Darío de Regoyos,
Viernes Santo en Castilla
Regoyos: ¿lo conoces? Quizás sí,
quizás no. No suele estar entre los top ten, salvo que seas del norte de
España o seas un entendido en Pintura española moderna.
Hay otros artistas contemporáneos
suyos que se le adelantaron por el costado en la carretera. Expuso por todas
partes, fue premiado muchísimas veces; se codeaba con los grandes pintores de
la época, pero (siempre hay un pero) había otros que se destacaban mucho más
que él. P.ej., Zuloaga o Sorolla. ¿Sus obras eran de menos calidad? Visto en
perspectiva, no. Sin embargo, en su tiempo se le achacaba que el resultado de
su trabajo evidenciaba torpeza.
¿Torpeza? ¿Qué querían decir con
esto? Pues que sus cuadros no estaban bien acabados. Eso, según el gusto
español, pues en Francia los impresionistas justamente pintaban así.
Es muy difícil encasillarlo en
algún movimiento estilístico pues tuvo varias etapas que van del Impresionismo
y Puntillismo hasta el Simbolismo. Fue uno de los representantes de la llamada
“España negra” (y, de hecho, colaboró en un libro sobre ese tema), es decir,
esa España recia, aferrada a la tierra y sus tradiciones, de piedad trágica y
llena de melancolía.
Esta semana te traigo “Viernes
Santo en Castilla” para que lo veamos juntos. Me parece que define muy bien
quién era Regoyos.
Nos vemos en la presentación.
Hasta luego.
Fuentes:
Bozal, V. Darío de Regoyos. Madrid, Fundación Mapfre, 2011
San
Nicolás, J. Darío de Regoyos, Madrid, Galería Biosca, 1980
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