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jueves, 11 de febrero de 2016

El primer violinista de la orquesta


Klee, En el desierto, 1914
Hace poco hablábamos de Delacroix y su pasión por la música, pero él mismo no era músico. En cambio, Paul Klee reunía el talento para la pintura y para el violín por igual. Sus padres eran músicos y, al ver que con 11 años tocaba perfectamente ese instrumento, esperaban que siguiera sus pasos. Pero no, mejor dicho, no del todo: el pequeño Paul también dibujaba increíblemente y cuando tuvo que elegir qué estudiar, prefirió la pintura. Pero no dejó el violín: durante mucho tiempo fue su medio de subsistencia. “Uno se enamora de los violines”, dice, cuando consigue un Testore de 1712. A partir de 1902 será primer violinista de la "Bernische Musikgesellschaft", mientras se perfeccionaba en el grabado. Sus preferencias: Bach, Brahms, Mozart, Haydn…  Y cuando no tiene puesto en la orquesta, trabaja como crítico de música para el "Bloescher Zeitung".

Klee, El artista en la ventana, 1909



Nunca dejó de tocar, como nunca dejó de pintar: ni siquiera cuando tuvo que marchar al frente de la Primera Gran Guerra, ni siquiera cuando la enfermedad lo llevaba a la muerte.









El texto que te presento hoy es un extracto de su diario; lo comienza a sus 19 años (1898). A su muerte, Lily, su esposa, (pianista, ella) lo conservó como un tesoro. Lo publicó más tarde su hijo Félix, luego de una larga batalla por los derechos de reproducción, y sólo hasta 1918, cuando Paul Klee vuelve del frente de la 1ra Guerra Mundial y se reúne con su familia.

El diario está lleno de referencias a sus visitas a conciertos, de sus viajes con la orquesta y con el detalle pormenorizado de lo que tocó o escuchó. Incluso incorpora pentagramas con transcripciones de pasajes que le han gustado.

Como verán más abajo, tocó junto a Pablo Casals.

Kokoschka, Pau Casals, 1954
“597 En el quinto concierto sinfónico tocó Casals, ¡uno de los músicos más maravillosos que ha habido jamás! El sonido de su cello es de la más conmovedora melancolía. Su ejecución, sin límites. Ya hacia afuera, pero desde lo profundo, ya hacia adentro, hacia la profundidad. Al tocar cierra los ojos, pero la boca se regodea levemente en esa calma.
En el ensayo disgustó gravemente a nuestro director de la Asociación. Casals apareció con casi media hora de retraso. El director de la Asociación lo recibió mostrándole el reloj. Esto le molestó al español, que no entiende de costumbres suizas. Seguramente pensó para sus adentros, quieren ver lo que tú eres capaz de hacer. Comienza el concierto de Haydn en tutti. (..) A nuestro director de la Asociación nunca se le dio demasiado bien marcar el tempo y por supuesto se equivocó por completo. Casals trató de mostrarle. Obviamente, en vano.  Entonces, comenzó con el solo y sonó como si el cielo se abriera. (…) Entonces, le entró miedo al director, y, a pesar de haberlo ensayado varias veces, no fue capaz de dar la entrada después de la cadencia del solo. Que no tenía sensibilidad alguna, era claro para el español de hacía rato, pero ahora se le despertó también la sospecha de que además le podría faltar el conocimiento de las notas. Nombró en voz alta por su nombre cada nota antes de la entrada del tutti. Esto sonó tan hiriente, como en la Escuela Primaria.
Klee, Viento de fuego, 1922
(…) Pero el español se fue lanzando estas  palabras “ah c’est terrible de jouer avec cet orchestre!” y no quiso tocar ni una nota más. (…) (1)
A la tarde Casals estaba sentado, irritado delante de la orquesta que tocaba la introducción. El director se quedaba mudo, pidiéndole su opinión sobre el tempo. El español esperó todavía un compás más, después atacó con los bajos y puso orden luego con un par de golpes de arco sobre las cuerdas.
Tuvimos que tocar el Sol menor de Mozart, una obertura (La Vestal) de Spontini y la pequeña obertura de Così fan tutte, la más maravillosa entre las obras más maravillosas.
Además de Boccherini Casals también tocó solo una sarabanda de Bach.”

(Berna, 1905)

Klee, Separación verspertina,
1922

Klee, P. Tagebücher (1898-1918), Köln, DuMont V., 1979
Un agradecimiento especial por su asesoramiento a Beatriz y Patricia Pomés.


(1) En francés en el original: "Ah, es terrible tocar con esta orquesta..."











3 comentarios :

  1. Y me quedo pensando... ¿habrá sabido Casals alguna vez quién era el que tocaba el violín?

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  2. Felicidades Cristina!

    Qué relato tan emocionante y qué maravilla comprobar la interdisciplinaridad de las artes. Me ha gustado mucho descurbrir esa faceta musical de Paul Klee, al que siempre he asociado con su pintura tan caractrística.

    Respecto a tu pregunta, no estoy segura de que Casals identificara a Klee. Tras la lectura del fragmento de su diario me surge incluso la duda de que llegaran a interactuar personalmente en alguna ocasión...

    Qué interesante, a saber con cuántos maestros hemos compartido habitación sin ser conscientes de ello!

    Te mando un fuerte abrazo y te felicito por tu labor altruista y apasionada de transmisión artística.

    Muchos besos desde Suiza,
    Patricia

    pd. Por cierto, pequeña curiosidad, "Klee" en alemán significa trébol!

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    Respuestas
    1. Gracias, Patricia!
      Es cierto que en el texto se trasluce que no interactuaron personalmente; en ese momento Klee todavía no era conocido. Pero, ¿después? Klee murió en 1940; Casals, en 1973... y este texto es de 1905! Probablemente, Casals no haya sabido nunca de esa coincidencia...
      Y sí... Klee en alemán significa "trébol"!!!!

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