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jueves, 10 de abril de 2025

Los primos

 

Mauve, Autorretrato, 1884
Van Gogh, Autorretrato, 1888


Anton Mauve y Vincent van Gogh

Conocemos la vida de van Gogh perfectamente porque está documentada en sus más de 800 cartas a su hermano Théo. De ser un artista relegado, que trató siempre de llegar a ser alguien en el arte, pasó a ser un icono de nuestro tiempo (te conté por qué aquí).

Cuando una de las alumnas de mi curso del Impresionismo me dijo que quería tomar a Anton Mauve como tema para su ensayo, pensé: “¿Qué???? ¿Cómo llegó a este artista?”. Pertenece a la llamada Escuela de La Haya, que se inspiraba en las ideas de la Escuela de Barbizon (lo vimos aquí y aquí). Debería de haberle dicho que mejor eligiera a otro pintor, pero, considerando que es un impresionista “a la holandesa”, se lo acepté. ¿Por qué Mauve? Me llamó la atención, no es conocido. Pues resultó ser que había visto una película de van Gogh donde éste aparecía y le gustó su estilo de pintura. Ok, razón válida.

Mauve, Cabalgata en la playa, 1874

No hace falta que te explique quién era van Gogh, ¿no? ¿Y Anton Mauve?

Eran primos políticos. Mauve se había casado con Jet Carbentus, prima de Théo y Vincent por parte de madre, y habían tenido 4 hijos. Mauve era 15 años mayor que Vincent. Había logrado una posición como artista, era reconocido, y, como te dije antes, uno de los fundadores de la Escuela de la Haya, ese grupo de paisajistas que interpretaban con tonos grises los campos holandeses (¿cuándo sale el sol allí?).

Mauve, Recolectando algas, s.f.

Para los padres de van Gogh, Mauve era su niño mimado: afable, buenos modales, con reconocimiento profesional, buenos ingresos y con una familia bien constituida. Vincent lo admiraba. Decía que quería ser como él, con sus niños y esposa, un lindo taller, con conexiones en el mundo artístico y ventas de sus hermosos cuadros… En fin, una vida ideal, un modelo ejemplar. Pero Vincent no era como él.

Mauve, Un camino holandés, 1880

Era la oveja negra de la familia. Un bueno para nada. Una preocupación constante para su padre, pastor protestante, muy exigente con todos sus hijos.

Gracias a la ayuda de su tío Cent, Vincent, con 16 años, comenzó a trabajar en la galería Goupil en La Haya. Vincent no tenía idea de arte, pero aprendió rápido. Encontró un universo distinto, que lo atrapó de inmediato. Allí conoció las obras de los artistas de la Escuela de La Haya, entre ellos, las de su primo. Finalmente, la relación con su jefe resultó un desastre, como era de esperar, y, para evitar problemas con el tío, decidieron trasladarlo a Londres. Más tarde, lo mandaron a París, hasta que finalmente lo echaron en 1878. Vincent era especialmente conflictivo y no se atenía a las indicaciones de sus jefes en cuanto a ventas y el trato con el cliente.  En Bruselas se inscribió en la Academia de Bellas Artes y aprendió rudimentos de dibujo. (Había llegado hasta allí como misionero: otra cosa que terminó mal.)

Van Gogh, En el "Charbonnage Café", 1878

Entretanto, Théo trabajaba en la misma galería, primero, en la sucursal de Bruselas y luego, en la de La Haya. Solía ir a ver a menudo a Mauve a su taller, no sólo para visitar a su primo, sino también por cuestiones de la galería. En 1881 lo trasladaron a París. Théo no estaba conforme con su trabajo y quería dedicarse a la Pintura, pero finalmente decidió quedarse: no hay nada como un sueldo fijo.

Van Gogh, Joven con rastrillo, 1881

En 1881 los dos hermanos fueron a visitar a su primo. El encuentro para Vincent fue decisivo. Mauve le criticó sus dibujos, lo animó a seguir. Le recomendó que pruebe con carboncillo, pasteles y acuarela. Le dijo que vuelva a los 3 meses, con los ejercicios hechos con estos materiales. Era el apoyo que Vincent buscaba: decía que Mauve le había dado ánimos cuando más lo necesitaba.

