Mantegna, Óculo de la Cámara de los esposos, 1471 |
Pannini, Interior del Panteón, 1691 |
El origen está en el
Panteón de Agripa, en Roma (125 d.C.). Vuelve a aparecer en el Renacimiento,
cuando los arquitectos consiguen finalmente construir cúpulas estables. Se
extiende su uso en el Barroco y más adelante, a la arquitectura de inspiración
neoclasicista.
Éste es un blog sobre pintura, ¿a
qué viene todo esto?
Correggio, Convento de San Juan Evangelista, 1523 |
La bóveda de una cúpula obliga a
los artistas a pintar en un espacio circular y a muchísima altura. Esto supone
crear figuras que a ras del suelo parezcan convincentes, o sea, en escorzos
propios de la “perspectiva de rana” (o sea, con una línea de horizonte muy baja)
o, como la llamaban los renacentistas, di
sotto in su, de abajo hacia arriba. El problema fundamental es que los
artistas, al diseñar su obra, tienen que tener en cuenta el óculo, o sea, el
agujero central, y que además sea una composición simétrica, para que sea
armónica con el formato circular.
Para el espectador, el punto de
fuga es el centro del óculo. Si visitas alguna iglesia o monumento con este
tipo de arquitectura, haz este ejercicio: ponte justo debajo del centro de la cúpula
y contempla los frescos. ¡Imagínate al pintor trabajando ahí arriba! Te
propongo estos ejemplos:
Vasari-Zuccari, El Juicio Final, Santa Maria del Fiore, 1579 (Imagen: Wikipedia) |
Santa Maria del Fiore en Florencia,
diseñada y pintada por Vasari y terminada por Zuccari (1579). Es inmensa: la
superficie pintada abarca unos 3600 m2; no con base circular sino octogonal
(símbolo de la Resurrección) y con anillos concéntricos que le dan un dinamismo
impresionante a la composición.
Goya, Reina de los Mártires, Basílica del Pilar, 1781 |
En la Basílica de Nuestra Señora
del Pilar, en Zaragoza, el fresco "Reina de los Mártires" de Goya (1781): una
obra que le trajo un montón de disgustos, una pelea con su cuñado, su mentor, y
la cancelación del encargo para el resto de los frescos. La razón: lo pintó con
pinceladas abocetadas, apartándose del estilo del que había realizado en 1772 (“La adoración del nombre de Dios”).
Goya, Milagros de San Antonio, Ernuta de Sn.Antonio de la Florida, 1798 |
Y la ermita de San Antonio de la
Florida (1798), en Madrid, también de Goya, con los milagros de San Antonio. Acomoda
a los paisanos de Madrid alrededor de la circunferencia, con una barandilla.
Para contrarrestar la figura de San Antonio y que no pierda importancia en la
composición, le contrapone un árbol y montes.
Hay otro tipo de óculos más interesantes
que éstos: los falsos. Dan ilusión de un más allá del techo, dan ilusión de
abertura, pero no hay cielo, no hay agujero. Es un tipo de pintura (o
perspectiva) “ilusionista”. Pueden
presentarse en techos planos o simplemente, en bóvedas de cúpulas.
Mantegna, Cámara de los esposos |
El óculo más maravilloso es el de
Mantegna, en la "Cámara de los esposos" (1471) en el Palacio Ducal de Mantua. Es
un trocito de cielo, con una barandilla falsa (el “San Antonio” de Goya tiene
como antecedente a esta obra). Vemos angelitos y otros personajes en distintas
posiciones y mirando hacia abajo. La maceta, apoyada sobre un bastón, refuerza
la sensación de levedad. El pavo real simboliza la fidelidad. Es el ejemplo
perfecto de una perspectiva di sotto in su
y el primer ejemplo de pintura ilusionista de la Historia.
Correggio, La Asunción de la Virgen, Catedral de Parma, 1530 |
Otros ejemplos notables: La
catedral de Parma (1530) y el convento de San Juan Evangelista (1523), los dos
en Parma y de la mano de Correggio. El
fresco de la Catedral trata sobre la Asunción de la Virgen, el centro de la
composición está vacío y tenemos un Cristo descendiendo a buscar a su Madre. La
planta es octogonal y rodean a la Virgen ángeles, santos, en anillos
concéntricos (como en Santa María del Fiore). En San Juan Evangelista predomina
en el centro la figura del Cristo del Apocalipsis.
Por supuesto, hay miles de
ejemplos, tanto en edificios civiles como religiosos: la cúpula de Los Inválidos, París (La Fosse,
1673), la Capilla de la Virgen en la
iglesia de San Sulpicio, París (Lemoine, 1732), o “La Apoteosis de G.
Washington”, en el Capitolio de Washington (Brumidi, 1862).
Fuentes: Varios. Oxford History of Art, New York, Oxford
University Press, 1998-2003;
Honour, H.-Fleming, J. Weltgeschichte der Kunst, Munich, 1983;
Varios. Propyläen Kunst Geschichte, Berlin,
Propyläen V., 1990;
notas personales
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