Las ilusiones ópticas
Sí, nuestros ojos engañan a
nuestro cerebro. Le envían la información de lo que ven, cada uno por su lado,
y éste trata de interpretarlo todo, recurriendo a experiencias anteriores,
asociándolas y comparándolas. Cuando no encuentra una experiencia semejante que
explique esa imagen, la completa como puede. Y en esto se basa el truco de las
ilusiones ópticas.
Vasarely, Boo, 1978 |
La perspectiva es una de ellas,
sólo que ya nos hemos acostumbrado después de tantos siglos y forma parte de
nuestra manera de mirar. La anamorfosis, sobre la que hablamos hace poco, también es una ilusión óptica, que juega con
el punto de fuga.
Verbeek, Mooffaroo o el Hombre Viejo, 1903 |
Las hay de muchas clases y hacen uso de la ambigüedad, la deformación o de las paradojas visuales. Se valen de elementos como el color, el valor, las proporciones, la relación lleno-vacío, el contexto de la imagen o el bagaje cultural del espectador.
Mi mujer y mi suegra, 1915 |
Muchas de ellas son fruto de la
investigación de psicólogos que estudian cómo percibimos el mundo que nos
rodea: Kanisza, Delboeuf, Jastrow, por nombrar algunos. Las que emplean
contraste de color suelen usarse para detectar enfermedades de los ojos, como,
p.ej., el daltonismo. Seguro que has
visto algunas de ellas ya: la más famosa es el jarrón de Rubin (1915), que juega con la ambigüedad de ambas
formas, usando el contraste del lleno y del vacío. Octavio Ocampo, un pintor
mexicano que trabaja este tema, pintó este cuadro basándose en este famoso
jarrón. Otra que seguro viste alguna vez es ésta, que apareció en la revista Puck en noviembre 1915.
(Lonja de la seda, Valencia. Imagen: C.del Rosso) |
En arte estos efectos se conocen
desde milenios: piensa en las columnas del Partenón, p.ej., que sólo se ven
rectas desde la distancia. O recuerda los juegos geométricos de los embaldosados
romanos o árabes.
Picasso, La mona y su cría, 1951 |
Como verás, no es algo exclusivo de la pintura: ¿mira esta
escultura de Picasso! (¡La cabeza es un coche!)
Mantegna, San Sebastián (fragmento), 1459 |
Las ilusiones ópticas muchas veces fueron usadas para
ocultar algún mensaje sin levantar sospechas ante la censura o como simple
juego en el que el artista demuestra su habilidad e ingenio. Mantegna se
divertía incluyendo formas escondidas en las nubes de sus cuadros.
Arcimboldo
basó toda su obra en estas composiciones como fiel representante del Manierismo: sus cuadros siempre tienen 2 maneras de
ser vistos; el factor sorpresa está basado en la contemplación por separado del
todo y las partes.
Hogarth, Perspectivas falsas, 1754 |
Dalí trabaja con el
contexto de la imagen y acude a nuestra información previa para engañarnos.
Gilbert, Todo es vanidad, 1851 |
Un ejemplo increíble es de Gilbert, un
ilustrador americano, quien creó “Todo es vanidad” cuando tenía 18 años, un ejemplo moderno del tema “vanitas”. O el cómic The Upside Downs de Verbeek, en el que
las 6 viñetas podían leerse de dos maneras diferentes: al darlo vuelta, las
figuras se transformaban en otras y con otro argumento.
Si se trabaja una ilusión óptica
con color y gradaciones de su valor combinado con figuras geométricas, lo
que resulta es una imagen con movimiento virtual. En esto se basa el movimiento artístico
Op-art, de los años ’60.
El más claro representante de las
paradojas visuales es sin duda M.C. Escher. Con un dominio perfecto del dibujo
y del espacio, usa la perspectiva para romperla y volverla a unir de manera
insólita. Imagina objetos y construcciones imposibles de reproducir: sólo
existen en su mente y en el papel.
Escher, Relatividad, 1953 |
Ditzinger, Th.
Illusionen des Sehens. Heidelberg,
Spektrum V., 2006
Picon, D. Optische
Täuschungen. Köln, Fleurus V. 2004
No hay comentarios :
Publicar un comentario