Caillebotte, Boulevard visto desde arriba, 1880 |
“Enmarque fotográfico”
Cuando uno da clases da por
supuestas muchas cosas. Llámalo “deformación profesional”. Uno está
acostumbrado a usar un vocabulario técnico o frases hechas, que los interlocutores no están necesariamente obligados a entender, y sin
planteártelo demasiado, pues es lo que sueles usar todo el rato.
Me pasó hace poco, explicando las
características del Impresionismo. Después de la clase, alguien se acercó a
preguntarme qué es eso del “Enmarque fotográfico”. Plop. Caí en la cuenta de
que lo que yo creía fácil y entendible para todos no era así.
No pasa nada: se explica y punto.
¿Y qué es el “enmarque
fotográfico”?
Vivimos con una cámara en el
bolsillo. ¿Quién no ha sacado una foto con el celular? Que levante la mano.
Nadie. Todos nos hemos acostumbrado a ver la realidad a través de la cámara.
Esto está integrado en nuestra vida cotidiana. Casi como que ya no sabemos
mirar sin ese rectángulo.
Degas, Lalala en el Circo Fernando, 1879 |
Pero no fue siempre así. Alguna
vez te comenté cómo los artistas utilizábamos herramientas especiales para
elegir y fijar nuestros motivos (lo tienes aquí y aquí): el “capturador de
vistas”, el espejo negro de Claude, la cámara oscura (que es la
tatara-tatarabuela de la cámara fotográfica).
Es recién en el sg. XIX cuando nace
la fotografía como tal. Es decir: que esa cámara logre una impresión
reproducible de la imagen que capturó. La primera fotografía es ésta, la de
Niépce, en 1827. Dejó la placa fotosensible a la exposición de la luz durante 8
hs.; por eso las sombras son incoherentes: muestran el cambio de la posición
del sol.
Niépce, Vista desde la ventana en Le Gras, 1827 |
Y apareció Daguerre, que le
propuso a Niépce perfeccionar su invento. Daguerre logró disminuir el tiempo de
exposición a 10’. En 1837 patenta su aparato como “daguerrotipo”. La foto que
te muestro es de 1838; es la primera en la que aparecen personas, aparentemente
actores contratados por él (un lustrabotas y su cliente). La patente fue
comprada por el Estado francés, porque se consideró que debía ser un invento
accesible para todos.
Daguerre, Boulevard du Temple, 1838 |
El desarrollo fue muy rápido. Las
cámaras portátiles aparecieron en 1888, por Eastmann Kodak. La Polaroid, la de
revelado instantáneo, en 1928.
Sorolla, Instantánea, 1906 |
Al comienzo, para tener una foto
de tu persona, había que ir a lo del fotógrafo. Poses estáticas, para aguantar
los 10’ de exposición, lámpara de magnesio como flash, y, por supuesto, en
blanco y negro (si querías una en color, te las pintaban con acuarelas: un
trabajo que hizo de jovencito Sorolla).
Dagnan-Bouveret, Una boda en lo del fotógrafo, 1879 |
Ya no tenía sentido posar para
que un artista pinte tu retrato. ¿Para qué, si el fotógrafo tiene tu imagen en
poco tiempo y con mejores resultados? Este invento cambió el rumbo del arte.
Sorolla, Franzen, 1903 |
Todos podían tener una cámara
portátil. Nuestra manera de mirar el mundo cambió: empezamos a ver el mundo a
través de una abertura con forma de rectángulo.
Sí, claro, los artistas estábamos
acostumbrados a elegir los motivos con los medios que te comentaba arriba, a
través de marcos o aberturas rectangulares (¿por qué el rectángulo? Lo vimos aquí). Pero el resto de la gente no.
Degas, En Les Ambassadeurs, 1876 |
Muchos artistas comenzaron a
experimentar con la cámara. P.ej.: Delacroix o Degas.
