Bronzino, La adoración
de los pastores
Bronzino, porque era morenito. (A
la gente del sg. XVI sí que les gustaba poner apodos…) En realidad, no se sabe muy
bien cómo se llamaba: ¿Agnolo di Cosimo? ¿Agnolo Tori? ¿O Mariano?
Este señor de tantos nombres era
uno de los mejores artistas de la Florencia de los Medici. Vasari fue amigo de
él (te conté por aquí quién es) y le fue de gran ayuda, pues le dio información
de primera mano para su libro de las Vidas.
Para celebrar la Navidad este año
se me ocurrió traerte este Nacimiento un tanto diferente.
Estamos ya en 1550. Miguel Ángel había asombrado a Roma con la bóveda de la Capilla Sixtina y el Juicio Final. Así como todos los grandes artistas marcan un punto de inflexión, Miguel Ángel impuso una manera de componer y de presentar las figuras. La obra de Bronzino, en su estilo, es deudora directa de la pintura de Miguel Ángel. Y de Leonardo. Esto es lo que marca al último período del Renacimiento: el Manierismo (lo vimos por aquí).
Esta obra de Bronzino es un
ejemplo perfecto del Manierismo. Ya no hay serenidad, paz, equilibrio. Pasan
muchas cosas a la vez. Todos tienen algo que decir. Todos están muy inquietos.
Es que ha nacido un Niño, un Niño
muy especial.
Te espero en la presentación.
¡Te deseamos una Navidad
con
mucha alegría y paz!
Fuentes:
Brock,
M. Bronzino. Paris, Éd. du Régard, 2002
Cecchi, A. Bronzino.
London, Constable ed., 1997
Kauffmann,
G. Die Kunst des 16.Jahrhunderts. Berlin, Propyläen V., 1990
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