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jueves, 22 de mayo de 2025

“El negro es un color”

 

 

Matisse, La lectora sobre fondo negro, 1939

Matisse y el sol negro

Te me estás volviendo muy exigente.

Después de tantos años del blog las preguntas y los temas que ustedes me piden cada vez son más complicados de explicar. ¿O seré yo?

Matisse, Taller en el Quay St.Michel,
1916

Esta semana tocaba en la planificación “Colores”. Pero ya te conté tantas cosas sobre ellos… Claro que es un tema inagotable, pero ¿realmente sería interesante hablarte de esto o lo otro? Revisé varios libros; no me convencía nada.

Sin duda, las clases son siempre fuente de inspiración. Estaba explicando la diferencia entre Manet y Degas con respecto al resto de los impresionistas, es decir, que usan negro. Me quedó la idea flotando en la cabeza. Y una idea lleva a la otra: Manet se inspira en Velázquez y Goya. Matisse se inspira en Manet. (Y Rothko se inspira en Matisse: sí, que en esto de la Historia de la Pintura todos aprendemos de todos.) 

Manet, El balcón, 1868

El uso del negro en Matisse: veamos.

Los impresionistas lo habían desterrado de la paleta. La razón era muy coherente: el negro ensucia los otros colores y, para llegar al negro, no hace falta usar negro y el resultado es más colorido. Aunque Renoir dice que fue pura casualidad: estaban pintando en el bosque, se les acabó el negro y siguieron pintando sin él. Bueno, los grandes hallazgos suelen surgir así, pero ¿será verdad? En fin, si estás pintando a 62 km de la próxima librería, no vas a ir a buscar expresamente un tubo de negro y volver, ¿no?

Manet, Retrato de Astruc, 1866

Cuando Matisse exponía y surgió el fovismo, Monet seguía activo. Me puse a revisar todas las obras de Matisse. No hay sólo una o dos con negro: son unas cuantas. O sea, lo utiliza de manera consciente.

Matisse, Grand interior en
rojo, 1946

Como ya te conté aquí, el arte de los fovistas se basaba en pintar con los colores puros, sin mezcla. Experimentaban con la interacción del color. ¿Qué pasa cuando juntas, p.ej., un rojo con un verde? Que se agrisan, pierden fuerza (lo vimos por aquí). La solución pasa por o bien transformar el rojo en un naranja (ni te darás cuenta de que no es rojo, mira aquí mi cuadro de geranios), o bien, delimitar esas zonas con negro, como si fuera un vitral o como pintaba Gauguin, inspirándose en la técnica del cloisonné, propia de la cerámica. De esta manera, tanto el rojo y el verde siguen vibrando, como si nada.

Gauguin, En el café, 1888

Matisse era un teórico del color. Alguna vez te traje sus escritos sobre arte (lo vimos por aquí). Así que fui a consultarlos de nuevo y de allí seguí con otros libros, como los de Gage (tienes la cita debajo): la cosa se fue complicando.

Matisse, Interior en rojo, 1948

Matisse se explaya bastante en sus escritos sobre el uso del negro como color y la influencia de Manet. Incluso tiene un pequeño artículo titulado “El negro es un color”. ¿Negro como color? Es que técnicamente es un valor (lo vimos por aquí), es sólo oscuridad, porque absorbe todas las ondas de luz. Es la suma de todos los colores.

Matisse considera que es luz coloreada, o sea, un color. De hecho, para llegar a un negro puedes optar por varios tipos de mezclas, p.ej., un azul de Prusia con un carmín o un tierra siena tostada. (Mira esta foto: es la base de mi nocturno veneciano, que en el cuadro terminado parece negro, pero no lo es. El nocturno lo puedes ver aquí.)

Base para "Nocturno veneciano" 


Sin embargo, para lograr la luz sólo tienes el blanco. (Pregúntale a Sorolla, a Zorn, a Sargent o a Turner…) ¿Cómo lograr la mayor luminosidad? Piensa en los artistas barrocos: nada mejor que usar el contraste de claroscuro (lo vimos aquí): fondo oscuro, luz que resalta. Según Matisse, es imposible crear luz con blanco. Es que hay un solo blanco. ¿Cómo lograr la luminosidad de esa luz de Niza, de Argelia, de Tahiti?

