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jueves, 8 de agosto de 2024

Las listas de invitados siempre traen problemas

David, El amor de Paris y Helena de Troya, 1788


El Juicio de Paris

Creo que uno de los dolores más grandes de cabeza en la organización de una boda es armar la lista de invitados. Presupuesto acotado, número límite de personas, ¿a quién dejamos afuera? Ah, no, que es de mi familia. Ah, pero éste es de la mía. O no poder juntar a unos con otros, tanto como para que la fiesta discurra en paz y no te agüe el mejor día de tu vida.

Bien, sí. Y así ha sido desde el tiempo de los dioses griegos. Mira lo que ocurrió.

Peleo y Tetis se iban a casar. Armaron una boda por todo lo alto, ah, pero no invitaron a Eris, la diosa de la discordia. Obvio: no vas a invitar a la que arma trifulcas todos los días, ¿no? ¿Qué hizo Eris? No se iba a dejar humillar así como así: como quien no quiere la cosa, dejó una hermosa manzana de oro en la fiesta con el mensajito: “para la más bella”.

van Dyck, El pastor Paris como 
representante del juicio artístico, 1628

En la fiesta había varias bellezas, ¿quién podría ser? Hera (Juno), Atenea (Minerva) y Afrodita (Venus) se disputaron “la manzana de la discordia”. Zeus tuvo que intervenir y para dirimir el asunto, llamó a un pastor, Paris, para que dijera cuál de las 3 era la más bella. Paris era un mortal como cualquiera, hijo del rey de Troya. Pues, tuvo que elegir entre las 3. Cada una de las diosas intentó sobornarlo: que poder celestial, que sabiduría, que invencible en las batallas, que conseguir el amor…. Paris finalmente se decantó por Afrodita (y no podía ser menos…): la manzana de oro sería para ella. Afrodita lo premió ofreciéndole como amada a la mortal más bella del mundo.





Hera y Atenea se enfurecieron contra el joven y buscaron vengarse de él.

Sargent, El Juicio de Paris, 1922


Paris siguió con su vida. Llegó a la corte de Menelao, donde el rey lo recibió como huésped. La esposa del rey era Helena, la mujer más bella del mundo. Y Afrodita cumplió con su promesa. Mientras Menelao andaba de viaje, Afrodita hizo que Paris y Helena se enamoraran. Paris la raptó y se la llevó a Troya, y parece que ella lo acompañó de buen grado.

Reni, El rapto de Helena, 1620


Paris no sólo se había llevado a la reina, sino que también había quebrado las leyes de la hospitalidad, algo sagrado entre los griegos. Menelao le declaró la guerra a Troya, una guerra larga y cruenta, que se desarrolló no sólo entre humanos sino también entre dioses furiosos por la afrenta de Paris y la bendita manzana.

Aparentemente, (no todas las versiones coinciden) Paris murió en el frente. Helena, finalmente, regresa con su esposo.

Kauffmann, El Juicio de Paris, 1781


Esto que te cuento se suele llamar “El Juicio de Paris”, que es la leyenda que se desencadena la guerra de Troya, narrada en La Ilíada y La Odisea. Ovidio lo menciona en Las Heroidas y Eurípides, en algunas de sus tragedias.

Cranach, El Juicio de Paris,
1530

Por supuesto, también ha dado lugar a numerosas pinturas sobre el tema. Cranach ha pintado una serie del mismo.


Mira la de Botticelli (me encanta).


Botticelli, El Juicio de Paris,1485

Rubens tiene varias versiones.

Rubens, El Juicio de Paris, 1630

Quizás la más famosa es la de David, en las que los 2 tortolitos ni se imaginan lo que han provocado.

Gauguin traslada el Juicio a su idílica Polinesia.

Gauguin, El Juicio de Paris, 1902


La imaginación de los artistas es prodigiosa: fíjate en los cuadros de las 3 diosas, con la manzana de oro…

Anónimo alemán, El Juicio de Paris, sg. XVIII


En fin, todo mito tiene una enseñanza. No invites a la discordia a tu fiesta, pero piensa en las consecuencias… El amor vence al poder y a la guerra. Nunca traiciones a la confianza puesta en ti cuando alguien te ofrece su hospitalidad.

Mira que puedes desencadenar una guerra…

 

Fuentes: Cansik, H.-Schneider, H. Der Neue Pauly. Stuttgart, Metzler V., 1996

Grimal, P. Diccionario de mitología griega y romana. Bs.As., Paidós, 1981

 

 

 

 

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