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jueves, 11 de diciembre de 2025

El negro, símbolo de elegancia

 

Sorolla, Clotilde en vestido negro, 1906


¿Alguna vez te preguntaste por qué el negro es elegante?

¿No habíamos quedado en que era el símbolo de lo oscuro, lo tenebroso, de la muerte? ¿No era que lo usábamos en el luto?


¿No necesita presentación, no?



Es muy raro que un color que tiene tantas connotaciones negativas termine siendo el preferido para ocasiones importantes y que nadie te lo discuta.

Incluso, últimamente (no sé si lo habrás notado) es parte de los uniformes de peluqueras, chef, camareros. Todos oficios relacionados con manchas: el negro lo oculta todo. O bien, relacionado con profesiones que revelan la autoridad, p.ej., los jueces o las togas de los académicos.

van der Weyden, Felipe el Bueno,
1450

El negro era un tinte textil muy difícil de conseguir y poco resistente a los lavados. Mientras se iban descubriendo nuevos tonos, el negro se resistía y, ya sabes, lo que es inaccesible pasa a ser un objeto exclusivo y de lujo. El que instauró la moda de vestirse de negro fue el duque de Borgoña, Felipe III el Bueno, a partir del sg. XV. Su corte era de las más lujosas de Europa (este ducado ocupaba sur de Francia, Suiza, Luxemburgo y los Países Bajos) y marcó la tendencia. Los tintes cada vez eran más accesibles y la nueva clase social de los burgueses se vestían con colores vivos, así que, para diferenciarse de éstos, el duque optó por imponer el negro para los nobles.

Por esas cuestiones dinásticas la zona de los Países Bajos del ducado de Borgoña pasó a ser parte de España. Y entonces, el negro también fue adoptado por la corte española.

Sánchez Coello, Felipe II, 1580


Sin embargo, hubo un detalle que impulsó este uso aún más: los españoles descubrieron en América el palo de Campeche, una resina que lograba un negro más estable, intenso y más fácil de procesar; la Corona española tuvo la exclusividad de su comercialización. Y, por supuesto, se puso de moda e invadió a todas las cortes europeas. El negro hacía resaltar los cuellos almidonados de encajes. Se convirtió en símbolo del poder, representando al soberano como un personaje virtuoso y austero.

Rembrandt, Dama y caballero en negro,
1633


Curiosamente, la Reforma protestante también influyó en este desarrollo. A pesar de ser un tinte caro y con el monopolio de comercialización por parte de los españoles católicos, Lutero lo adoptó como signo de austeridad y falta de ostentación, de renuncia frente al colorido de las telas y los colores litúrgicos de la Iglesia católica.

Hals, Regentes del Asilo de Ancianos, 1664


Así es como, por distintos caminos, se llegó a lo mismo: el negro, como símbolo de austeridad, sencillez, renuncia al colorido, templanza, elegancia. Mensaje contradictorio, porque, en realidad, el proceso de teñido era muy caro.

Renoir, Muchachas de negro, 1881


Fue recluido al luto con el Rococó: basta ya de negro, de oscuridades, vivamos la vida, disfrutemos de los colores. Hasta que llegó la Revolución Francesa y luego, la Revolución Industrial y las grandes ciudades: el negro se hizo popular y llenó las calles, claro que con tintes más baratos y menos estables.

Tissot, Hora del té, 1872

Se convirtió así en un color aspiracional, para aparentar un estatus más alto.

La consolidación como color elegante fue a partir del Little Black Dress de Coco Chanel, en 1926. Ella decía que una mujer sólo necesitaba una falda negra, un suéter negro e ir del brazo del hombre al que ama.



El negro te salva en todas las ocasiones, se puede usar todo el día sin problemas. No te arriesgas, vas a lo seguro.

Sin embargo, es un color difícil de llevar. No le queda bien a todo el mundo y según tu tono de piel habría que buscar matices más cálidos o fríos en el mismo tono. Como absorbe todos los otros colores, puede hacerte ver más pálido u ojeroso. Si te van a filmar en un estudio de TV, con luces potentes, mejor no lleves negro: dependiendo de la calidad de la luz artificial, las telas pueden verse desgastadas, grises, azules, sucias, todo menos negro profundo. A su vez, si lo combinas con otros colores, éstos destacarán más.

Negro+naranja

Pero en este sentido, cuando lo combinas, hay que tener mucho cuidado con el mensaje que das. Según la psicología del color, el negro añade emociones negativas al color con el cual lo combinas y puede acrecentar el contraste del color asociado; puede aminorar el valor emocional del otro color, dotándole de connotaciones de protección, misterio, autoridad, miedo. P.ej., lo típico, negro y naranja para Halloween: el naranja es un color dinámico, alegre, relacionado con el otoño; si lo combinas con negro, el naranja pierde esa alegría porque está rodeado por la noche y el terror. Rojo con negro te indican una pasión peligrosa.

Negro+rojo

Muchos te dirán que azul y negro es una pareja poco apropiada. El azul, que produce confianza y calma, combinado con negro alude a la oscuridad de la noche, que no necesariamente remite a lo peligroso, sino a lo misterioso o a la protección. Por eso, al unir la confianza y la protección o sentimiento de autoridad, se utiliza en colores corporativos o uniformes para dar sensación de profesionalidad (perfecta combinación para una entrevista de trabajo).

Negro+azul

Unido al verde es otra combinación extraña: el verde, que es referencia de la naturaleza y de la vida, con el negro no puede resultar bien. 

Negro+verde

Negro y blanco es el contraste máximo, incluso en el nivel emocional: día/noche, bien/mal; no hay grises, implica claridad, seguridad.

Negro+blanco

Al amarillo le apaga su vitalidad. Con dorado es expresión del máximo lujo y sofisticación.

Negro+amarillo

¿Y por qué lo consideramos elegante?

Negro+dorado

Al absorber todas las ondas de luz, la atención se concentra en la forma, en la silueta, no en el color (típico que ciertos aparatos electrónicos sean negros para apuntar a la funcionalidad y el diseño). Es atemporal, fuera de los vaivenes de la moda: puedes tener un abrigo negro por años… Comunica autoridad, autodominio, sencillez, misterio.

¿Qué te parece? ¿Cuánto ocupa el negro en tu vida?

 

Fantin-Latour, La lectura, 1877

Si te interesa el tema de las emociones y los colores, mira este artículo.


Fuentes: Heller, E. Wie Farben auf Gefühl und Verstand wirken

München, Droemer V., 2000

Museo del Traje. Modachrome. Madrid, Min. de Cultura, 2007

Thiel, E. Geschichte des Kostüms. Berlin, Henschel V., 2000

 

 

 

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