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Paseo por el faro, Biarritz. 1906 |
Me quedó un rato libre,
suficiente para acercarme a ver la exposición “Sorolla y Estados Unidos” en la Sala Recoletos de la Fundación Mapfre. Comparto con mi amiga Angélica
(¡una pintora espectacular!) la admiración por Sorolla. ¿Cuántas horas habremos
pasado copiando sus cuadros y tratando de imitar sus olas, sus malvas…?
Ella la había visto en San Diego y, al no poder disfrutarlas juntas, al
menos nos quedaba la posibilidad de estar al frente de los mismos cuadros,
aunque en distintos tiempos y continentes. Tenía que cumplir con mi promesa y, mientras
me tomo un café, con las sensaciones aún frescas me pongo a escribir esta
entrada del blog para compartirlas con todos Uds.
El hilo conductor de la
exposición es la relación del artista con los Estados Unidos. Están presentes
algunos estudios para el proyecto de decoración de la Hispanic Society, sus
gouaches de New York, los dibujos que hacía sobre los menús de los restaurantes
mientras comía, obras que vendió allí y que rara vez son traídos a España… Impresionantes todos. Impresionante la fuerza
de su pincelada, que convierte a la pintura en casi un bajorrelieve. A lo
relevante, la luz, el rostro; siempre le aplica más cantidad de material.
Impresionante su paleta, cómo sabe poner una mancha de verde veronés sobre una manga -hay que ser muy
valiente- o dejar abocetados los rostros de unos niños jugando en el mar.
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Triste Herencia, 1899 |
Tenía mucho interés en ver 4
cuadros. Las reproducciones nunca son fieles. Tenía curiosidad por ver desde hace tiempo “Triste herencia”. Había intentado verlo en Valencia en el 2009,
pero no está permitido. ¿Por qué Monet, cuando lo vio, dijo: “Estamos en
presencia de un maestro de la luz”? ¿Precisamente Monet? Y las reproducciones
no revelan la grandiosidad de este cuadro.
No por nada ganó el Gran Prix de 1900 con él: muestra su compasión y
respeto por los niños huérfanos del Asilo de San Juan de Dios. Él mismo era
huérfano: ¿habrá pensado en que había
tenido mejor suerte que estos niños que tenía frente a su lienzo? Los cuerpos
delgados y enfermos están llenos de malvas, verdes, carmines, naranjas, que contrastan contra el gris
austero de la sotana del sacerdote. En Sorolla hay que prestar atención no sólo
en los matices de la luz, de sus blancos, sino también en sus grises y negros
como los del traje del retrato de Beruete o los de "Los Nazarenos" de la
Hispanic Society.
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Otra Margarita, 1892 |
Quería ver también “Otra
Margarita”, otro de sus cuadros premiados en 1892. Con unas pocas pinceladas
nos muestra el rostro de la infanticida, con mirada extraviada. Apenas se ven
sus manos esposadas. Y otra vez, la luz reflejándose en las paredes del vagón.
(Sorolla pidió que le dispusieran uno en El Grao para poder pintarlo del
natural.)
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Los pimientos, 1903 |
Y otro, al que no le hacen
justicia las reproducciones es “Los pimientos”. Una mancha roja sugiere apenas
los pimientos y el rayo de luz sobre la manga de la niña es un brochazo con
mucha pintura blanca, en el que uno hasta se puede imaginar el gesto al pintar.
(Si esto no es un “action painting” en 1903...) Es un cuadro que recuerda por
su composición a “Y aún dicen que el pescado es caro” del Museo del Prado.
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Louis Comfort Tiffany, 1911 |
Y finalmente, el retrato de Louis
Confort Tiffany (1911): un retrato al aire libre, en el jardín de su mansión de
Long Island, rodeado de flores en tonos amarillos, lilas, azules...
Podría seguir comentando cómo
maneja las transparencias, sea del mar o de un encaje, y el movimiento del
agua, o podría decirles cómo pinta a Clotilde, su amada esposa, o a tantos
personajes de la alta sociedad americana o a los reyes de España…. Entrar a una
exposición de Sorolla es entrar a un mundo de luz y de optimismo por la vida.
Sin duda, uno de los grandes.
Gracias por invitarnos a recorrer esta estupenda exposición contigo!!!
ResponderEliminarPincha arriba en el texto y podrás recorrer la exposición virtualmente.
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