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jueves, 15 de junio de 2017

Mármol, pincel y pluma

Miguel Ángel, poeta

Miguel Ángel, Capilla Sixtina, 1510
Miguel Ángel Buonarroti fue escultor, pintor, arquitecto y… poeta. Sí, poeta. Para un renacentista el arte era un todo, un camino que lleva a la perfección del ser humano, cincelando el alma y cultivando la razón.


Miguel Ángel, Pietà Rondanini, 1552



Capaz de dar vida al mármol como nadie, aceptó desafíos tremendos como los frescos de la Capilla Sixtina y la construcción de la cúpula de la Basílica de San Pedro. Sus figuras rotundas, potentes, viriles, marcaron un antes y un después en la Pintura. Lo mismo sus esculturas: el non finito de sus últimas estatuas dejaron abierta la puerta para la escultura moderna. 










Es el único artista vivo citado en las Vidas de Vasari, un gran reconocimiento, y Miguel Ángel le estuvo siempre muy agradecido (Vasari ya es bastante conocido por nosotros, te pongo los links debajo).

Miguel Ángel, Sibila de Cumas, 1510
Capilla Sixtina


Anécdotas de su vida hay muchísimas. Era de un carácter imposible, que hasta los Papas temían dirigirle la palabra. Pero toda esa potencia, tremendismo y rudeza se diluyen cuando toma la pluma y comienza a escribir. Sus poemas son elegantes y refinados, muestran un alma que busca algo más que martillar la piedra (¡oh, los escultores, tan sucios!, como decía Leonardopincha aquí), un alma sensible que busca la elevación espiritual. Al leer sus sonetos te das cuenta de cuántos estereotipos y etiquetas hay en la Historia del Arte que nos cuentan…









Miguel Ángel, fragmento del Juicio Final, 1510
Capilla Sixtina
Sus poemas tienen imperfecciones, no es un poeta profesional, no es lo suyo. Sus modelos son Dante y Petrarca y tiene que competir con Tasso o Ariosto, palabras mayores. Él lo sabía, nunca se creyó un poeta. Era un juego intelectual, una manera de canalizar con palabras y rimas su creatividad.











Miguel Ángel, Retrato Vittoria Colonna,
1540
Era algo conocido entre sus amigos: no te creas que ésta era una práctica oculta. Entre ellos se intercambiaban poemas, con los que se contestaban unos a otros. Algunos sonetos fueron publicados durante su vida. Dio su permiso en 1546 para que se editaran, pero el proyecto no se concretó. La primera edición se hizo en 1643 (él murió en 1564). Hay registrados unos 300, entre sonetos, madrigales, terceras y octavas; muchos de ellos están perdidos. Abarcan desde 1503 hasta 1560 y muchos sin fecha. Algunos son sólo fragmentos, sin terminar. Muchos están escritos detrás de hojas con dibujos. Los temas son muy variados: amorosos, dedicados a Tommaso Cavalieri; otros de índole espiritual, dirigidos a Vittoria Colonna; algunos, diatribas contra el Papa de turno; los últimos, religiosos, de un Miguel Ángel anciano que medita sobre nuestro destino final.    
       
del Piombo, Vittoria Colonna, 1520






Elegí para ti uno de los tantos sonetos que le envió a Vittoria Colonna, la marquesa de Pescara. ¿Quién era esta señora? Quedó viuda muy joven y se dedicó el resto de su vida al pensamiento y al espíritu. Escribió poemas amorosos, dedicados a su difunto esposo, y poemas religiosos. Sus opiniones eran muy respetadas y a menudo se le consultaba sobre la calidad de una obra de arte o literatura. A su alrededor se reunían ilustres pensadores y artistas.







Miguel Ángel, Piedad para Vittoria
Colonna, 1540


Miguel Ángel participó a menudo en sus tertulias, donde se discutía sobre una espiritualidad más personal e íntima, un cristianismo menos mundano y un acercamiento a la iglesia protestante. Se admiraban mutuamente. Ella le pidió un Cristo para su devoción personal. El artista le envió 3 dibujos, un Cristo Crucificado con ángeles (que, según ella, no había visto cosa más perfecta), una Pietà y un Cristo y la Samaritana (perdido). 








Atribuido a Miguel Ángel, Crucifixión,
Santa María de la Redonda, Logroño




Del pequeño cuadro quedan muchas copias. Cuando ella murió, el pintor agregó la imagen de su amiga como María Magdalena, junto a la Cruz. Hay una versión en Santa María de la Redonda, Logroño, España, y se cree que es el original.











Aquí está. ¡Cuéntame qué te ha parecido el Miguel Ángel poeta!

XLVIII (159)
“Por ser menos, alta señora, e indigno
del don de vuestra inmensa cortesía,
primero, al encuentro de ella, usar quiso
la mía con todo el corazón mi bajo ingenio.
Mas visto que para a tal hito ascender
no hay valor propio que abra el camino,
perdón pide mi extraviada audacia,
y de ese fallo más sabio vuelvo.
Y veo bien que yerra si cree alguno
que la gracia, que de vos divina llueve,
sea igual a mi obra caduca y frágil.
El ingenio, el arte, la memoria ceden:
que un don celeste con mil hechos
otro no pagará siendo mortal.” (1)

(1)    Versión al español de Luis Antonio de Villena, en: Miguel Ángel Buonarroti, Sonetos completos, Madrid, Cátedra, 2011


Fuente: Lamarche-Vadel, B. Michelangelo. Stuttgart, Belser V., 1986
Miguel Ángel, Cartas (selección D.García López). Madrid, Alianza, 2008
Miguel Ángel Buonarroti, Sonetos completos. Madrid, Cátedra, 2011
Vasari, G., Las vidas. Madrid, Tecnos, 2006

Aquí tienes los enlaces prometidos:
Leonardo sobre la pintura: ¿Qué es mejor: la pintura o la escultura?
Miguel Ángel le contesta a Leonardo


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