navigation + slideshow

jueves, 23 de marzo de 2017

El pastorcito que fue pintor del Papa

Vasari y Andrea Mantegna

Mantegna, Camera degli Sposi, Palazzo Ducale, Mantua
1465-74  (Imagen: Wikipedia)
Hace tiempo te conté quién era Giorgio Vasari (1511-1574) y sobre su obra “Las vidas”. (Pincha aquí.) Le habían encomendado escribir una Historia del Arte, la primera, y tardó 10 años. En muchos casos suele ser la única fuente que tenemos, especialmente en cuanto a las biografías de los primeros renacentistas.

Hoy te traigo la historia de Andrea Mantegna (1431-1506). Según Vasari, era de familia muy humilde: era pastor e hijo de carpintero. Pero pronto mostró que tenía talento para la pintura y con 10 años es mencionado como aprendiz en el taller de Squarcione en Padua. Un niño prodigio, sin duda. No tenemos más datos sobre su infancia y sobre estos primeros años de profesión. 









A los 17 terminó su aprendizaje y comenzó a recibir encargos. Allí en Padua habían estado Petrarca, Donatello, F. Lippi y Uccello: el joven Andrea seguramente aprendió mucho de ellos. Y se casó con la hermana de los Bellini... Algo normal en la época: así se iban trasmitiendo de generación en generación los truquitos secretos del taller.

Óculo, Camera degli Sposi, Palazzo Ducale, Mantua,
1471



Su obra maestra es, sin duda, la Camera degli Sposi, para el duque de Mantua, Ludovico Gonzaga. En ella podemos ver cuánto había aprendido: la habitación es un verdadero escenario integral. El óculo (te lo expliqué aquí) es una maravilla de la perspectiva. 





Cristo muerto, 1464

Y su famosísimo Cristo Muerto es también una magnífica muestra de sus estudios sobre el escorzo, algo que los pintores renacentistas tomaban como un desafío al que había que vencer. Sus figuras son humanas, terrenales; revelan una preocupación por la anatomía, la exactitud en el dibujo, y muchas veces nos recuerdan a las estatuas griegas por su aplomo y presencia.







Epifanía, 1495-1505
Para la familia Gonzaga pintó muchísimas obras. Su arte era reconocido más allá de Mantua; era admirado por su virtud y buenas maneras, ¡él, que venía de una familia humilde! En 1488 el Papa Inocencio VIII le pide a Francesco Gonzaga que le envíe a su pintor a Roma. El duque accede, pues era un gran honor para él que su pintor fuera elegido por el Papa. Esto significaba un reconocimiento a su propio gusto y conocimientos artísticos y a la categoría de su corte. 



Duque Ludovico Gonzaga y su hijo,
Camera degli Sposi, 1471



Con una carta de recomendación del duque, Mantegna parte muy ilusionado: ¡trabajar para el Papa, en Roma! ¡Allí podía ver en vivo y en directo las pinturas de los grandes maestros y las obras de la tan amada Antigüedad! Pero la cosa no resultó como se lo imaginaba: el ambiente entre los pintores era muy tenso y no tenía casi relación con ellos. Pintó la Capilla Belvedere para el Papa (hoy ya no existe, fue destruida por el Papa Pío VI en 1780) y en 1490 ya estaba de vuelta en Mantua.










Hombre tumbado sobre una losa, 1470-80
Parece que en el Vaticano pagaban poco y mal: él estaba acostumbrado a los honores de la corte de los Gonzaga. Fíjate lo que nos cuenta Vasari al respecto:

“Se cuenta que el papa Inocencio, debido a las ocupaciones que tenía, no entregaba dinero a Mantegna con la frecuencia que éste habría querido. Por eso decidió pintar en esta obra algunas Virtudes en terretta (1), entre las que colocó la Prudencia. Un día que el papa fue a ver la obra, le interrogó sobre esa figura y Mantegna le respondió que era la Prudencia. A lo que el papa le dijo: ‘Si quieres que quede mejor, ponle al lado a la Paciencia’. Y por eso Andrea se calló, y esperó a acabar la obra. Cuando la hubo acabado, el papa se lo volvió a mandar al duque con honrosos premios.”

El Papa le dio una lección; sin embargo, no dejó de reconocer sus méritos como persona y artista.

Mantegna tuvo 7 hijos, 3 de los cuales fueron pintores como él. Murió a los 75 años.


Fuente: Vasari, G., Las vidas, Madrid, Tecnos, 2006

 1) Terretta era una técnica que se basaba en usar arcillas en los frescos, que daban como resultado una pintura monocroma, en tonos ocres.


2 comentarios :

  1. Linda historia! Suena curioso que la capilla belvedere fuera "destruida por el Papa Pio VI" ¿sería que se demolió para dar paso a la Sacristía de la basílica de San Pedro, que fue contruída en su pontificado??
    Muy entretenida tu página.
    Saludos, Rodrigo Alonso

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Rodrigo!
    En realidad, no. La Capilla Belvedere estaba situada en el Palazzo del mismo nombre. Los frescos de Mantegna se conservaron hasta el sg. XVIII, momento en el que se hizo una reforma importante y la capilla desapareció. El Palazzo es parte hoy de los Museos Vaticanos.
    Hasta pronto!

    ResponderEliminar