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jueves, 18 de julio de 2024

De cuando los dioses del Olimpo crearon el laurel

 

Tiepolo, Apolo persiguiendo a Dafne, 1760


De vacaciones

A ver, ¿qué mito del Olimpo te puedo contar esta semana?

Si te pones a buscar… Yo me imagino al Olimpo como una comunidad de vecinos en los que unos se pelean con otros, intrigan con el de abajo, coquetean con la de arriba, se quejan de la de al lado… y así. ¿No te parece?

En fin, como decíamos el otro día, son representaciones en el más allá de las emociones, falencias, vicios y reacciones muy humanas. De ejemplo a seguir, poco.

Elegí para ti esta semana uno que tiene muchísimas representaciones en el arte, de todo tipo (hasta en la ópera): la historia de Dafne y Apolo. Como siempre, hay varias versiones; te traigo la más famosa, también relatada por Ovidio en Las metamorfosis.

Veronese, Apolo y Dafne, 1565


A Apolo seguro que lo conoces: el dios sol (Febo), el que conoce la fuerza curativa de la Naturaleza, el dios de la juventud (y por eso, el más bello del Olimpo), del tiro con arco, de las artes… (Las tenía todas consigo…)

van Thulden, Apolo persiguiendo a la ninfa Dafne,
1630


Cuenta la leyenda que Apolo le recriminó a Eros (Cupido) que usara el arco y la flecha, sus armas. Eres un niño, no uses armas de hombre (o sea, las mías).

Eros se ofendió y actuó en consecuencia. Disparó una flecha con punta de oro, directo al corazón de Apolo, para que se enamore de Dafne, una ninfa preciosa, hija del río Ladón. Apolo no se dio cuenta. Sólo sintió un deseo irrenunciable de conquistar a Dafne, quien terminó siendo la víctima de un ataque de celos (¿profesionales?) entre dos dioses.

Maratta, Apolo cazando a Dafne, 1684


A su vez, para complicar la historia aún más, Eros le disparó una flecha a Dafne, pero con punta de plomo, para que le provoque rechazo hacia Apolo. (¿Me desafiaste? ¿Me trataste como a un niño que no sabe usar las armas? No tienes ni idea del poder de Eros…)

Apolo persiguió a Dafne incansablemente. No lograba convencerla de que se rindiera ante él. Ella corría y corría. Llegó hasta el río, su padre. Estaba agotada. Apolo la alcanzó, la rodeó con sus brazos y ella rogó a su padre que la ayudara.

Giroux, Apolo y Dafne, 1824


De repente, sus pies se aferraron a la tierra, se convirtieron en raíces; de sus manos comenzaron a salir hojas. Apolo, desesperado, sintió que aún latía e intentó besarla. Dafne se había convertido en un laurel.

Apolo le prometió honrarla todos los días de su vida y por eso lleva una corona de laurel sobre su cabeza. En los juegos dedicados a este dios se comenzó a coronar a los vencedores con una corona hecha con sus ramas. El laurel se convirtió así en el símbolo de la victoria (y en uno de los árboles sagrados para los griegos).

Anónimo, Apolo y Dafne, fresco, Pompeya.
sg. I d.C.
La historia aparece ya en los frescos y mosaicos en Pompeya, con lo cual nos da la pauta de lo querido y frecuente que era este mito en esa época.


Pollaiuolo, Apolo y Dafne, 1470



Podemos encontrar ejemplos notables en Pintura. Curioso, el cuadro de Pollaiuolo. ¿Un poco exagerado, no?






Tiepolo, Apolo y Dafne, 1743



Tiepolo
tiene varias versiones. Fíjate que pone a todos los personajes en cuestión: Ladón, Eros (escondido entre la ropa de Dafne) y los 2 protagonistas principales. Ladón, tratando de proteger a su hija.








Fíjate cómo lo muestran a Apolo, con su correspondiente aureola de dios, de ser divino… En algunos ejemplos, ya lleva su corona de laurel; en otros casos, no, pues el árbol no existía antes de este suceso.

Bernini, Apolo y Dafne, 1625

 Imperdible, la escultura de Bernini.

 No desafíes a Eros, ya lo sabes.

Dafne se convirtió en el símbolo de la resistencia ante el acoso masculino y, por eso, en el Barroco este mito se usó para referirse al valor de la virtud y la castidad.  Sin embargo, además, es una metáfora sobre la fuerza creadora de la Naturaleza:  Apolo, el dios sol, abraza por amor a una ninfa, que pide ayuda a su padre, un río; del agua, de la fuerza del sol, nace un nuevo árbol, el laurel.

 



(Cuando eches una hojita de laurel a tu guiso, acuérdate de Dafne.) 

 

Fuentes: Cansik, H.-Schneider, H. Der Neue Pauly. Stuttgart, Metzler V., 1996

Grimal, P. Diccionario de mitología griega y romana. Bs.As., Paidós, 1981

Ovide, Les Métamorphoses. Paris, Les Belles Lettres, 2021

 

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