De vacaciones
von Menzel, El pie del artista, 1876 |
¡Qué
comodidad! Estirar las piernas… y oh, ves tu pie, estás pintando…¿por qué no?
Si los artistas siempre han pintado sus rostros, sus manos… ¿por qué no los
pies?
Aquí
tienes el pie del artista, de Adolf von Menzel, pintor alemán del siglo XIX.
Dicen que estaba enfermo y que lo pintó en la cama.
Vaya pie.
Los zapatos en esa época no eran tan cómodos como los actuales. Es un pie con
mucho trajinar: tiene 61 años de andar por el mundo. No lo embellece, lo pinta
tal cual es, con sus deformidades y callosidades. No es un canto a la Belleza,
realmente.
Es un ejercicio, como los ejercicios de la clase de Anatomía de la
Academia de Bellas Artes; es pintar lo que estamos viendo justo en este preciso
instante…
Tapiés, Materia en forma de pie, 1965 |
Un cuadro
de un pie es muy raro. Es un autorretrato: la parte por el todo. Un autorretrato
bien curioso.
Dalí, El pie de Gala. Estereoscopía, parte derecha, 1973 |
¿Cuánto puede decir la imagen de un pie?
Siempre miramos las manos, instrumentos del hacer. Los pies nos sostienen
durante toda la vida y nos llevan de aquí para allá: instrumentos del
movimiento, del viaje. Con los pies dejamos huella.
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