Manet, En el Café, 1878 |
Fantin-Latour, Manet, 1867 |
Año 1866: Édouard Manet, 34 años,
de familia burguesa, siempre elegantemente vestido. De maneras afables, muy
sociable y de humor irónico. Su padre lo había preparado para las Leyes, pero
Édouard se decidió por la pintura. Todos los años presentaba obras en el Salón:
algunas fueron rechazadas de plano, otras aceptadas. Ya tenía en su haber el
escándalo de su “Desayuno en la hierba” y de su “Olympia”. Dada su posición
económica no necesitaba vender y esto le daba mayor libertad: no le importaba
provocar polémicas ni transgredir.
Manet, Retrato de Émile Zola, 1868 |
Émile Zola: 26 años, nacido en
París, pero había sido criado en la provincia, en Aix-en-Provence, era amigo de
la infancia de Cézanne. Al quedar viuda su madre, vuelven a París y pasan
muchas penurias económicas. Por esta época ya había dejado su trabajo en
Hachette para dedicarse a la literatura. Era columnista de L’Évenement (que luego pasó a ser Le Figaro), donde escribe artículos en defensa de la nueva pintura,
el impresionismo, y en contra del jurado del Salón oficial. Cézanne lo conecta
con el grupo: se reunían todas las tardes en el Café Guerbois Renoir, Degas,
Sisley, Fantin-Latour, Whistler, Bazille, Monet…
En ese café, en febrero de ese año, Guillemet los presenta. Manet lo lleva a su taller, que quedaba muy cerca, y le muestra sus obras, entre ellas, los 2 cuadros del escándalo. Desde este momento los unirá una amistad que durará hasta la muerte de Manet en 1883: 18 años en los que Zola se erigirá en defensor acérrimo de Manet y éste lo aceptará con mucho agradecimiento, pero sin decir mucho más.
Por su parte, Manet, a pesar de
que se lo consideraba el jefe de la “banda”, nunca expuso con ellos. Quería
legitimarse exponiendo en el Salón Oficial, costara lo que costase. Al ser de
nuevo rechazado para la Exposición Universal de 1867, organiza una exposición
privada y paralela en su taller, a la que asisten 10000 personas. Para la
ocasión (marketing puro) Zola publica un estudio crítico sobre el pintor en
forma de cuadernillo (el de las tapas celestes, sobre el escritorio de su retrato).
Este retrato lo pinta en 1868 en
señal de agradecimiento, pero a Zola no le gusta demasiado, sólo presta
atención en la maestría con que está pintada su mano. ¿Le habrá molestado que
haya demasiadas referencias a Manet en el cuadro? El cuadro dice más de Manet
que del retratado.
En el invernadero, 1879 |
¿Realmente había una amistad
verdadera entre ellos? Es evidente que Zola buscaba hacerse un nombre, como
defensor del pintor rechazado y aprovechándose de los temas polémicos de sus
obras. Fue el primer periodista que comprendió el poder de los medios y
utilizarlos para su provecho personal. ¿Creyó en el arte de Manet? Al
principio, sí. ¿Y Manet? Siempre le estuvo agradecido, y por supuesto, no le
venía mal la publicidad que le hacía su amigo.
Nana, 1877 |
Manet leía las novelas de Zola y sus cuadros están influidos por sus ideas, como p.ej.: “En el invernadero” y “Nana”. “Nana” es una alusión directa a una novela de Zola. Y las novelas están influidas por sus cuadros: la Olympia de Manet (1863) es Thérèse Raquin (1867). ¿Estrategia de mercado? ¿Planificada o sólo producto de las conversaciones de los 2 amigos?
En 1879 Zola escribe “Cartas
desde París” para un periódico ruso: se manifiesta desilusionado ante la
evolución de la pintura impresionista; considera que se han quedado en el
boceto y que sólo son pioneros, que no ha llegado todavía el gran cambio. Y
critica duramente a Manet. ¡Notición: los 2 están peleados! Zola escribe
inmediatamente a Manet aclarándole que en realidad se refería a Monet y que era
un problema de traducción (¿?)*. Manet
exige que se publique esa carta de disculpa en el periódico.
A la muerte de Manet, su familia
le pide a Zola que escriba el prólogo del catálogo de la exposición que se le
hizo en su homenaje. Dice que tenía 26 años y que en ese momento consideró que
era su deber defender al vencido.
Almuerzo en la hierba, 1863 |
Manet es el producto de Zola: él
lo convirtió en “celebrity”. ¿Hubiese sido tan famoso hoy sin la ayuda de su
amigo? ¿Era amistad verdadera o sólo por interés? No lo sabremos nunca.
Fuentes: Biele-Wrunsch, M. Die Künstlerfreundschaft zwischen Édouard
Manet und Émile Zola.
Berlin, Driesen V., 2009;
Zola, É. Escritos sobre Manet. Madrid, ABADA
editores, 2010
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