del Rosso, El secreto de la rosa, 2004 |
Sí, de nuevo la famosa
pregunta: “¿Ud. puede vivir de su arte?”. ¿Qué le digo? Normalmente, si es
alguien con el que no tengo confianza, no entro demasiado en detalles. Es
inútil. ¿Para qué? El que conoce de cerca lo que es ser artista (músico,
escultor, lo que sea) sabe perfectamente lo que esto significa y nunca te lo
plantearía.
del Rosso, Berenjenas y cítricos, 2015 |
del Rosso, Nubes II, 2004 |
del Rosso, Árbol solitario, 2006 |
Sí, no te lo niego, esto del
arte, del pintar, es así. Aunque no todo son rosas en esta vida. El crear una
obra es una lucha constante contigo mismo, con el lienzo, con lo que quieres
hacer y no te sale. Piensas que estás logrando tu gran obra maestra y cuando la
terminas te das cuenta de que es horrible… hasta que después de unos años la vuelves
a ver y te dices “oh, no estaba tan mal”. ¡Qué te voy a contar de las luchas
internas en pos de la obra maestra que nunca llega? El arte es así: un camino
lleno de piedras, con las que te tropiezas algunas veces y otras las gambeteas
como puedes. Y es un camino que nunca termina, nunca llegas, porque hay otros
que te han superado infinitamente y sabes que lo tuyo será sólo un pequeño
granito de arena. Pero este granito de arena es también parte de la playa.
Otras veces te vienen con que,
bueno, sacias el ímpetu decorativo de ciertas personas: vendes un producto.
Como objeto comercial es muy peculiar: único y exclusivo, hecho a mano, con materiales
caros, no perecedero y, por lo tanto, puede estar años almacenado esperando a
un cliente. Vaya negocio.
Y luego, la conversación sigue:
-“Pero, ¿cuánto tiempo le dedica Ud. a esto?”. No es una pregunta inocente: la
intención es saber si lo que cobras se justifica por el tiempo que pasas
delante del caballete. (Y de paso, hacer la cuenta en su mente de cuánto cobras
por hora. Si es que un cuadro se puede cobrar por hora, claro.) Estás en esto
desde hace más de 30 años y osan decirte que el cuadro no vale lo que dices o que esto
lo puede hacer cualquiera (ya le pasó a Picasso, nada menos). Y ya me gustaría
darles un pincel para que lo intenten… No sé por qué con esto de la pintura
todo el mundo se cree con derecho a opinar. Por lo menos, esto no les pasa a
los músicos o a los bailarines de ballet… ¿Por qué será?
Ser artista tiene connotaciones
peyorativas. Nadie lo considera un trabajo. La gente cree que, oh, te sientas
frente al caballete y ¡voilá! No, los cuadros no se pintan solos. En cada uno
de ellos hay años de estudio, de lecturas, de ensayo-error y vuelta a empezar,
de vivencias acumuladas. Pintar es un modo de expresión, en el que uno vuelca
todo lo que tiene dentro, lo que uno es. Uno es artista todo el rato. Vas por
la calle, te llama la atención una escena, un árbol, una puesta de sol. Boceto
rápido, foto, anotar la hora para ver si puedes volver con el caballete.
Libretas llenas con notas y bocetos, miles de fotos. ¿Y ahora qué? Ver el plan
de trabajo: cuál es la línea que voy a trabajar este año, qué mensaje quiero
comunicar, qué técnica, qué cosas nuevas quiero explorar. Emociones, eso es lo
que quiero trasmitir. De todos esos bocetos, fotos y lugares, ¿cuál se adecua
mejor?
Así queda el suelo del taller luego de un día de trabajo (Imagen: C.del Rosso) |
¿Es el momento apropiado para
empezar este proyecto? Hay obligaciones familiares y de trabajo, viajes y
exposiciones programadas. Los lunes toca gestiones y contestar mails. Los
miércoles, programar redes y el post del jueves. Y luego, escribir estos
artículos para ti, 1 horita todas las noches, después de cenar. A mí me viene
mejor la noche para escribir. Los hago con 2 meses de anticipación: uno nunca
sabe, siempre hay imprevistos y no quiero que me pillen desprevenida.
Bueno, manos a la obra, lienzo en
blanco, pensar la composición. ¿Qué es lo que quiero comunicar? ¿Cuál es la
composición y estrategia de color que le viene mejor? Y trabajar en él 2 horas
por día, ¡por lo menos! Dos cuadros a la vez, para no estar sin pintar mientras
uno se va secando. Si un día no pinto, me pongo de muy, pero muy mal humor. El
cuadro te espera en el taller y te están sacando del ritmo, de la rutina, y, lo
primordial, del espíritu con que lo empezaste, de esa disposición interna que
hace que el cuadro comunique el mensaje previsto. Poner música ayuda mucho. Una
taza de té, también. Mi taller es muy frío en invierno: no hay que olvidarse de
encender con tiempo la calefacción. Ponerse el delantal para no mancharse más
de la cuenta.
del Rosso, El valle, 2007 |
Cuadro terminado (supuestamente):
toca evaluar el resultado. Retocar si hace falta. Dejarlo por un tiempo y
volver a evaluar. Y si todo va bien, firma y el barniz, un año después, cuando
el óleo esté bien seco.
“Pero, ¿cuánto tiempo tarda Ud.
en pintar un cuadro?” (Otra vez con lo mismo.) Lo que haga falta: media hora,
un mes, 1 año, 2 años, retocarlo dentro de 5 años… Esto no es como en el
laboratorio, donde tienes parámetros que te dicen si está correcto o no. No hay
tal cosa: uno está solo frente al lienzo.
Sofonisba Anguissola, Autorretrato, 1556 |
Por eso, no hay precio justo para
una obra de arte. Dicen que el precio lo pone la demanda del mercado. Vaya. Lo
mejor sería volver al mecenazgo: que alguien crea en ti, te ayude con las
necesidades básicas y regalar los cuadros, como hacía Sofonisba (aunque ella no
podía venderlos porque no debía). No más ferias, galerías, subastas, comisiones
y marketing: el arte por el arte mismo. Suena muy radical; en realidad, no sé
cuál sería la solución. Estoy pensando en todo esto mientras este señor se
decide.
del Rosso, Viaje en tren, 2012 |
Nota: Si te estás preguntando qué
pasó con el cliente, no se decidió. Prefiere venir con su señora: me confesó
que no entiende de arte.
No todos los clientes son así... ¡Con muchos de ellos conservo una amistad de años! ¡Tienen a un "hijo mío" en sus casas!
(Si pinchas en las imágenes podrás ver cada cuadro en mi página web y, de paso, ayudas a este señor a elegir... Dime con cuál te quedas.)
(El tal señor que te describo arriba no existe: es un personaje de ficción, para que nadie se sienta aludido. Las preguntas incómodas y las situaciones son verdaderas: me ha pasado mil y una vez.)
No todos los clientes son así... ¡Con muchos de ellos conservo una amistad de años! ¡Tienen a un "hijo mío" en sus casas!
(Si pinchas en las imágenes podrás ver cada cuadro en mi página web y, de paso, ayudas a este señor a elegir... Dime con cuál te quedas.)
(El tal señor que te describo arriba no existe: es un personaje de ficción, para que nadie se sienta aludido. Las preguntas incómodas y las situaciones son verdaderas: me ha pasado mil y una vez.)
que lindo, me lo lei todo. me sonrei, y me encantaron los cuadros (perdon, no se nada de arte) pero me encantaron. saludos!!!
ResponderEliminarque difícil!!! me quedaría con todos!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMe parece que a este señor le pasó lo mismo...
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