Estes, Supermercado en Broadway y 75th, 2000 |
¿Qué es el
hiperrealismo?
La semana pasada te contaba qué
se entiende por Realismo y te mencioné al pasar algunas derivaciones
posteriores de esta manera de encarar la Pintura.
Hoy te quiero llevar hacia el
final de los ’60, Estados Unidos.
López, Espejo y lavabo, 1962 |
El Expresionismo Abstracto es lo que se lleva, la pintura abstracta es lo máximo. (Lo vimos hace tiempo aquí.) La libertad creativa del artista es lo único que importa y ya el cuadro no tiene por qué estar referido a algo reconocible. Era un arte para entendidos y el gran público se sentía al margen de lo que estaba pasando. Pero la pintura figurativa seguía ahí: nunca se fue del todo. Surgió el movimiento POP (lo vimos aquí: ¡uno de los primeros artículos del blog!) como reacción a la nueva corriente abstracta. La idea era mostrar los iconos de la sociedad moderna con el lenguaje y técnicas propias de la publicidad, como una crítica bastante irónica sobre el consumismo en la sociedad americana. Enseguida tuvo aceptación entre el público, aunque también había muchos que se preguntaban si eso era realmente arte.
A comienzos de los ’70 aparecen
unos artistas que exageran aún más esta tendencia realista al tratar de llevar
a la Pintura el lenguaje de la fotografía. Los fotorrealistas tenían como fin
copiar una foto y llevarla al lienzo hasta en sus más mínimos detalles.
Estes, Avery Fisher Hall, 2003 |
No hay creación propia, salvo en el caso de que el artista haya sacado él mismo la foto y el encuadre sea de su elección. La cámara de foto diluye matices y profundidades; todo aparece más plano, todos los detalles tienen la misma importancia. Los contornos son más definidos y las sombras son más marcadas. Un artista que usa esta técnica imita estas limitaciones de la fotografía, pero eso no quiere decir que copie todo tal cual: nos da la sensación de que ha pintado hasta el más mínimo objeto, pero no siempre es así.
Enseguida se lo tildó de arte
comercial, de poco nivel. Se le prestaba más atención a la fotografía que
servía de modelo que al objeto mismo. Es totalmente impersonal: el artista se
escondía detrás de toda esa precisión; se evita toda huella de pinceladas, la
superficie del lienzo es totalmente lisa.
Otros menospreciaron estas obras
por ser meras copias de imágenes. Para lograr una mayor precisión proyectaban
la imagen sobre el lienzo y se los criticaba por usar estos medios mecánicos y
no dibujar ellos mismos. Sin embargo, la fotografía se usó en Pintura desde que
se inventó (p.ej. Degas era un fan de la cámara) y es un desarrollo de la camara
obscura a la que acudían los grandes maestros (te lo conté aquí). Proyectar
una imagen para trasladarla al lienzo es una herramienta más sofisticada y
moderna, semejante a la cuadrícula que se usó toda la vida para ampliar o
reducir dibujos.
Con el fotorrealismo se desarrolla
aún más el juego de meta-realidades que ya está implícito en la Pintura (lo vimos con Magritte); la Pintura es copia de la realidad: el cuadro ya es una
realidad diferente que se inserta como un objeto nuevo en ese contexto. En el
caso del fotorrealismo, la foto es una copia de esa realidad; el artista la
pinta en un cuadro que constituye una 2da copia de esa realidad. Y si le
sacamos una foto a ese cuadro, tenemos otra instancia más… Podríamos seguir
así, sin parar… Es un trampantojo (lo vimos aquí): quieren convencernos, al
menos por un segundo, de que eso es real.
Close, Retrato, 1975 |
El fotorrealismo derivó en hiperrealismo y actualmente casi ni se diferencian entre sí. La pretensión del hiperrealismo no es que el cuadro parezca una foto, aunque siguen mostrando superficies lisas, sin marcas de pinceladas. Ahora sí hay profundidades, perspectiva aérea, sombras coloridas, bordes difuminados… y el detallismo es extremo. En los retratos esto se ve perfectamente: el artista tiene un virtuosismo tal que la figura parece estar ahí. Ya no da la impresión de una foto plana. Se esmeran en representar fielmente las texturas: no sólo da la sensación de algo real y vivo, sino que también nos hace suponer que, si lo tocásemos, experimentaríamos lo mismo que si el objeto fuese real. No sólo es un trampantojo visual, sino también táctil, pues evoca la sensación que se hubiese producido a través del tacto.
Los temas son los mismos, pero
ahora hay sucesos, cosas que pasan, tratan de provocar emociones.
Los principales autores: Richard
Estes, Chuck Close, Claudio Bravo, Antonio López (aunque él dice que él no
tiene nada que ver con esta corriente), Gerhard Richter.
Bravo, Bodegón y paisaje, 1984, pastel |
Richard Estes es el maestro de los reflejos. La obra de Claudio Bravo abarca muchísimos temas: su manera de trabajar las texturas y materiales, cualquiera sea, es de una maestría insuperable.
El caso de Richter merece una
mención aparte. En su larga trayectoria incursionó por muchísimos estilos
diferentes, aunque la figuración predomina por sobre todos. Cansado de la
etiqueta de “fotorrealista”, desafió a todos mostrando cuadros borroneados: si
vamos a copiar la fotografía, ¿por qué no mostrar también aquéllas que han sido
mal tomadas, desenfocadas?
Son muchísimos los que trabajan
este estilo en la actualidad. Aquí te muestro obras de algunos artistas; de
otros, lamentablemente no puedo mostrártelas, pues al tratarse de artistas
vivos muchas de esas imágenes tienen derechos de autor.
Fuentes: Honour, H.-Fleming, J. Weltgeschichte der Kunst, Munich, 1983
Prendeville, B. La peinture réaliste au XXème
siècle. London, Thames & Hudson, 2001
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