Krasner, Lavanda, 1942 |
Lee Krasner era una de las artistas del grupo del Expresionismo abstracto americano (te lo expliqué aquí). Bien, sí. Pero leyendo una biografía de Jackson Pollock, Lee comenzó a llamarme la atención cada vez más y más. ¿Quién era Lee Krasner? Una pintora, sí; la esposa de Pollock, también. Él, un artista famoso, indiscutible, ¿pero ella? ¿Qué pasa cuando convives con un pintor tan destacado y tan particular? ¿Cómo haces para que su pintura no influya en la tuya?
Lee Krasner (1908-1984) era americana, nacida en una familia de inmigrantes judíos.
Krasner, Autorretrato, 1930 |
Comenzó a estudiar arte muy
temprano. No había dinero en su familia, pero ella se las arreglaba para salir
adelante y cumplir con su sueño de ser pintora. La crisis de 1929 fue una época
de hambre y miseria, trabajando en lo que fuera por unos pocos centavos. Por
esa época vivía con Igor Pantuhoff, otro artista, con el que compartía
penurias. Igor era alcohólico: la sojuzgaba, la controlaba y la engañaba
abiertamente con otras.
Se acogió al programa público de
ayuda a los artistas en 1933: el Public Works of Art Project consistía en
contratar a artistas para que decoraran 3700 edificios públicos. Se les pagaba
muy poco, pero en lugar de subsidios, se les daba un trabajo, para sacarlos de
la situación de miseria y sin tener que
renunciar a su profesión. Su tarea era colaborar en la ejecución de algún mural
de otro artista. Pantuhoff la dejó en 1939. El proyecto estatal se terminó en
1940 e ingresa en la American Abstract Asociation. Allí conoce a Motherwell, de
Kooning, Still, Gorky, Rothko, Newman, o sea, el grupo que será la flor y nata
del expresionismo abstracto. En 1941 expone con ellos, siendo la única mujer,
en la McMillan Gallery.
Viendo la lista de los
participantes en la expo, ella se da cuenta de que hay un nombre que no conoce:
Jackson Pollock. Los otros le dicen que vive a la vuelta de su departamento,
que sí lo conocía de una fiesta de hace años, y entonces ella, así nomás, va a
visitarlo a su casa, sin anunciarse. Lo encuentra tirado en la cama, con resaca.
Krasner, Naturaleza muerta abstracta, 1938 |
Él no era de Nueva York: venía de
Wyoming, era un personaje exótico del Far West. Había trabajado en el taller de
Siqueiros, donde había experimentado con pinturas industriales. Fue un
flechazo, amor a primera vista. En cuanto vio los cuadros que Jackson estaba
preparando quedó anonada. Más tarde comentó que ella entendió en ese momento
que él era lo importante, que él sí tenía algo que decir; su propia obra se
convirtió en irrelevante. Todo estaba ahí. Podían estar horas y horas hablando
de arte. Él era hipersensible, muy tímido frente a extraños, indefenso e
inseguro; ella le daba la seguridad que necesitaba. Era alcohólico; acababa de
salir de un tratamiento. El parte médico decía que tenía predisposición a la
esquizofrenia, inestabilidad emocional y dificultad para relacionarse. Pero
ella ya había tenido que lidiar con Igor y pensó que podía manejarlo. Nadie le
dijo qué tipo de alcohólico era Pollock.
Krasner, Abstracto 2, 1946 |
Ella lo introdujo en el ambiente
artístico de Nueva York. Se lo presentó a todos sus amigos y críticos. Creía
profundamente en la pintura de Pollock y lo promovió todo lo que pudo. Gran
parte del éxito de Pollock se debe a todo lo que hizo ella por él. Ella, al
enfrentarse con las obras tan innovadoras y revolucionarias de él, ya no sabía
por dónde seguir con su propia pintura. Todo lo que hacía le parecía de poca calidad o que no estaba
a la altura. Destruyó todo lo que había pintado hasta ese momento. Tardó 3 años en encontrar su camino.
