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| Anguissola, Sagrada Familia, 1559 copia de Boccaccino |
Sofonisba Anguissola, Sagrada
Familia
Vaya nombre que tenía. Difícil de
pronunciar. El padre era un noble venido a menos que le puso a sus hijas
nombres de heroínas de la antigua Cartago.
Sofonisba fue heroína a su manera: hizo honor a su nombre.
Tenía mucho talento y su padre,
ya de pequeñita, la impulsó a estudiar pintura. En Cremona, su tierra, se
volvió famosa muy pronto y su padre la promovió todo lo que pudo por las cortes
de Europa. Le llovían encargos y hasta se carteó con Miguel Ángel, quien la
aconsejaba. Nada menos.
No era muy común en el sg. XVI que una mujer destacara como artista. Como ya vimos tantas veces, ayudaban a sus padres en el taller y abandonaban la pintura cuando se casaban. Son muy pocas las que pudieron desarrollar una actividad profesional por sí mismas.
Parece ser que il signore Anguissola,
como tenía 6 hijas y había que pagar la dote de cada una de ellas, vio la
solución para su problema en Sofonisba.
En 1559 partió a España para ser
la profesora de la reina Isabel de Valois, muy jovencita y que necesitaba
compañía. Sofonisba fue su amiga y profesora. Cuando la reina murió, el rey la
premió con dinero y joyas y ella volvió a Italia. Vivió 95 años.
El cuadro que elegí para ti en
estas Navidades es una “Sagrada Familia”.
Es una copia de otro cuadro de
Boccaccino, una obra de aprendizaje, anterior a su partida hacia la Corte de
España. Sin embargo, esta copia, comparada con otra pintura parecida, cobra una
dimensión insospechada. ¿Y si fue un ensayo para otro cuadro más elaborado?
¿Necesitaba realmente copiar para aprender, siendo tan famosa? ¿Se sentía insegura y que necesitaba más
formación o quizás el propósito de copiarlo era otro?
Te cuento más detalles en la
presentación de este mes.
¡Te deseamos una muy feliz Navidad y un 2026 lleno de paz, salud y arte!
Fuentes: Ruiz Gómez, L. Historia de dos pintoras.
Madrid, Museo del Prado, 2019
Notas personales

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