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jueves, 25 de marzo de 2021

Un instante congelado en el tiempo

 
La Annunciata de Antonello da Messina

Da Messina, Annunciata, 1477



No sé tú, pero a mí este cuadro me fascina. Hace un tiempo lo copié con toda la intención de descubrir sus secretos (y no sé si lo logré). Dicen que es el cuadro más famoso de Italia, ¡con todas las obras magníficas que tienen!!! Estemos de acuerdo o no, sin duda, es una obra impresionante.
No es que su tamaño te atrape, no: es bastante pequeño, 45 x 34 cm. Una verdadera joya. Da Messina lo pintó entre 1474 y 1476, aparentemente mientras estaba en Venecia. Se encuentra en el Palazzo Abatellis, una de las sedes de la Galleria Regionale della Sicilia, en Palermo.

¿Quién era Antonello da Messina? Era siciliano, como su nombre lo indica. Se sabe muy poco de su vida, como suele suceder con los artistas de esta época: sólo existen documentos notariales o recibos. Nuestro tan mentado Vasari (lo vimos aquí) cuenta varias cosas sobre su vida, pero es muy probable que sea pura leyenda.

Se dice siempre que fue el que introdujo la técnica del óleo en Italia. Que supuestamente viajó a los Países Bajos a entrevistarse con van Eyck, simulando ser un comerciante veneciano (eran los que vendían los pigmentos) y que al verlo trabajar se llevó el secreto a Italia. Pero este viaje no está documentado, la técnica del óleo se conocía ya desde la Edad Media y Antonello no necesitaba viajar para ver lo que hacían los holandeses, pues había suficientes ejemplos en la corte de Nápoles, parte de la Corona Española en ese momento. Sea como fuere, la obra de da Messina es una síntesis de lo que se estaba haciendo en Italia (la perspectiva lineal, la investigación del espacio) y en los Países Bajos (la minuciosidad en los detalles).

Da Messina, María de la 
Anunciación, 1475

Da Messina
pintó una Virgen de la Anunciación muy parecida por esos mismos años;
está en la Alte Pinakothek de Munich. María, sorprendida ante la aparición del ángel, se cubre con las manos el pecho. El gesto es más que descriptivo. No hay fondos de pan de oro ni paisajes. El libro, abierto, revela que su meditación ha sido interrumpida. Aparentemente es la que pintó primero. ¿Con cuál de las 2 te quedas? El veredicto de los miles y miles de espectadores que la han contemplado desde que fue creada ha sido claro: con la Annunciata de Palermo.





La composición es muy semejante a la de Munich: espacio oscuro, lectura interrumpida, la sorpresa, eliminación del ángel, estructura piramidal/triangular… Pero en la de Palermo avanza mucho más. Es el gesto de la sorpresa concentrado en la mano derecha. La mano izquierda recoge el velo, como signo de pudor o de protección.

¿Y el ángel? La representación tradicional mostraba al ángel llegando desde la izquierda y María, a la derecha. En algún momento se creyó que da Messina había pintado un díptico y que la tabla de la izquierda, la del ángel, se había perdido. Pero la tabla que conservamos de María no tiene ningún indicio de que haya estado unida a otra, como marcas de bisagras o algo así. El cuadro fue creado así, con María como protagonista de un suceso inesperado y que le cambiará su vida por completo.

Fra Angelico, La Anunciación, 1425


¿A quién mira María? A nadie. Mira hacia adentro. Escucha la voz del ángel en su interior. Es la mirada de la contemplación y de la meditación. Por eso es una obra maestra. No hacía falta el ángel. Sólo estamos en presencia de una luz muy poderosa que viene de la izquierda (y con eso da Messina sigue siendo tradicional).

El velo azul es el mismo; azul, el color de la Virgen. Pero fíjate en la raya del pliegue del doblado, sobre su cabeza. Un velo que estuvo primorosamente guardado y alisado. ¿Ves? Eso sólo se le hubiese ocurrido a un artista holandés…  Si pensamos en estructuras compositivas, los pliegues del velo se reparten en 2 triángulos y rodean el rostro de María, acentuando su forma ovalada.

Llama la atención que no tenga aureola. Se han hecho varias conjeturas al respecto, pero es que la ha perdido en tantos siglos de retoques y barnizados.

El atril también tiene su libro abierto, pero ahora pareciera como que las páginas están a punto de moverse, de cambiar de posición. ¿Es la brisa del ángel que llega? ¿O significa que la historia de María está a punto de cambiar? Y fíjate en el atril: está construido perfectamente en perspectiva, o sea, respondiendo a las investigaciones de los artistas italianos del momento.

Mira todo lo que nos dice Antonello con este pequeño cuadro. Una ausencia, un gesto, una mirada bastan para lograr una obra original, sin dejar de ser tradicional, y trascender por siglos.

Fuentes: Barbera, G. Antonello da Messina, Sicily's Renaissance Master
New York, Yale University Press, 2005
Lucco, M. Antonello da Messina, l’opera completa. Milano, Silvana, 2013

 

 

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