Pollock consiguió un contrato con
Peggy Guggenheim. Esto les dio una cierta estabilidad económica, mientras la
carrera de él ascendía rápidamente. Lee seguía pintando y exponiendo, pero no
encontraba su hueco. Él la animaba a seguir con el arte. Ella luchaba contra el
prejuicio de ser “la mujer de…”; todos se olvidaban de que ella, en realidad,
ya era pintora antes de encontrarse con él.
Krasner, Collage con mosaicos, 1939 |
En 1945 se casaron en una ceremonia
ecuménica. Se fueron de luna de miel a The Springs, East Hampton; les encantó
el lugar y decidieron comprar una cabaña para quedarse a vivir. Allí tenían la
paz necesaria para concentrarse en el trabajo y, de paso, apartar a Jackson de los
peligros de la ciudad. En la cabaña no había instalación de agua ni
calefacción. Sólo tenían una bomba de agua y braseros. El tenía un atelier enorme donde podía crear
en lienzos grandes; ella, un rincón del dormitorio, y pintaba cuadros pequeños.
Si no estaban trabajando, cocinaban (ella era una cocinera espectacular) o se
dedicaban al jardín. Recibían a todos los amigos y pronto se formó una pequeña
comunidad de artistas en el lugar. (La cabaña pertenece a la Pollock-Krasner
Foundation y se puede visitar; te dejo el enlace abajo.)
Krasner, Jeroglífico 3, 1969 (gouache) |
Ella se dedicó a trabajar en
collages, reutilizando trozos de antiguos cuadros suyos y de Pollock,
inspirándose en su tan admirado Matisse. Era una manera de sentirse más cerca
de su marido, de compenetrarse aún más uniendo el arte de los 2. O de expresar
su admiración por él. O quizás de tomarse revancha por la situación en la que
estaban inmersos.
Krasner, Collage, 1955 |
En 1952 Pollock se somete a un
tratamiento psicoanalítico: su doctor le decía que no había ningún problema
en que condujera su coche estando borracho y que el alcohol era bueno para
calmar la ansiedad. El le comentó que quería tener un hijo con Lee y que ella
se negaba (porque ya tenía bastante con él); que estaba harto de que ella lo
tratara como a un niño. El psiquiatra le aconsejó que se liara con otras
mujeres y que tuviera ese hijo tan ansiado fuera de su matrimonio. Y siempre
había muchachitas alrededor. Llegó entonces Ruth Kligman, una veinteañera que
sólo buscaba liarse con el primer pintor famoso con que se topara para poder
ascender. No le costó mucho enganchar a Pollock.
Krasner, Sin título, Luz blanca, 1962 |
Krasner no aguantó más y decidió
irse a Europa por 3 meses para ver a unos amigos. Hacía más de un año y medio
que Pollock no pintaba. Iba de bar en bar, buscando pelea. Siempre había alguno
que lo emborrachaba a propósito para ver qué escena armaba. El 11 de agosto de
1956 choca con su coche, totalmente borracho, y muere. Con él iban Kligman, que
se salvó, y su amiga, que murió también en el accidente. Lee estaba en Europa y
voló en el primer avión que consiguió.
Krasner, Composición, 1949 |
En sus últimos años padeció
artritis, aunque nunca dejó de pintar. No quería tomar medicación y sufría
muchos dolores. Su mayor anhelo era una retrospectiva en el MoMA. No llegó a
verla: murió en 1984, en medio de los preparativos.
Krasner, Combate, 1965 |
Muchos que la conocieron dijeron
que se aprovechó de la fama de su marido para progresar en el mundo del arte.
Otros, que Pollock nunca hubiese sido lo que fue sin ella. Que ella aguantaba
todo, porque le convenía estar con él. Quién sabe. Pero lo que nadie puede
negar es cuánto luchó para hacerse un hueco en el difícil mundo del arte.
Fuentes: Levin, G. Lee Krasner, a biography. London, Thames&Hudson, 2011
Smee, S. El arte de la rivalidad. Barcelona,
Taurus, 2017
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