oficio: las mujeres no tenían acceso a las lecciones de anatomía, no podían participar en esas clases… ¡Pero ella se las ingenió para capear estas deficiencias y llegó a ser miembro de la Academia de San Lucas en Roma!
Se casó con Zappi, un pintor mediocre, quien, reconociendo la valía de su
esposa, se encargaba de las gestiones del taller, se ocupaba de la casa y la
ayudaba adelantándole partes de sus cuadros. La gente se burlaba de ellos: ese
esquema familiar no era algo normal. Tuvo 11 hijos, de los cuales sólo
sobrevivieron 3.
Con ella y su “Virgen del Silencio” vamos a celebrar la Navidad en el blog.
Te espero en la presentación del blog.
Te deseamos una muy feliz Navidad
y que el 2023 llegue con mucha paz, salud y trabajo
para todos.
Fuentes:
Caso, Á., Las olvidadas.
Madrid, Planeta, 2018
No hay comentarios :
Publicar un comentario