De vacaciones
Estoy al
lado del ventilador, hace mucho calor. ¡Qué ganas de mar! De brisa marina y
rumor de olas.
Busqué mares en mi base de datos. Me topé con este cuadro de
Hopper. Abrí mi ventana con la esperanza de encontrarme con el mar, pero no, por
aquí no hay mar.
Increíble:
¿es un cuadro de interior o de exterior? El pintor nos abre un espacio hacia el
interior: ahí, a la izquierda, adivinamos una sala de estar. Entra mucha luz.
Seguro que ahí hay una ventana con vista al mar.
Sin embargo,
la porción de la derecha es una puerta abierta al mar, con la misma luz de sol.
Da un poco de vértigo, ¿no? ¿Habrá playa ahí abajo? ¿Será sólo una ilusión
óptica? ¿Qué te parece?
A mí me da
la impresión de un barco navegante, una casa navegante al ritmo de las olas… y
cuidado, no te caigas. Debería de haber una barandilla allí… ¿Y cuando hay
tormenta? Cerramos la puerta. Podrían entrar gaviotas… Tiburones: no, no caben.
Hopper, Escalera, 1949 |
Éste no da
tanto vértigo. Bajamos por la escalera, la puerta está abierta: salimos y nos
internamos en el bosque. Parece acogedor, pero hay demasiada sombra. ¿Será
peligroso? No lo creo.
Y mira
éste, también de Hopper, la misma luz que se refleja en la pared… Esta vez no
hay mar, ¿será el mismo bosque el que se ve por la ventana?
Hopper, Sol en habitación vacía, 1963 |
Son habitaciones
solitarias, dan ganas de habitarlas. Hopper es un pintor de soledades, de
melancolías…
(Si tienes ganas de seguir viendo cuadros de Hopper, mira este artículo anterior, pinchando aquí)
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