Still, Pintura con letra roja, 1957 |
Figura y fondo
El otro día, cuando te hablé de
los colores que te hacen sacar la tarjeta de crédito (lo vimos por aquí),
surgió una polémica con respecto al logo de Carrefour. Que si es una “C” o no.
Mensaje va, mensaje viene. Algunos ven la “C”; otros, no. No sé a qué se debe
esto. Es una cuestión de percepción, sí. Pero, por qué unos sí y otros no, no
lo sé.
Así que como anduve explicando a
unos y a otros el tema, me pareció lógico saltarme la planificación de los
artículos y comentarte lo que hablamos “off the record”.
Rothko, Sin título, 1954 |
Como te decía, este logo es una maravilla del diseño, una ilusión óptica. De esto hablamos hace un tiempo por aquí. Lo que está en juego aquí es la relación de la figura con el fondo. A ver: en Pintura, las figuras siempre van a estar ancladas a un fondo. Necesitan ese fondo: es condición necesaria para que haya Pintura. Tenemos un plano al que hay que llenar con “cosas”. Pero si esa relación es ambigua, es decir, si el cerebro del espectador no logra captar de inmediato qué es cada cosa, ahí hablamos de una ilusión óptica. (Como pasa con Escher.)
Escher, Peces voladores, 1949 (acuarela y tinta) |
Para entender esto tenemos que meternos en lo que en Pintura llamamos “Composición”, es decir, cómo distribuimos esos objetos/figuras en el plano. Hay muchas clases de composición y una de ellas es el tema que te traigo hoy.
Durante toda la Historia de la
Pintura Occidental las soluciones fueron muy distintas. P.ej., en el
Renacimiento se sentía la necesidad de abrir el espacio del cuadro hacia la
profundidad, para dar mayor sensación de realidad. Inventamos la perspectiva lineal
(lo vimos aquí), agregamos ventanas para mostrar un paisaje, etc. El problema
era representar el espacio de manera fidedigna y ya está.
Della Francesca, La flagelación, 1470 |
Velázquez, Pablo de Valladolid, 1634 |
Algunos artistas barrocos resolvieron
el tema de otra manera. P.ej., Caravaggio o Zurbarán, los tenebristas, sacan
las figuras de las sombras. Las figuras no tienen contorno continuo: emergen
del fondo. No era el problema principal al cual se enfrentaban; de hecho,
buscaban representar la luz, pero la consecuencia, en cuanto a este detalle de
la composición, fue ésta que te digo.
Caravaggio, Crucifixión de San Andrés, 1607 |
Braque, Mujer con guitarra, 1913 |
Matisse, cuando trabaja con
fondos con arabescos de alfombras orientales y colores planos, también duda. Tiene
que rodear el contorno de las figuras con negro, para destacarlas y que se
despeguen de un fondo tan vibrante. A veces, en sus cuadros, apenas se
distinguen los objetos. Cuando los fondos son complejos, abigarrados, no
sabemos adónde mirar.
Matisse, Habitación en rojo, 1908 |
La discusión de relación figura-fondo se vuelve más frecuente en la pintura moderna, especialmente con el Surrealismo. Dalí trabaja con la doble lectura de las figuras, con ilusiones ópticas, pero sus fondos siguen siendo tradicionales.
Dalí, Adivinanza eterna, 1938 |
Pero, si vemos los
cuadros de Magritte (oh, no, otra vez) aquí este problema pasa a ser ya el tema
del cuadro. ¿Cuál es el fondo y cuál la figura?
Magritte, La llamada de las cimas, 1942 |
Podemos ver lo mismo en la pintura abstracta. En Still y en Palazuelo hay muchos ejemplos de esto.
Palazuelo, Rima IV, 1958 (Imagen: Museo de Bellas Artes, Bilbao) |
También
lo tienes en el “Cuadrado negro” de Malevich. ¿Cuál es el fondo y cuál la
figura? En estos casos el negro juega un papel importante, pues tendemos a
creer que esas zonas negras son un agujero, una abertura oscura. ¿Cómo lo ves
tú?
Malevich, Cuadrado negro, 1915 |
Sin embargo, también puede
suceder con otros colores.
Palazuelo, Ton-coeur, 1970 |
¿Y dónde está el truco del logo
en cuestión? En que el contorno de la “C” no está completo. Tu ojo puede optar
por rellenar lo que falta, por asociación, o, simplemente, obviar ese vacío.
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