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jueves, 5 de diciembre de 2024

Matrimonio indisoluble

 

Still, Pintura con letra roja, 1957

Figura y fondo 

El otro día, cuando te hablé de los colores que te hacen sacar la tarjeta de crédito (lo vimos por aquí), surgió una polémica con respecto al logo de Carrefour. Que si es una “C” o no. Mensaje va, mensaje viene. Algunos ven la “C”; otros, no. No sé a qué se debe esto. Es una cuestión de percepción, sí. Pero, por qué unos sí y otros no, no lo sé.

Así que como anduve explicando a unos y a otros el tema, me pareció lógico saltarme la planificación de los artículos y comentarte lo que hablamos “off the record”.

Rothko, Sin título, 1954


Como te decía, este logo es una maravilla del diseño, una ilusión óptica. De esto hablamos hace un tiempo por aquí. Lo que está en juego aquí es la relación de la figura con el fondo. A ver: en Pintura, las figuras siempre van a estar ancladas a un fondo. Necesitan ese fondo: es condición necesaria para que haya Pintura. Tenemos un plano al que hay que llenar con “cosas”. Pero si esa relación es ambigua, es decir, si el cerebro del espectador no logra captar de inmediato qué es cada cosa, ahí hablamos de una ilusión óptica. (Como pasa con Escher.)


Escher, Peces voladores, 1949 (acuarela y
tinta)

Para entender esto tenemos que meternos en lo que en Pintura llamamos “Composición”, es decir, cómo distribuimos esos objetos/figuras en el plano. Hay muchas clases de composición y una de ellas es el tema que te traigo hoy.

Durante toda la Historia de la Pintura Occidental las soluciones fueron muy distintas. P.ej., en el Renacimiento se sentía la necesidad de abrir el espacio del cuadro hacia la profundidad, para dar mayor sensación de realidad. Inventamos la perspectiva lineal (lo vimos aquí), agregamos ventanas para mostrar un paisaje, etc. El problema era representar el espacio de manera fidedigna y ya está.

Della Francesca, La flagelación, 1470

Velázquez, Pablo
de Valladolid, 1634
Sin embargo, la cosa no estaba del todo resuelta. ¿En qué se pone el énfasis? Naturalmente en la figura, que es el foco de atención principal. Y aquí irrumpe Velázquez: hace desaparecer el fondo en algunos de sus retratos; ni siquiera hay línea de horizonte o de encuentro de pared con el suelo. Sólo detalla la sombra, para “aterrizar” a la figura. Manet, cuando vio estos cuadros, quedó descolocado. ¿Cómo puede ser que no se pinte el fondo? Es espacio puro, la figura aislada del fondo; no tenemos ninguna indicación sobre dónde está realmente.







Algunos artistas barrocos resolvieron el tema de otra manera. P.ej., Caravaggio o Zurbarán, los tenebristas, sacan las figuras de las sombras. Las figuras no tienen contorno continuo: emergen del fondo. No era el problema principal al cual se enfrentaban; de hecho, buscaban representar la luz, pero la consecuencia, en cuanto a este detalle de la composición, fue ésta que te digo.

Caravaggio, Crucifixión de San
Andrés, 1607


Braque, Mujer con
guitarra, 1913


Otra situación parecida se da con el Cubismo. Las figuras no tienen contorno. Explotaron en “cubitos” y perdieron su forma reconocible. Estos cuadros no eran fáciles de entender y tanto Picasso como Braque tuvieron que dar marcha atrás.











Matisse, cuando trabaja con fondos con arabescos de alfombras orientales y colores planos, también duda. Tiene que rodear el contorno de las figuras con negro, para destacarlas y que se despeguen de un fondo tan vibrante. A veces, en sus cuadros, apenas se distinguen los objetos. Cuando los fondos son complejos, abigarrados, no sabemos adónde mirar.

Matisse, Habitación en rojo, 1908


La discusión de relación figura-fondo se vuelve más frecuente en la pintura moderna, especialmente con el Surrealismo. Dalí trabaja con la doble lectura de las figuras, con ilusiones ópticas, pero sus fondos siguen siendo tradicionales.

Dalí, Adivinanza eterna, 1938


Pero, si vemos los cuadros de Magritte (oh, no, otra vez) aquí este problema pasa a ser ya el tema del cuadro. ¿Cuál es el fondo y cuál la figura?

Magritte, La llamada de las cimas, 1942


Podemos ver lo mismo en la pintura abstracta. En Still y en Palazuelo hay muchos ejemplos de esto. 

Palazuelo, Rima IV, 1958 (Imagen: Museo
de Bellas Artes, Bilbao)


También lo tienes en el “Cuadrado negro” de Malevich. ¿Cuál es el fondo y cuál la figura? En estos casos el negro juega un papel importante, pues tendemos a creer que esas zonas negras son un agujero, una abertura oscura. ¿Cómo lo ves tú?

Malevich, Cuadrado negro, 1915


Sin embargo, también puede suceder con otros colores.

Palazuelo, Ton-coeur, 1970

¿Y dónde está el truco del logo en cuestión? En que el contorno de la “C” no está completo. Tu ojo puede optar por rellenar lo que falta, por asociación, o, simplemente, obviar ese vacío.



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