M.Venusti, Retrato de Miguel Ángel, 1535 |
“…Yo digo que la pintura es mejor
considerada cuanto más cercana está al relieve, y el relieve menos cuanto más cercano está a la pintura, por lo que a mí solía parecerme que la escultura
fuese la linterna de la pintura, y que de una a la otra hubiese esa diferencia
que hay del sol a la sombra. Ahora, después de que he leído vuestro libreto,
(…) he cambiado de opinión y digo que, si mayor juicio y dificultad,
impedimento y trabajo, no otorgan mayor nobleza, entonces la pintura y la
escultura son lo mismo, y para que sean consideradas así, no debería ningún
pintor ser menor en la escultura que en la pintura, lo mismo el escultor sobre la pintura que la
escultura. Yo entiendo la escultura como aquella que se hace por fuerza de
quitar, [mientras] aquella que se hace por la vía de añadir, es parecida a la
pintura. Basta que viniendo una y otra, escultura y pintura, del mismo
entendimiento, se pueda crear una válida paz entre ellas y dejar de lado tantas
disputas, (…) Así, quien escribió que la pintura era más noble que la
escultura, (..) mejor las hubiera escrito mi criado. Infinitas cosas, nunca
dichas, se podrían añadir de estas ciencias, pero como he advertido, se
necesitaría demasiado tiempo, y yo tengo poco, porque no sólo soy viejo, sino
que casi estoy en el número de los muertos. Por eso ruego me déis por excusado.
Y a vos me encomiendo y os agradezco cuanto sé y puedo por el excesivo honor
que me hacéis, no conveniente para mí,
vuestro Miguel Ángel Buonarroti
en Roma”
Pietà Rondanini |
Ésta es una carta de Miguel Ángel
dirigida a Benedetto Varchi, en Florencia, entre abril y junio de 1547. Varchi
le había enviado una Lección (Lezione), que había dado en la Academia
Florentina un mes antes, sobre la disputa de cuál es el arte más noble. La
polémica sobre el tema en esos tiempos era muy acalorada: entre los detractores
de la escultura como arte poco digno de un caballero, sucio y propio de
picapedreros, estaban Leonardo o Baltasar Castiglione (al que se refiere cuando
dice “quien escribió que la pintura era más noble…”). Entonces Miguel Ángel
tenía 72 años y acababa de hacerse cargo de la construcción de la Basílica de
San Pedro y del Palacio Farnese, por pedido del Papa Paulo III.
No hay que olvidar que él era
ambas cosas, escultor y pintor, además de arquitecto y poeta. Sabía de lo que
hablaba. Aunque, en realidad, él siempre consideró que su verdadera profesión
era la escultura.
En el próximo artículo le daremos
la palabra a Leonardo...
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Fuente: Miguel
Ángel, Cartas (selección D.García
López), Madrid, Alianza, 2008
Imágenes: Wikipedia
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