Matisse, El silencio que habita en
nuestras casas, 1947

Pintar un paisaje es fácil, en el sentido de trasmitir la atmósfera, las emociones que te surgen de él. ¿Pero representar la calidez de esa luz?

Matisse comenzó a pintar interiores rojos. Su taller tenía paredes blancas. Lo pinta en rojo para mostrar el calor del verano, la luz que se refleja en esas paredes blancas. Pinta lo que se siente, no lo que se ve. 

Matisse, El taller en rojo, 1911

Quizás su paso más arriesgado fue tomar la decisión de convertir esta habitación en rojo, cuando la había pintado primero en azul.

Matisse, Armonía en rojo, 1908

El otro paso decisivo fue con esta ventana. Pensando en el balcón de Manet y de Goya. Vemos un interior oscuro, a través de esa ventana, de afuera hacia adentro. ¿Es acogedor ese lugar o es amenazante? Nadie piensa en que hay monstruos ahí adentro. ¿Por qué? Y este cuadro fue decisivo también porque fue inspiración directa para los tan famosos rectángulos de Rothko (vimos algo por aquí).

Matisse, Puerta ventana en Colliure,
1914

Y luego, vino este cuadro, “Las calabazas”, que, según su propia confesión, fue la primera obra en la que usó el negro como color. Y de aquí en más se sucederán experimentos, uno tras otro, especialmente de interiores con paredes negras. Nadie piensa en que esos espacios son así en la realidad.  Cuentan que el traslado de taller a uno más oscuro provocó este cambio. O que la situación de la 1ra Guerra Mundial llenó su ánimo con la oscuridad. O que estaba entusiasmado con las investigaciones sobre la luz negra.

Matisse, Las calabazas, 1916

Uy, la luz negra, ésa que hace que los materiales de poliéster brillen en la oscuridad. La luz negra no lo es tal: se trata de ondas ultravioleta, que los seres humanos no podemos ver así nomás. Para poder percibirla, necesitamos aplicarle un vidrio especial.

Luz negra

Sea como sea, esos interiores negros son desarrollos que surgieron a partir de ese cuadro de la ventana.

Matisse, Interior con cortina
egipcia, 1948


Esas paredes negras son acogedoras, íntimas. Destacan a las figuras. Matisse busca la vibración del color. Por proximidad con un color vibrante el negro se vuelve colorido. Es lo que llamamos en Pintura el contraste simultáneo (lo vimos por aquí). Y el paisaje que se ve a través de la ventana se vuelve más luminoso por el tremendo contraste de claroscuro.




El más bonito, para mí, al menos, es el interior con violín: ambiente oscuro, con elementos en los 3 colores primarios y un paisaje lleno de luz que se adivina a través de las persianas.

Matisse, Interior con violín, 1916

Y lo más curioso: cuando le pidieron que escribiera un ensayo sobre el color, en la revista Verve, el diseño de la tapa, hecho por él, lleva un sol negro. Turner se preguntaba siempre cómo se pinta el sol. Es imposible: no hay pigmento que pueda representarlo con toda su fuerza. El sol emana luz pura; los pigmentos sólo reflejan esa luz. Pues Matisse encontró la solución: el sol es negro, pues reúne en sí todos los colores.

Portada Revista "Verve", 
"De la couleur", 1945

¿Qué cuadro de Matisse te gusta más?

Matisse, Tulipanes y ostras sobre fondo
negro, 1943


 

Fuentes: Gage, J. Color and Culture

Berkeley-Los Ángeles,Univ. of California Press, 1993

Gage, J. Color and Meaning. Los Ángeles, University California Press, 1999

Matisse, H. Escritos y consideraciones sobre el arte. Barcelona, Paidós, 2010

 

 

 

 



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