O los sufriste en el colegio o
quizás te tocó sacar la chequera para comprárselos a tus hijos… La eterna
discusión de si son convenientes o no. No voy a entrar en eso, no. Hoy te
quiero hablar de los colores de los uniformes y su porqué.
Bueno, es cierto que los
uniformes escolares suelen tener un color distintivo que identifica a la
institución. En otros casos, se opta por el delantal blanco, que proteje la
ropa de manchas inevitables, pero que implica la lucha constante de las mamás
para que siempre esté inmaculado. (Como cuando en la escuela cerré una lata de
pintura negra y oh! salpicaduras por doquier, pobre mi madre…)
Rousseau el Aduanero, Jugadores de fútbol, 1908 |
Su uso es muy antiguo: los
funcionarios egipcios, los soldados romanos... Piensa, p.ej., en los diferentes
colores de los hábitos de las órdenes religiosas. Es el signo de haberlo
abandonado todo, del voto de pobreza. Teñir una tela era carísimo y propio de
las clases altas. Los monjes usaban telas sin teñir, como los campesinos; la
diferencia en el color dependía de qué hilo se usara. Los hábitos blancos, en
realidad, eran grisáceos. No existen las telas crudas en blanco: para lograrlo
hay que blanquearlas (perdón por la redundancia). ¡El mundo no era tan colorido
como nos lo representamos actualmente!
Zurbarán, San Hugo en el refectorio, 1645 |
En el ámbito militar los colores
llegaron a mediados del sg. XVII, cuando se dejaron de usar las armaduras. El
soldado hasta entonces luchaba con su propia vestimenta o con la que le proveía
el general a cargo, con el color que a éste se le antojaba o podía pagar (y si
recibía descuento por la cantidad…, que esto no es de ahora). En Francia, hacia
1626, se organizó el ejército y se adjudicaron colores a cada sección. Pronto
esto fue copiado por otras naciones y, en general, la elección del color
dependía de los de su bandera o casa real. Así, los ingleses y los suizos se
vistieron de rojo; los suecos, de azul y amarillo; los franceses, de gris; los
alemanes, de negro; los italianos, en azul; los rusos, en verde… En el campo de
batalla, en medio del humo de cañones y rifles, distinguir al enemigo era
crucial.
Wollen, Coldstream Guard, sin fecha |
Un caso especial fueron los
prusianos: el príncipe Friedrich Wilhelm, en plena guerra del índigo (lo vimos aquí), para apoyar a los campesinos que cultivaban el añil, decidió hacer teñir
todos los uniformes con ese tinte: de ahí que hoy conozcamos a este color como
“azul de Prusia”.
Hünten, Batalla de Mars-La-Tour, 16 de agosto, 1870 |
Dalí, Vemus y marinero, 1926 |
A mitad del sg. XIX los ingleses
adoptaron el color caqui para el combate, que se usaba en la India (o verde
militar; ¡el color caqui no tiene nada que ver con la fruta! Cosas de la
etimología.). Hacia comienzos del sg. XX, con otras maneras de hacer la guerra,
los uniformes tan coloridos comenzaron a ser peligrosos: hubo que inventar las
telas estampadas como camuflaje. Los tienes de todo tipo: para bosques, para
nieve, para montaña, para el desierto…También se idearon distintos tipos de
uniformes según la actividad o rango: el de fajina, el de gala, el de servicio,
etc. La 1ra Guerra Mundial acabó con los colores en el frente de batalla.
Sargent, Una calle en Arras, 1918, acuarela |
¿Y los pilotos de aviones?
Optaron por el azul. Por esa época ya había tintes baratos y persistentes. El
azul es elegante, proyecta confianza y seriedad, además de ser práctico. Lo
verás en varios uniformes: en la policía, choferes, carteros… El azul es el
color apropiado para los trajes de empresarios y ejecutivos.
Rockwell, Amplio, ca. 1958 |
Sin embargo, los jueces usan
negro: la elección se debe no sólo a la intención de mostrar seriedad, sino
también imparcialidad. El origen de este uso es bien curioso: se dice que
cuando la reina María II de Inglaterra murió, los jueces manifestaron su pesar
llevando luto. Pero se dieron cuenta de que con ese color mostraban sobriedad y
autoridad y lo adoptaron para siempre. Ese uso luego se extendió a otros
países.
Ensor, Los buenos jueces, 1891 |
El negro también lo usan los
camareros o los peluqueros: ¡no se notan las manchas! Pero en lugares donde la higiene
es lo primordial, como en médicos, enfermeras o carniceros, pescadores, panaderos,
etc., el color debe ser blanco. No es sólo una cuestión de imagen o de
pertenencia a un gremio. Las telas blancas son más fáciles de esterilizar: se
pueden lavar a altas temperaturas y desinfectar sin problemas.
Los presos llevan uniformes de
colores vibrantes, para poder ser identificados de lejos, en caso de fuga.
Ya ves, los colores están por
todas partes. Nos unen y nos diferencian.
Fuentes: Welsch,
N.-Liebmann, C.Chr. Farben. München,
Elsevier V., 2004;
Heller,
E. Wie Farben auf Gefühl und Verstand
wirken. München, Droemer V., 2000;
notas
personales
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