El barrio de los pintores: Dafen
Me imagino en lo que estás
pensando, pero no. Vamos a hablar de un pequeño barrio chino en el que el arte,
la pintura, es una industria. ¿Has oído alguna vez algo sobre Dafen?
Dafen es un barrio de la ciudad de Shenzhen, cerca de Hong Kong.
Por su proximidad, y para fomentar las exportaciones, el gobierno convirtió a esa ciudad en zona franca. Allí se estableció en 1989 un artista hongkonés llamado Huan Jiang, que se dedicaba a la reproducción de cuadros famosos, pintados a mano. En ese entonces Dafen era un pueblo muy pobre (al que luego absorbió la ciudad) y le atrajeron sus precios bajos. Cruzó la frontera y estableció su taller allí.
Era capaz de pintar 12 cuadros por día, que vendía al equivalente de 2 euros. Logró afinar su técnica de tal manera que podía terminar un cuadro en una hora. Tenía muchísima demanda, hasta tal punto que una gran cadena de supermercados estadounidense (no te voy a decir cuál) le hizo un pedido de 40000 unidades, en un tamaño de 20 x 30 cm, con entrega en 40 días. La única manera de cumplir con este encargo era aplicar el criterio de producción en línea, como en las fábricas.
Dividió el taller en sectores: el
embalaje, la preparación de bastidores, la producción de los cuadros. Empleó a
artistas como ayudantes y los puso a trabajar de la siguiente manera: todos
pintan el mismo cuadro, pero cada uno trabaja sólo una parte y se lo pasa al
compañero para que lo continúe (p.ej. uno pinta los verdes; el siguiente, los
rojos… O uno hace el rostro; el otro, la vestimenta… y así). Y el mismo cuadro,
una y otra vez. Hoy trabajan para él unos 40 ayudantes.
Otros copiaron su modelo de
trabajo y la ciudad se llenó con este tipo de talleres. Son aproximadamente
unos 300 talleres que emplean a 10000 pintores y 2000 artistas reconocidos, más
tiendas de marcos, cafeterías (en las que se suelen dar clases de pintura) y
todo lo necesario para esta actividad. Muchos artistas proceden de escuelas de
Bellas Artes; otros, ni siquiera tienen que ver con esta actividad, pues se
saca más dinero que como operario en una fábrica. Suelen ganar entre 100 y
10000 euros, dependiendo de la trayectoria, jerarquía en el esquema del taller
o su habilidad. No tienen un sueldo fijo: se les paga por la cantidad de obras
que pinten (por día pueden ser unas 20 ó 30). Sus talleres están en las mismas
callecitas angostas, al aire libre. Algunos suelen dormir ahí mismo, en su
puesto de trabajo. Pintan durante 10 hs, con un solo día de descanso.
Allí tienes para elegir un
Renoir, van Gogh, Rafael, da Vinci, Picasso, para tu casa: lo que quieras. El
más vendido: los Girasoles de van Gogh (no me sorprende). También acuarelas o cuadros de
caligrafía china. Puedes comprar un retrato de Elvis, de Mao, de Reagan, de la
reina Isabel de Inglaterra, Beckham… O encargarles uno: con darles una foto, en
una hora lo tienes. Por el módico precio
de 0.40 hasta 15 euros. Se calcula que de Dafen sale el 50% de todas las copias
de obras de arte que se venden en el mundo: unas 5 millones por año, que
implican unos 100 millones de dólares!
No tienes necesidad de ir hasta
allí para comprar una réplica de éstas: la ciudad tiene página web. Por
supuesto, también hay un museo en el que se exponen obras de arte contemporáneo
chino.
El éxito de “la ciudad de los
artistas” trajo como consecuencia que subiera el costo de vida y de los alquileres: esta
actividad se extendió a otras ciudades vecinas, más baratas. Además, ya no es
totalmente artesanal: los pintores trabajan sobre un lienzo previamente impreso
con el cuadro a copiar y sólo se limitan a cubrir con óleo las partes
correspondientes.
Hoy en día una gran parte de la producción
se la lleva el mercado interno; el resto es comprado por Estados Unidos y
Europa. Para el Black Friday triplican la producción. ¿Quién compra
estas pinturas (o compraba)? Hoteles, clínicas, restaurantes o revendedores que los ofrecen
en lugares turísticos. Por ejemplo, una réplica, supongamos, de un Pissarro, en
Dafen se vende entre 2 y 10 euros; en Montmartre puede llegar a 300.
En fin, ¿qué te parece todo esto? En primer lugar, ¿es arte esto? No: es sólo una industrialización del arte. La obra se convierte en un producto; el pintor copia mecánicamente, sin poner nada de sí mismo.
Bueno, la copia de obras de arte
ha existido y existe aún hoy. En otros tiempos era la única manera de mostrar
lo que se estaba haciendo. El Greco, por ejemplo, hacía una copia de todos sus
cuadros, para tenerlas como inventario y como portfolio para mostrar (la podía
hacer él o alguien de su taller). La copia es un gran medio para aprender y
entender a un gran maestro. En el caso de Oriente, la copia es muy apreciada:
no se la ve mal, al contrario; lo que no existe allí es nuestro concepto de
creatividad y originalidad. Lo que se discute aquí, sin embargo, es el hecho de
convertirla en un objeto de producción en línea.
Mientras se diga que es una
copia, no es delito. Después, está el asunto del copyright: el
gobierno chino permite copiar autores que hayan muerto hasta hace 50 años. Sí,
pero puedes encontrar alguna de O’Keeffe (murió en 1986) o de Botero (que está
vivito y coleando).
Otra cosa son las condiciones de
trabajo: eso no es cosa nueva cuando hablamos de China. Pero los artistas no se
quejan, al contrario: ganan más que en cualquier otra profesión y, si han
estudiado arte, al menos tienen un empleo que les da de comer y que es un
estupendo escaparate para su carrera. (Aunque reconocen que pintar siempre lo mismo es aburridísimo.)
Por otro lado, existe porque hay
demanda. Una cadena de hoteles puede comprar 50 Monet iguales a un precio
irrisorio (en lugar de apoyar a los artistas locales).
En fin, son cosas que ocurren en China. Alguna vez un empresario muy renombrado del mundo de la moda
me dijo algo así como: “El día en que los chinos se den cuenta de que no
necesitan copiar más por la calidad de sus artesanos y por la tremenda tradición
que tienen… entonces, peligraremos nosotros”.
Lo dejo ahí.
Las imágenes están sacadas de
Wikipedia y Artsy.
Si quieres profundizar más sobre
este tema te recomiendo:
Wong, W., Van Gogh on Demand: China and the Readymade. Chicago. University of Chicago Press, 2014
Hulme, A., The Changing Landscape of China’s Consumerism, Oxford, Elsevier, 2014
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