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jueves, 24 de abril de 2025

De cumpleaños

 

von Uhde, Habitación de los niños, 1889


Los niños en los cuadros


¡Estamos de cumpleaños otra vez! ¡Once años!

La verdad, se me pasó volando.

¿Y cómo lo celebraremos esta vez? No se me ocurría nada de nada. Di mil vueltas. Hasta le pregunté a la IA (muy interesante, pero ayuda poco). Todo lo que se me ocurría ya lo habíamos hecho. De repente, mientras estaba picando no sé qué para cocinar, se me cruzó por la cabeza esto: “¿Cómo se vería el blog si fuese una personita de 11 años?”

Renoir, El libro de figuras, 1895


La infancia en los cuadros. Me puse a investigar. Conseguí cientos y cientos de imágenes. No te las puedo mostrar todas, así que tuve que sentarme a seleccionar unas cuantas. ¿Niño o niña? Da igual.

Ahí vamos.

Cuando vemos cuadros de niños, ¿pensamos en lo que le costó al artista poder pintar a una criatura que no puede quedarse quieta? Realmente, pretender eso es inhumano… A no ser que sean príncipes herederos que han sido acostumbrados a la majestuosidad y hieratismo en sus posturas y actitudes. Te conté ya por aquí cómo Reynolds logró conquistar a su pequeña modelo.

Reynolds, Miss Bowles con su perro, 1775

O se quedan quietos (que a veces es una verdadera quimera) o el pintor tiene que trabajar rapidísimo. Sorolla era uno de ellos, quien, además, tenía una relación ojo-memoria imposible. Cuentan que los niños no lo dejaban en paz y se los sacaba de encima como podía, cariñosamente, claro. O le tiraban arena… que todavía sigue pegada en sus óleos. En fin, de un adulto puedes pretender que se quede quieto; de un niño, no.

Sorolla, Saltando a la comba, La Granja,1907

Muchas veces me han preguntado (abuelas orgullosas) si pinto retratos de bebés. No. Es que los abuelos y padres proyectan muchas emociones sobre esos niños y seguramente lo que yo veo en ellos no coincide con la idea que tienen sus padres y demás allegados. Por supuesto, pinté a mis hijos, pero, claro, no hacía falta hacerlos posar, porque me los conozco de memoria y los tenía a mano todo el rato.

Hogarth, Los niños Graham, 1742

Un cuadro de niños revela mucho de la vida de la infancia según las épocas. Desde cómo juegan (que más o menos la cosa no ha cambiado mucho) hasta cómo se vestían. Y revela también la relación que tenían con sus padres, que son los que han encargado el cuadro.

Gainsborough, Las hijas del pintor
cazando una mariposa, 1756

Mira, p.ej., el cuadro de von Uhde. En una sala de juegos puede pasar cualquier cosa, ¿no? El universo del juego con las muñecas puede dar para todo. Hasta para dejar a una mirando por la ventana o tironearla hasta destrozarla.

En la callecita de Delft, que pinta Vermeer, ¿qué están haciendo esos niños? ¿Qué les llamará la atención, qué habrán encontrado?

Vermeer, La callecita de Delft, 1658

¿Y el niño de Rubens con su pajarito? El juego te va abriendo mundos desconocidos. 

Rubens, Niño con pajarito, 1616

Brueghel lo sabía muy bien, y eso que este cuadro es de 1550.

Brueghel, Juegos de niños, 1560

Sin embargo, el primero que me vino a la mente fue éste de Chardin. Cuánto dice este cuadro, con un jovencito en silencio y absorto en los movimientos de la peonza. Un niño de otra época, con su peluca aristocrática, guardando los modales que le han inculcado, pero jugando, como todos. En silencio. Nada que ver con las niñitas de von Uhde.

Chardin, El niño de la peonza, 1741


La infanta Margarita en este cuadro tenía 9 años. Me quedo pensando en qué clase de niñez tuvo. 


Velázquez, Infanta Margarita de
Austria, 1660

Se reiría con las locuras de Nicolasito Pertusato y de Maribárbola, seguro. Poco podría hacer con corsé (con 5 años en Las Meninas) y guardainfante; qué le vas a hacer, hoy no entendemos para qué esos artilugios de moda, no aptos para nuestra vida actual. Se esperaba decoro, aplomo, bien hacer, en una heredera de la Corona. Y un guardainfante es como una barrera que no permite que los demás se te acerquen, aunque no puedas pasar por las puertas.

Velázquez, Las Meninas, 1656

Picasso nos muestra a dos de sus hijos jugando, a su manera. Podemos entrever cariño hacia sus hijos, aunque bien sabemos que no fue un buen padre. (¿En la casa de los Picasso hay el mismo caos que en la de von Uhde?)

Picasso, Claude y Paloma jugando, 1950

Las travesuras se castigaban en el rincón de la penitencia. ¿Qué habrá hecho la niña de Bouguereau? (¡Buena idea como para que se quede quieta!)

Bouguereau, La penitencia, 1895


¿Y el aburrimiento, la pereza, el dejarse estar y dejar volar la imaginación, aunque el perro se te haya tumbado encima?

Cassatt, Pequeña niña en sillón azul, 1878


No todo es juego. 

Sully, Niño en su cama, 1854

Renoir pintó mucho a los niños. Los adoraba. Cuenta su hijo Jean, en la biografía de su padre, que éste llevaba siempre en los bolsillos pañuelos, monedas y caramelos y los iba repartiendo a los pequeños que se encontraba por la calle. Pañuelos: para que se sonaran la nariz. Y, por supuesto, ellos lo perseguían para conseguir esos tesoros.

Renoir, Retrato de Claude Renoir pintando,
1907

Y la relación con los libros, los cuentos. Leer, imaginar otros mundos, aunque costara juntar una a una las letras. La curiosidad por saber cómo sigue la historia. La abuela, con sus nietos a su alrededor, escuchando atentamente. (Otra buena idea para que se queden quietos)


Cassatt, Mrs. Cassatt leyendo a sus nietos, 1880


Sin embargo, están esos otros niños que han tenido que crecer de golpe y salir a trabajar, como el limpiador de chimeneas de Bastien-Lepage. 

Bastien-Lepage, El pequeño limpiador de
chimeneas, 1883

O los que se conforman con lo poco que les ha dado la vida y salen adelante como pueden. En esto, el maestro que captó perfectamente a estos niños fue Murillo.

Murillo, Niños jugando a los dados, 1675

Y me quedo con este retrato increíble que hizo Rubens de su querida hija Clara Serena. Ojos vivaces, media sonrisa, despeinada… ¿Qué habrá estado haciendo? Aquí la niña tenía 4 años. Murió a los 12, dejando a su padre desolado.

Rubens, Cabeza de niña, 1616

Uf, podría seguir hasta mañana mostrándote cuadros de niños.

El blog cumplió 11 años. Fuese un niño o una niña, ¿con cuál de todos éstos lo identificarías?

Yo, con éste de Mary Cassatt.

Cassatt, Robert y su velero, 1882
(pastel)


Gracias por estar siempre acompañándonos en la lectura y  en los comentarios de este blog.

Gracias por recibirnos todos los jueves en tu mail.

¡Feliz cumpleaños!

 

 

 

 

4 comentarios :

  1. Cuánto amor se respira en estos cuadros! gracias por compartir

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  2. cristinadelrosso.blogspot.com25 de abril de 2025, 0:18

    Viste??? Preciosos!

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  3. Cuanto aprendo contigo! Un fuerte abrazo

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