El caso de Degas es
significativo, porque los motivos que elige son como si hubiese estado buscándolos
a través de la lente de la cámara. En el caso del cuadro de la orquesta, nos
muestra al fagotista delante, cuando le correspondería el puesto de más atrás en
el foso del teatro. Como este señor es quien le encargó el cuadro, lo pone en
1er plano. Pero mira a las pobres bailarinas del escenario: sin cabeza. A nadie
se le hubiese ocurrido esto antes de la invención de la fotografía. ¿Cómo se le
ocurre “decapitar” a esas chicas?
Degas, La orquesta de la Ópera, 1870 |
Lo mismo con este cuadro de las
carreras de caballos. La carrera ya terminó, el público se está yendo. Los
carros y caballos, también. Mira el carro de la derecha: no lo muestra entero.
¿Dónde quedó la otra parte? A nosotros esto no nos llama la atención, pero para
los espectadores de esa época era algo inusitado. O lo muestras todo o no lo
muestras.
Degas, Pista de carreras, 1877 |
Lo mismo pasó con este puente de
Whistler (aunque aquí interviene otro factor, que es la composición de tipo
oriental): cuando mostró este cuadro, la gente se ofuscó porque el puente no es
así. Si lo pintabas, había que mostrarlo entero. No te da la impresión de que
sea un puente, no coincidía con la idea que teníamos de él.
Whistler, Nocturno en azul y oro, Old Battersea Bridge, 1872 |
Por la misma época tenemos a
Caillebotte, el pintor de las perspectivas forzadas, angulosas. Elige puntos de
fuga imposibles: ay, la cámara.
Caillebotte, Día de lluvia en París,1877 |
Pero lo que más llama la atención
es este ¿ejercicio?, ¿boceto? de la barandilla del balcón de su casa. Está
enfocando con una cámara (o simulando la visión a través de una lente). ¿De qué
va el cuadro? ¿Qué nos quiere mostrar? ¿Lo que se ve a través de la baranda? No,
no se ve nada. Nos está mostrando el diseño del hierro forjado. ¿Y eso? ¿Era
eso digno de ser pintado? Rotundamente, no.
Caillebotte, Vista a través de la reja del balcón, 1880 |
El caso de Sorolla es bien notable.
Como te decía antes, cuando era jovencito trabajó de ayudante en el estudio
fotográfico de su futuro suegro, pintando con acuarelas las fotos en blanco y
negro. Esto influyó tremendamente en su obra posterior. Pero Sorolla no usaba
la cámara. Su ojo era la cámara. Se había acostumbrado a ver de esa manera. Lo
sabemos porque, por ejemplo, tenemos la foto del artista pintando este cuadro
del natural, en la playa.
Sorolla, Niños en la playa, Valencia, 1916 |
(Imagen: diario Las Provincias) |
Este cuadro sólo se entiende a través de la invención de la fotografía. Una niña de espaldas, en close-up. Y la niña en mar plateado es una “foto” a contraluz. A nadie se le hubiese ocurrido pintar el retrato de una niña en la que no se divisan sus rasgos. No importa su rostro. Sólo el efecto de las luces.
Sorolla, Niña en mar plateado, 1909 |
¿Era la primera vez que un
invento cambiaba nuestra percepción? No. En el Barroco (especialmente, el
holandés), el uso de las lentes cambió nuestra forma de ver el mundo. Fue la
época de la invención del microscopio, que nos mostró un mundo ínfimo que no
sabíamos que existía.
Sorolla, 5th Avenue, Hotel Savoy, 1911 |
La fotografía también fue una
revolución en ese sentido. Nos hemos acostumbrado a mirar por un marco vacío
rectangular y a recortar y seleccionar la realidad que vemos a través de él. No
somos conscientes de hasta qué punto esto ha cambiado nuestra manera de
entender lo que nos rodea.
A este tipo de composición lo
llamamos “enmarque fotográfico”.
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