Mengs, Adoración de los pastores, 1771 |
Mengs, La adoración de los
pastores
El Museo del Prado guarda muchos
tesoros. No alcanza un día para verlo entero y, si no puedes dedicarle varios
días, obviamente hay que priorizar lo que uno quiera ver. Siempre me llamó la
atención que Goya esté una parte en la planta baja y otra en el 1er piso. No es
fácil llegar hasta allí: la sala 89 y la 91 (¿será para obligarnos a subir?). En
la 89 conviven varios retratos de Goya junto con algunas de las obras de Anton
Rafael Mengs. Algunas, pues muchas no están expuestas y otras, repartidas en
otras salas.
Mengs, Autorretrato, 1775 |
El muy mentado Mengs, el que marcó el camino a Goya y lo promovió. No por nada los han puesto juntos. Quizás nunca lo hayas oído nombrar: fue un pintor neoclásico importantísimo (ya te conté aquí la alergia que me dan esas pelucas, pero no por eso vamos a dejar de reconocer la valía de esos artistas). Fue pintor de cámara de varias cortes reales: Dresden, Viena, Polonia, España.
Correggio, Adoración de los pastores, 1522 |
Uno de sus cuadros más bonitos es La adoración de los pastores, que está en la susodicha sala 89. ¿No te suena a algo? Pues sí, a La Notte, de Correggio (¡fue mi felicitación por Navidad de hace 2 años! Aquí lo puedes volver a ver). Dicen que el padre de Mengs le puso Antonio en honor a este pintor (imagínate por qué Rafael… Eso mismo.). El bebé ya estaba signado de antemano: con semejantes patronos no le quedaba otra que ser pintor. Y durante toda su vida quiso emular a estos 2 artistas: la dulzura de Rafael, el color de Correggio. Y agrégale también otro poco del gran Tiziano.
Fue un pintor excepcional,
famosísimo en toda Europa, requerido en todas las Cortes, condecorado y miembro
honorable de varias Academias Europeas, y que marcaba línea en lo que a teoría
del arte se refiere. Escribió un Tratado de la Pintura, en el que pone como
objetivo la “Belleza Ideal”, aquélla de los antiguos (Pensamientos acerca de
la Belleza y el Gusto en la Pintura).
Mengs, Carlos III, 1761 |
“La adoración de los pastores” fue un encargo de Carlos III de España. Mengs estaba en Roma; Carlos había sido rey de Nápoles y fue allí donde se conocieron. El nuevo rey lo llamó a la corte de Madrid apenas fue coronado. Mengs estuvo a su servicio hasta su muerte.
Ante este encargo, Mengs se puso
manos a la obra e hizo 3 versiones, de las cuales, la más famosa es ésta (no
encontré las imágenes de las otras 2, lástima). Quedan dibujos preparatorios
que muestran el largo y gran trabajo previo del artista.
Mengs, Dibujo preparatorio (Imagen: Staatl. Kunstsammlung Weimar) |
Sin duda, el referente es La notte de Correggio. La atmósfera oscura, el tremendo claroscuro, la luz que emana del Niño, son los mismos. En Mengs las tinieblas no dejan ver el paisaje; no sabemos en qué lugar están. La columna de Correggio no aparece. Mengs busca reproducir la inmensa ternura del rostro de María. No sé si lo logra: me parece que en esto Correggio es insuperable. En cambio, el cuadro de Mengs se destaca por la cantidad de personajes que rodean al Niño. Los ángeles revolotean en la parte superior del cuadro sin dejar ni un espacio libre. En esto, el artista muestra su habilidad en el escorzo de las figuras. Los pastores están repartidos a ambos lados del cuadro y cada uno, representado con un gesto diferenciador. El perro no podía faltar: lo tienes en el extremo inferior derecho. La sorpresa de los pastores en ambos cuadros es la misma, aunque en Correggio hay que agregar el gesto de encandilamiento ante tanta luz. Mengs se incluye en la escena con un autorretrato (a la izquierda), como un espectador más.
Como te decía antes, Mengs lo
pintó en Roma, lo dejó secar durante un año, como corresponde, y el cuadro emprendió su viaje a España
desde Nápoles en barco. Carlos III lo recibió en Madrid y lo colgó en su sala
de vestir del Palacio Real. Allí estuvo hasta que fue trasladado al Museo del
Prado.
Mengs, Boceto del ángel (Imagen: Courtauld Inst. of Art) |
Con esta obra de este artista, queremos
desearte una muy feliz Navidad y que ojalá el año que comienza prontito llegue
a ti con mucha paz, salud y arte.
Nota: Si alguna vez tienes la
oportunidad de visitar el Palacio Real de Madrid, no te pierdas los frescos de
Mengs en la sala de banquetes.
Fuentes: web Museo del Prado
Honour, H.-Fleming, J. Weltgeschichte
der Kunst, Munich, 1983
Keller, H. Die Kunst des 18. Jahrhunderts. Berlin,
Propyläen Verlag, 1990
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