Tàpies, Jeroglíficos 1985 |
Si nunca te ha tocado barnizar un
cuadro, no te puedes imaginar lo tedioso y complicado que puede resultar.
Turner, El héroe de las cien batallas, 1847 (Amplía la imagen para ver el craquelado) |
En primer lugar, si se trata de
óleo, hay que esperar por lo menos 6 meses a que se seque la pintura
completamente. Los pigmentos tierra (marrones) se secan como mínimo a los 2
días, si es que no estás en una zona de clima húmedo; el blanco de titanio, el
verde de cromo, el bermellón, pueden tardar 4 a 6 meses! Y no te fíes de que la
superficie aparente estar seca: el problema está en las capas internas.
Spitzweg, Turcos en el Café, sg. XIX (Amplía la imagen para ver el craquelado) |
Si lo
barnizas antes de tiempo, las capas inferiores querrán largar sus vapores, el
barniz lo impedirá y con el tiempo tendrás una obra agrietada. Te lo confieso:
hablar de vapores es una manera de salir del paso y no meterme en líos; en
realidad, lo que ocurre es un proceso químico que se llama oxidación.
Turner, Diagrama para colgar cuadros en la Royal Academy (Imagen: Tate Gallery 1819) |
Y ahí no termina la cosa: hay que
hacerlo en lugar cerrado, pero ventilado. No hay nada peor que se te pegue una
hojita o polvo o ¡se te quede pegado un pelo de la brocha! Eso: la brocha tiene
que ser muy buena para evitar estos accidentes.
Cada artista, cada época, tiene
su técnica, sus preferencias, que mate, brillante o semimate..., que oscuro o
transparente… Barnizar siempre es aconsejable, ya que proporciona una capa protectora
a la obra. Siempre que esté bien hecho, claro.
Cuando hace muchísimo calor en el
verano y tú estás en la piscina, yo estoy barnizando mis cuadros. Junto todos
los que hice en el año; aprovecho esos días de calor para que se sequen más
rápido y poder tener todo bien ventilado sin problemas. También es una manera
de ver si el año fue productivo o no, volver a verlos y decidir si hay que
retocarlos o darlos por terminados.
Y no es el único uso que se le puede dar al barniz.
¿Sabías que Tàpies lo usaba como pintura? El resultado es
una pincelada transparente, ¡como si estuviese pintando con miel o almíbar!
Tàpies, Barniz con formas negras, 1982 |
Y hablando de esto, me vino a la
mente el famoso “varnishing day” de la Royal Academy de Londres (“el día de
barnizar”).
Cruikshank, 1821 |
La Royal Academy fue fundada en
1768 por el rey Jorge III y su función ha sido desde siempre promover las artes
plásticas. Cada año se celebra una exposición anual en los meses de verano en el
que puede participar cualquier artista. Esto
sigue siendo así desde entonces: ya sabes, los ingleses se toman muy en serio
sus tradiciones. Y es un acontecimiento público importantísimo.
El “varnishing day” era el día en
que se permitía a los artistas retocar sus obras o barnizarlas, estando ya
colgadas. Era un evento social en el que los críticos y coleccionistas podían
ver las obras tranquilamente antes de abrir la exposición al público.
Parrott, Turner en el Varnishing Day. 1840 (Imagen: Sheffield Museums) |
Turner se aprovechaba de este día
de manera muy especial. Era la oportunidad de ver cómo lucían sus cuadros al
lado del de los otros artistas y con esas condiciones de luz. Ya hablamos una
vez de él, hace tiempo, y de cómo le interesaban las nuevas teorías de color,
especialmente la interacción de los colores entre sí. No eran caprichitos…
Mientras otros barnizaban su cuadro o hacían pequeños retoques, él llevaba los
suyos sin terminar y les daba la última capa de pintura ahí mismo.
Constable, La apertura del puente Waterloo, 1832 |
Conocida es la anécdota que
protagonizó con Constable en 1832. Éste había presentado “El día de la apertura del puente de Waterloo”, una obra en la que
había trabajado durante 10 años, en un formato más grande de lo que solía
utilizar. A su lado, habían colgado el “Helvoetsluys zarpa
de Utrecht” de Turner, una marina en matices grises y verdes. Cuando Turner
vio el cuadro de Constable, aplicó con toda decisión una mancha roja sobre el
agua, que luego convirtió en una boya. Constable dijo, estupefacto: “Vino y
disparó con un arma”. Turner le dio vida
a esos verdes, usando el contraste de su color
complementario, el rojo, y, a la vez, lo relacionó así con los colores
cálidos del cuadro de su colega.
Turner, Helvoetsluys zarpa de Utrecht, 1832 |
Pero no fue la única vez que hizo de las suyas
en un “varnishing day”: cuando mostró “El
héroe de las 100 batallas” puso justo frente al cuadro una hilera de coles
verdes, bien verdes!!! Fue un gran rompecabezas para los visitantes: ¿qué
hacían esas verduras ahí? ¡Sólo estaba dejando interactuar los colores!
El “varnishing day” aún hoy sigue
siendo como en el sg. XIX, con un servicio religioso para los artistas (que van
hasta la iglesia de St. James en procesión) y cóctel. Esto es lo que dio origen
a lo que hoy llamamos “vernissage” (de “vernis”, barniz en francés), el acto de
inauguración de una muestra de arte.
Rowlandson, Sala de exposiciones, Somerset House, 1800 |
Tampoco te tiene que extrañar
mucho esto de que una exposición sea vista por un grupo selecto un día antes de
la inauguración oficial: los grandes coleccionistas, patrocinadores,
galeristas, marchantes o autoridades tienen la posibilidad de ver con
tranquilidad las obras, elegir las que les gustan y cerrar el trato. Cuando un
simple mortal entra a verla, una gran parte de las obras ya están vendidas o
adjudicadas.
¿Has barnizado algo alguna vez?
¿Cómo te ha ido? ¿Y has experimentado alguna vez con “toques de color”?
Fuentes: Butlin,M. -Joll, E., The Paintings of J.M.W. Turner, New Haven, Yale Univ. Press, 1987
Dittmann, L. Farbgestaltung u. Farbtheorie in der abendländischer Malerei. Darmstadt, WBG,1987
Gage, J. Color and meaning. Berkeley-Los Ángeles, University of California Press, 1999
Si quieres saber más sobre Turner, te dejo a tu disposición estos enlaces de artículos anteriores:
sorprendente !!!!! gracias !!!!
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