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jueves, 10 de noviembre de 2022

El destino de Georgiana

 

Gainsborough, Lady Georgiana, duquesa de Devonshire, 1787



Volver a casa después de 200 años

 

¿Qué tienen que ver Lady Di, J.P.Morgan, Sherlock Holmes y Georgiana, duquesa de Devonshire? Ni te lo imaginas.

La creación de un cuadro puede estar motivada por muchas razones: puede surgir por un encargo, por mera diversión del artista o por una concienzuda planificación…  Pero una vez que sale del taller y cae en las manos del nuevo dueño, comienza otra historia.

Lo que te quiero contar esta semana es precisamente el destino extraño que tuvo esta pintura de de Gainsborough, Georgiana, la duquesa de Devonshire.


Reynolds, Georgiana, duquesa
de Devonshire, 1780


No hemos hablado mucho de este artista por aquí.
Thomas Gainsborough fue un pintor realista de la Inglaterra del sg. XVIII. El ambiente artístico lo dominaba Reynolds (lo vimos por aquí) y Gainsborough era muy crítico frente a los postulados académicos de aquél. Fue un gran retratista y admirado por la vivacidad del gesto de sus personajes.

Georgiana, influencer notable de la época, fue pintada por ambos artistas; Gainsborough lo hizo varias veces. En éste que te traigo hoy, que tiene una historia muy curiosa, la representó de manera muy jovial, con sombrero negro de ala ancha. Su mirada es muy sugerente. Y fíjate en las transparencias de los volantes del vestido: ¡soberbio!




Gainsborough, Georgiana,
Duquesa de Devonshire,
1783

¿Quién era esta señora?
Era una antepasada de Lady Di, por el lado de la familia Spencer, y se casó con William Cavendish, duque de Devonshire. Georgiana daba mucho que hablar. Fue activista política bastante beligerante, muy liberal en cuestiones amorosas, con muchísima vida social como noble que era, ícono fashionista que marcaba las tendencias, escritora, estudiosa de los minerales y adicta al juego, hasta tal punto que su marido y otros tantos tuvieron que salvarla de las deudas varias veces. Digamos que buscó diversas maneras para matar su aburrimiento.

El caso es que se le había perdido la pista a este cuadro y no se sabía adónde había ido a parar. Apareció en 1830: lo tenía una viejita, que había sido maestra de escuela, sobre la chimenea de su casa. Lo había recortado un poco, para que se ajustara a la decoración de su casa. Se lo vendió a un marchante de arte, por poco dinero, y éste se lo pasó a un coleccionista. Cuando murió, en 1876 los herederos lo pusieron en venta en Christie’s. Lo compró Agnew, un galerista de Londres, por un precio desorbitado para la época, hasta tal punto que salió la noticia en los diarios.


Entretanto, Junius Spencer Morgan entra en tratativas con Agnew y se lo compra para su hijo J.P.Morgan. El banquero había encargado un estudio genealógico de su familia y hete aquí que Georgiana era antepasada suya por parte materna. Acuerdan dejarlo en exposición por un tiempo en la galería.

Pero poco duró: a las 3 semanas fue robado. Eran 3: entraron por una ventana, lo cortaron para retirarle el marco y salieron por la misma ventana. Durante 25 años no se supo nada del cuadro ni quién lo había robado y por qué. De vez en cuando alguien daba alguna pista, pero no. Recién en 1901 se supo la verdad.

Adam Worth (Imagen:
Wikipedia)

Adam Worth era el criminal más buscado de la época.
Fue fuente de inspiración para Arthur Conan Doyle para el Dr. Moriarty, el enemigo de Sherlock Holmes. Worth tenía un curriculum delictivo importante: robo de bancos, de trenes, contrabando, casas de apuestas ilegales, robo de diamantes… Para Pinkerton era figurita conocida desde hacía buen rato. Pinkerton fue el que dirigió la primera agencia de detectives de USA y a él recurría varias veces la policía.








Por el robo de la caja de caudales de un tren, Worth fue apresado y enviado a la cárcel de Sing-Sing, pero logró escapar. Continuó con su carrera delictiva, con Pinkerton pisándole los talones. Cuando la cosa se puso fea, huyó a Europa. Inició una nueva vida con esposa e hijos, bajo el alias de Henry Raymond, pero, por supuesto, no por eso iba a dejar de delinquir. En 1892 fue apresado en Bélgica por el robo de un camión transportador de dinero; salió de la cárcel en 1897 por su buen comportamiento. Volvió a Nueva York, pobre y con un cuadro invendible. Se puso en contacto con Pinkerton y le cuenta toda su historia; mientras, el detective iba tomando nota. Respetaba a Pinkerton, pues, cuando fue arrestado en Europa, éste no colaboró con la policía belga y francesa, con la información que tenía.

(Imagen: Wikipedia)


¿Y qué pasó con Georgiana?

Allan Pinkerton (Imagen: Wikipedia)

Worth le cuenta a Pinkerton
que su hermano había estado preso. Lo habían agarrado tratando de cobrar un cheque falso en París y lo habían enviado detenido a Inglaterra y luego a USA. Robó el cuadro con otros 2 socios para poder canjearlo por la libertad de su hermano. Pero el abogado de éste consiguió liberarlo sin fianza y Worth ya tenía el cuadro en su poder. Quiso llegar a un arreglo con la galería, pero no hubo caso y decidió quedárselo. Lo introdujo en secreto a USA y lo escondió en una bodega en Nueva York.

Mientras tanto, los secuaces, impacientes porque no cobraban lo prometido, lo delataron ante la policía, pero ni ellos ni Pinkerton podían hacer nada, por falta de pruebas y por no saber el paradero de la obra. Así pasaron 25 años.




Gainsborough, Autorretrato, 1759

Worth le pide a Pinkerton
que intermedie en las tratativas para la devolución de la obra a los herederos de Agnew, por 25000 dólares. El acuerdo se logró en 1901 en Chicago y enseguida enviaron el Gainsborough a Londres. J.P. Morgan, para cumplir con el deseo de su padre, viajó inmediatamente y compró el cuadro por 150000 dólares.

Worth murió en 1902. Pinkerton contrató al hijo de éste en su agencia, sin decirle a qué se dedicaba su padre y su verdadero nombre. A partir de sus notas, escribió la vida del delincuente al que persiguió durante tanto tiempo.





¿Y qué pasó con Georgiana? En 1994 los Morgan pusieron el cuadro en venta y lo compró el duque de Devonshire por más de 400000 dólares. El cuadro está ahora en Chatsworth House, en la colección del duque. O sea, después de varios siglos, Georgiana volvió a casa.

Ya ves. Una vez que un cuadro sale del taller comienza una nueva historia.

Reynolds, Georgiana, Duquesa de Devonshire, 1785


Fuentes: Foreman, A. Georgiana: Duchess of Devonshire. New York, Modern Library, 2001

McIntyre, B. The Napoleon of crime. New York, Harper Press, 2012

Rosenthal, M. The art of Thomas Gainsborough. London, Paul Mellon Centre, 2000


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