Visitando Florencia

(Imagen: C.del Rosso)

Estaba poniendo en orden fotos viejas y me topé con las de un viaje reciente a Florencia.  Fueron unos pocos días, estábamos de paso. Comenzaba el verano y ya hacía bastante calor.  Habíamos ido a los Uffizi (te lo conté aquí); nos quedaba una tarde y una mañana para recorrer la ciudad.

L'Annunziata, interior (Imagen: Wikipedia)

Cerca del hotel teníamos a la Basílica de la Santísima Anunciación. Tenía mucho interés en conocerla por dentro, pues en casa tenemos un grabado de su interior que nos regaló un amigo. No me preguntes quién es el autor del grabado, no tiene firma ni otra indicación.

Cuando uno recorre Italia no hay que dejar de entrar a las iglesias: seguro que te encuentras con obras de arte impresionantes. Y con L’Annunziata era de esperar lo mismo. La piazza estaba ocupada por un escenario y gradas para un concierto al aire libre: me perdí de apreciar la fachada desde lejos, pero bueno, aquí tienes una foto de parte del pórtico.

Chiostro dei Voti, L'Annunziata (Imagen:
C.del Rosso9

Entramos. Se abre ante ti el claustro, el Chiostro dei Voti. En realidad es un atrio con pórticos; en las paredes, lunetas con frescos. Fue techado en el sg. XIX para evitar que se dañen esas obras con la lluvia.

Baldovino, Natividad y anuncio a los pastores, 1460

Recorrí uno a uno los frescos. Los más antiguos son de Baldovino y Cosimo Rosselli (sg. XV). 

Busto de Andrea del Sarto en el Chiostro
(Imagen: C. del Rosso)

Andrea del Sarto retomó la obra a partir de 1509 y hasta 1514. Más tarde se unieron al trabajo sus discípulos Rosso Fiorentino y Pontormo. Había que poner a punto la iglesia ante el Jubileo de 1513: los trabajos de decoración se habían demorado mucho, ya que se pagaban con donaciones de los fieles. Finalmente, la consagración se hizo en 1516.

Los frescos muestran distintos temas: por un lado, escenas de la vida de la Virgen; otros representan a San Felipe Benicio, un santo muy querido en Florencia y fundador de la Orden de los Siervos de María. Contemplar esas obras tan antiguas te estremece. Me imaginaba a la “fabbrica”, al grupo de pintores tratando de terminar el conjunto a tiempo. Del Sarto completó 6 lunetas; dejó el trabajo sin terminar, enfadado por lo poco que le pagaban, pero en 1514 volvió y añadió una más sobre el Nacimiento de la Virgen. 

del Sarto: a la izq.: El viaje de los Magos; a la der.: Nacimiento de la Virgen,
1513-1514 (Imagen: C.del Rosso)

Francia Bigio, Desposorio de la Virgen, 1513

Parece que hubo más de un conflicto: Francia Bigio, el autor de El desposorio de la Virgen, destruyó a martillazos el rostro de María, porque los frailes habían ido a mirar su trabajo antes de que él lo terminase. (Y nunca más lo reparó.)

Rosselli, Vocación de San Felipe Benicio, 1476

Entramos a la iglesia: te quedas sin palabras. De contemplar frescos del Renacimiento a meternos de lleno en el Barroco. Cuesta abarcarlo todo, no sabes adónde mirar: no te lo esperas; fue como un salto temporal de un estilo a otro. En ese momento estaban restaurando una parte; los andamios impedían verlo todo. El interior fue remodelado en el sg. XVII; el grabado que tenemos en casa muestra el estado anterior a esa decoración. Cuánta historia hay en esas paredes… Pensar que la primera piedra ¡se puso en 1250! Y en cada siglo, cada artista contribuyó para lograr lo que hoy vemos. Es lo que suele pasar en lugares con tanta historia: lo que vemos es un resumen, hecho capa por capa. A veces, destruyendo o reconstruyendo lo anterior; otras, agregando cosas nuevas a lo que ya existe.

del Castagno, La Trinidad con santos,
1451

En los laterales se suceden las capillas, donadas casi todas ellas por familias o personajes importantes de la ciudad. No te las puedo detallar todas, esto se haría demasiado largo. Te puedo mencionar, p.ej., la Capella Montauti o de Sn. Jerónimo, en la que puedes ver una Trinidad con Santos de Andrea del Castagno. (Mis fotos salieron pésimas, una pena.) Y, si miras hacia arriba, te encuentras con la bóveda pintada por Allori, il Bronzino. Hay obras de grandes pintores por todas partes.

Bronzino, Bóveda de la Capilla Montauti, 1560

Te estoy dejando para el final, muy a propósito, la joya de esta Basílica. Está consagrada a la Anunciación de María y hasta ahora no te he contado nada sobre este tema.

Michelozzo, Capilla de
L'Annunziata (Imagen: Wikipedia)

Cuando entras, a la izquierda, existe una capilla que se distingue de las demás: la Cappella della Santissima Annunziata. Tiene una historia especial.

Cuenta la leyenda que en 1252 los monjes, los Siervos de María, le encargaron un fresco sobre la Anunciación a un fraile pintor llamado Bartolomeo. Quería pintar el rostro de María de la mejor manera posible, pero pese a varios intentos, cayó en la desesperación. De repente, se quedó dormido y, cuando despertó, el rostro de María ya había sido pintado, según se dice, por un ángel. Todos consideraban (hasta el mismo Miguel Ángel) que el resultado no podía haber salido de la mano de un humano. La imagen ganó enseguida muchísima devoción y por eso la iglesia está dedicada a este suceso de la vida de la Virgen.

La capilla originaria se emplazó en el sg. XIV, pero tanta era la devoción que en 1448 se construyó el templete, según el diseño de Michelozzo. En los siglos siguientes se fueron agregando más detalles.

Imagen de la Anunciación de la Virgen, Capilla de
L'Annunziata, 1252

Esta imagen de la Virgen es muy querida por los florentinos. Cuando se celebra una boda, los novios se trasladan hasta la basílica para que la novia deposite su ramo en el altar de esta capilla, para pedir su protección. De hecho, al salir, nos cruzamos con unos recién casados. Ella, con su ramo, sosteniendo con la otra mano la cola de su vestido y lidiando con los adoquines de la calle; él, de riguroso chaqué, como corresponde en bodas de día. Y detrás de ellos, un enjambre de invitados, vestidos de fiesta. Todos querían cumplir con la tradición de dejar el ramo a la Virgen de la Anunciación.