Caravaggio, La huída a Egipto, 1596 |
Belén y el Nacimiento, la
adoración de los Magos y la de los pastores, Herodes y la matanza de los
inocentes. Son todos sucesos que rodean al hecho del nacimiento de Jesús.
¿Cuántos cuadros hemos recorrido que hacen alusión a estos temas? Unos cuantos.
Pero hay uno del que todavía no
te he hablado: la huida de José, María y el Niño, ante la amenaza de Herodes de
matarlo. Si uno se pone a pensar, ¡qué mal tipo era! ¡Mandar a matar a todos
los niños de menos de 2 años para que uno de ellos no le quite su trono!
Demasiada crueldad (lo vimos por aquí, si quieres releerlo).
Tintoretto, La matanza de los inocentes, 1532 |
¿Y qué harías tú si te enteras de que tu niño corre peligro? A José se le apareció en sueños un ángel que lo puso al tanto y partió hacia Egipto. No era descabellado: allí había una comunidad judía de apoyo. El viaje no era fácil: había que cruzar el desierto.
En estos detalles se apoyaron
todos los artistas que abordaron esta historia.
Rubens, La huída a Egipto, 1614 |
Sin duda, la obra más llamativa
es la de Caravaggio. ¿Qué hace ese ángel en el medio del cuadro y dándonos la
espalda? Está tocando música, ¿por qué?
Bueno, ya sabes, Caravaggio era
un genio, pero un genio díscolo, prepotente y desafiante. Nada en él es de una
sola lectura: siempre hay algo más.
El ángel divide en dos el cuadro
y es la figura más luminosa. Sus alas son negras, de golondrina. Es de noche.
La Sagrada Familia se está escondiendo y descansando un rato. Están en medio de
un paisaje y no en el desierto, como sería lo esperable. José le sostiene la
partitura al ángel. La Virgen y el Niño duermen, agobiados. Es una escena muy
tierna, ¿no crees?
¿Qué música está tocando el
ángel? La partitura está perfectamente descrita en el cuadro: se trata de un
motete sobre el libro del Cantar de los Cantares, “Quam pulchra est”. Algunos
críticos suponen que la persona que encargó este cuadro tenía mucha afición por
la música. Otros dicen que en los autos sacramentales aparecía siempre un ángel
músico, para amenizar la representación; no sería nada extraño que Caravaggio
tome a éstos como fuente de inspiración.
Pero hay algo más, como ocurre
siempre con este pintor. La idea del ángel de espaldas la tomó del “Juicio de
Hércules”, de Carracci, su gran rival, que lo había pintado para los techos del
Palacio Farnese en Roma. En la obra de Carracci, la figura de espaldas
representa al Vicio. Hércules debe decidir si debe seguir el camino de la
virtud o del vicio. Caravaggio reinterpreta a esta figura: la despoja de su
carácter “vicioso” y la convierte en un ángel. Un dardo, enviado sutilmente a
su archienemigo.
Carracci, El juicio de Hércules, 1596 |
En el suelo, Caravaggio ha
diseminado diferentes objetos. Del lado de José, piedras, que indican el camino
de penurias que están llevando; del lado de María, plantas con significados
varios, como el laurel (la virginidad de María) y la rosa (la Pasión). Es como
si pudiéramos leer el cuadro de izquierda a derecha, como un camino que va
desde las dificultades a la esperanza.
Caravaggio no fue el primero en
pintar la huida a Egipto. Giotto, en la Capilla de los Scrovegni, ya lo había
mostrado: María, sobre el asno, con el Niño.
Giotto, La huída a Egipto, fresco Capilla de los Scrovegni, Padua, 1306 |
Carpaccio continúa con el esquema
tradicional. ¡Mira el paisaje y el manto de la Virgen!
Carpaccio, La huída a Egipto, 1500 |
Fra Angelico, en 1451, pintó
escenas de la vida de Jesús en las puertas del llamado “Armario de los
plateros” y aquí tienes su “huida a Egipto”.
Fra Angelico, La huída a Egipto, 1451, temple, Armario de los plateros |
Lorenzo Lotto en 1529 enfatiza en
la situación de peligro y tener que esconder al Niño. Aparece Santa Justina,
mártir, como símbolo de la firmeza ante la persecución.
Lotto, Descanso en la huída a Egipto con Santa Justina, 1529 |
Durero representó también esta
escena en su serie de “Los 7 Dolores de María”.
Durero, La huída a Egipto, Los 7 Dolores de María, 1495 |
En el ámbito de los Países Bajos,
Brueghel nos lleva a un paisaje increíble, con unas figuras mínimas; no hay
referencias al desierto, es un paisaje ideal. Patinir, en cambio, traslada la
historia a su tiempo.
Brueghel-Rottenhammer, La huída a Egipto, óleo sobre cobre, s.f. |
¿Ves? Caravaggio tenía muchos
ejemplos en donde inspirarse y, sin embargo, renueva totalmente la
representación tradicional de esta historia.
Patinir, Paisaje con la huída a Egipto, 1515 |
Luego de esta obra tan extraña, otros artistas hicieron también su aporte. Rubens y Rembrandt nos proponen una escena nocturna, con San José precavido y con miedo.
Rembrandt, La huída a Egipto, 1627 |
En cambio, mira la versión
de van Dyck: es María la que está recelosa ante lo que pueda pasar.
van Dyck, Descanso en la huída a Egipto, 1630 |
En España, Murillo toca el tema
varias veces y lo escenifica en su tierra, con personajes que bien podrían ser
sevillanos, contemporáneos suyos. Y Poussin nos muestra la variante francesa:
aquí tienes a la Sagrada Familia, en su vida de exilio.
Murillo, La huída a Egipto, 1650 |
Una misma historia, contada por
artistas tan diferentes, de lugares y épocas tan distantes entre sí. Todos han
puesto una parte de su sensibilidad, de su interpretación. Un niño amenazado y
una familia en huida hacia un país extraño.
Poussin, La Sagrada Familia en Egipto, 1655 |
Fuentes:
Graham-Dixon, A. Caravaggio: una vida
sagrada y profana.
Barcelona,
Taurus, 2010
König,
E. Caravaggio. Barcelona, Tandem V.,
2007
No hay comentarios :
Publicar un comentario