Mauve, Ovejas en Dekkersduin, 1874

Probó los nuevos materiales. Detesta la acuarela, no la entiende. Prueba con el óleo. Van Gogh no espera a que pasen los 3 meses y lo va a ver de nuevo para rogarle que le dé lecciones. Mauve no daba clases: hace una excepción con él. Vincent, además, le pide plata para poder alquilar una habitación y estar cerca de su maestro. La decoró entera, compró muebles y se gastó todo el dinero. ¿Cómo sobrevivir? Pues le pide dinero a su hermano, con la amenaza de que, si no se lo da, se lo pedirá a Mauve. Théo, para evitar un escándalo familiar, se lo presta (y así será de ahora en más).

Van Gogh, Niño cortando hierba con 
una hoz, 1881, acuarela


Mauve le enseña todo desde cero. Le explica cómo pintar con manchas y por capas. Un día, Mauve fue a verlo a su estudio y se encuentra con que Vincent está retratando a una anciana, con ella posando ante él. A Mauve esto le pareció mal: lo lógico (así se enseñaba en las academias) era que pintara a partir de modelos de yeso, no del natural. Terminaron discutiendo furiosamente. Vincent reaccionó rompiendo sus acuarelas. Mauve se cansó, se burló de él y le dijo que le dará clases cuando a él le venga bien (o sea, nunca más).

Van Gogh, Joven tejiendo,
1881, acuarela

Vincent tiró los modelos de yeso a la chimenea: se rompieron en mil pedazos. Se dijo a sí mismo que los usará cuando no existan pies y manos de verdad. Acto seguido, fue a ver a su primo y le dijo que no le hable más de yesos. Mauve le prohíbe que vuelva a pisar su casa.

Van Gogh, Rincón del bosque, 1882

¿Qué le queda a Vincent? Decide ir a ver a su anterior jefe en Goupil, para mostrarle sus trabajos. Este le dice que los dibujos no se venden y que debería pintar acuarelas y, de paso, que se deje de pedirle plata al hermano. Piensa que todos se han confabulado contra él.

Van Gogh, Costa de Scheveningen 1882


En 1882 las cosas se pusieron muy mal cuando Vincent acogió a una prostituta embarazada, Sien, y a su madre en su taller. Le tenía compasión, pero, más tarde, nos enteraremos de que ellas se lo han tomado muy pragmáticamente y sólo les interesa el pelirrojo porque las mantiene, cuando Vincent está dependiendo del dinero que le dan su hermano y de su primo.  Esto fue la gota que colmó el vaso: Mauve no quiso saber más nada de él, era un caradura y todo esto era un tremendo escándalo que dañaba su propia reputación.

Van Gogh, La casa de la madre de 
Sien, 1882

Vincent intentó varias veces la reconciliación, pero Mauve no cedió. Vincent se quejaba de que todos lo habían impulsado a mendigar.

Van Gogh, Los comedores de patatas, 1885


No volvieron a verse. Vincent siempre lo consideró su maestro y, en cartas posteriores, siempre lo elogiaba y recordaba los consejos que le había dado como profesor.

Van Gogh, Terraza de café de noche,
1888


En 1888 Mauve murió sorpresivamente. Vincent se enteró dos meses más tarde, porque su hermana Will insertó en el sobre de la carta el recorte de la noticia del periódico. No lo podía creer. Le dedicó este cuadro como homenaje.

Van Gogh, Recuerdo de Mauve, 1888


Vincent era una persona muy difícil de tratar. Exigía a los demás tanto como se exigía a sí mismo y no era capaz de ponerse en el lugar del otro. Mauve fue su único profesor. Fue un alumno díscolo, con sus propias ideas de cómo debe de ser la Pintura. Mauve le enseñó el ABC de la Pintura y él se echó a volar.


Fuentes:  Naifeh, St.- White Smith, G. Van Gogh. La vida. Madrid, Taurus, 2012 

Van Gogh, V. The letters of Vincent van Gogh. Londres, Penguin Books, 1997

 

 

 

 

 

 

 

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