Monet en Bordighera
Monet, Palmera en Bordighera, 1884 |
“ Querida señora,
(…) Cuando he terminado mi jornada de trabajo y me veo solo en una
triste habitación de hotel, no dejo de pensar en usted y, si fuera posible,
daría cualquier cosa por pasar una tarde a su lado; pero eso ya lo sabe, como
también yo sé lo que piensa usted; no está bien que dude de ese modo
continuamente de mí. Si soy feliz por trabajar en este hermoso país, mi corazón
está en Giverny siempre y para siempre, ¿no lo duda, verdad? Y perdóneme por
dejarla sola con todas sus preocupaciones.
Usted tiene sin embargo a su alrededor muchas caras amables, alegría,
risas, yo no. Yo trabajo; es para mí una gran fuente de placer, pero es en lo
único que pienso.
Monet, Bordighera, 1884 |
Hoy he trabajado todavía más: cinco telas, y mañana cuento con
comenzar una sexta. Esto marcha por lo tanto bastante bien, aunque sea bastante
difícil de hacer: estas palmeras me atormentan; y además los motivos son muy
difíciles de captar, de plasmar en el lienzo; hay tanta frondosidad por todas
partes; es una delicia verlo. Uno puede pasearse continuamente bajo las
palmeras, los naranjos y los limoneros y también bajo los admirables olivos,
pero cuando se buscan motivos, la cosa
es muy difícil. Me gustaría hacer naranjos y limones destacándose sobre el mar
azul, pero no logro encontrarlos como quiero (…).
Suyo,
Digo suyo porque es la verdad.
Claude Monet”
W
II, 394/ a Alice Hoschédé
Bordighera, 26 de enero de 1884
Monet había conocido esa zona del norte de Italia en un viaje de 3
semanas con Renoir el año anterior. Decide viajar solo (“Nunca es bueno
trabajar en compañía”) en busca de nuevos motivos para pintar del natural y se
queda 3 meses. Alice no soporta esta separación y le manifiesta en sus cartas
su tristeza y celos.
Alice y el artista no estaban casados. Camille, la esposa de Monet
había muerto en 1871; Alice continuaba casada con Ernest Hoschédé, quien vivía
en París y venía de tanto en tanto a verla. Monet no la tutea: lo hará sólo cuando estén casados (1892),
después de la muerte de Ernest. Las
caras alegres que menciona son los niños de ambos: dos de Monet y seis de Alice.
Monet, Calle en Bordighera, 1884 |
En sus cartas se queja de su incapacidad de plasmar en el lienzo la
luz rosada del lugar y el azul del mar; dice que haría falta “una paleta de
diamantes y piedras preciosas”. Este viaje dará como resultado 11 telas. Le
pide a Alice que lo reciba con champiñones y champán y espera poder fumar su
pipa en el diván del taller. Pero no será tan fácil: no le permiten sacar los
cuadros a través de la frontera, pues según la ley deben ser revisados antes por
una Academia Italiana. Como la más cercana es la de Génova, después de varias
gestiones infructuosas, se verá obligado a cruzar la frontera en dos coches por
un camino de cornisa, para evitar la aduana.
Fuente: Monet, C. Los años de
Giverny: Correspondencia. Madrid, Turner, 2010
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