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jueves, 18 de agosto de 2016

Unos duendes traviesos, algún rey y unas cuantas confusiones


Los nombres de los colores
(4ta y última parte)

(Si te perdiste los artículos anteriores sobre el tema pincha en éste, ése y aquél.)


Vermeer, La joven de la perla, 1665



Esta vez nos toca hablar de los azules y los verdes, los colores del cielo y de la naturaleza.

Empecemos por el azul más preciado de todos, tan preciado como el oro: el azul ultramar (PB29) (1). Carísimo, incluso hoy (¡1 kg puede llegar hasta 20000 euros!).  









Miguel Ángel, Manchester
Madonna, 1497
Es lapislázuli molido y se extrae en una zona de la frontera entre Afganistán y Pakistán. De allí se llevaba a Venecia, gran centro de comercialización de pigmentos. A todos los productos importados se los llamaba “oltramarini”, de ultramar. Hoy se extrae también en Chile, Zambia y en Siberia. Ya Durero se quejaba de su precio: llegó a pagar con 4 grabados suyos 30g de ese azul, unos 12 ducados (hoy serían unos 1502 euros). En todos los contratos se debía estipular cuánto azul ultramar y cuánto de púrpura necesitaba el artista. Miguel Ángel tuvo que esperar a que llegue el azul para terminar el Juicio Final, y de hecho, hay una Madonna suya en la National Gallery de Londres que quedó sin terminar por esa razón. 



Hnos, Limburg, Las ricas horas del
Duque de Berry, Enero, 1411



Sólo el azul ultramar se debía usar para el manto de la Virgen.¿Y qué se usaba cuando no se tenía? Azurita, pero no tiene la luminosidad del azul ultramar. Fíjate en Las ricas horas del Duque de Berry: después de 6 siglos sigue brillando en todo su esplendor. Y es el mismo azul del turbante de la Joven de la Perla. Hacia 1824 en Francia se llamó a concurso para que alguien logre un azul sintético: ganó un francés, Guimet. Y es este azul el que viene en nuestros tubos.

Otro azul con nombre raro es el cerúleo (PB35). Es una mezcla de distintos cobaltos, que se fabrica desde el sg. XIX. El nombre alude a “caerulus”, en latín, relacionado con el cielo. Pero no siempre fue así, pues en latín medieval este nombre se aplicaba también al amarillo: así aparece en Plinio (¿cuándo no?) o en el filósofo Bacon.






Y ya que hablamos de cobaltos (PB28)… Naturalmente, es un elemento químico.  Pero la historia detrás de ese nombre es bastante curiosa. En alemán “Kobold” significa “duende”. En las minas de plata suele aparecer también el cobalto: los mineros creían que los duendes la escondían. En la oscuridad el cobalto brilla: pensaban que ésos eran los ojos de los mágicos usurpadores. Es azul, pero se vuelve verde cuando se calienta. 


van Meegeren, La cena de Emaús, 1945

¿Te acuerdas del artículo sobre el gran falsificador y estafador van Meegeren? Éste fue descubierto porque en sus obras había rastros de cobalto, pigmento que Vermeer no conocía, pues los pintores lo comenzamos a usar desde el sg. XIX, cuando se pudo fabricar en el laboratorio.






Rigaud, Luis XIV, 1701
Y el azul real es el azul de los reyes de Francia desde el sg XIII. Luis XIV tenía una predilección especial por este color, hasta tal punto que se diseñó un jubón con él.


Vamos a los verdes:  “viridian” (de “viridis”, verde, en latín) o verde esmeralda (PG18) es un verde muy intenso, que contiene óxido de cromo. Se comenzó a fabricar en Francia en 1838, para reemplazar al verde de Schweinfurt, super venenoso (¡se usaba como insecticida!). El verde veronés se llama así en honor a Paolo Veronese, pintor veneciano y que solía usarlo con matices muy luminosos.








El verde vejiga, otro nombre rarito, alude a que los pigmentos se guardaban en vejigas de cerdo para que se mantuvieran frescos; en este sentido se podría haber aplicado este nombre a cualquier otro color… En las lenguas anglosajonas se llama “verde savia”, que es un nombre más apropiado, pues es un tinte que se logra al hervir hojas de espino.

¿Y el verde cinabrio? El cinabrio es un pigmento que está presente en el bermellón, o sea, es rojo. (Ver post anterior) Se aplicó el nombre a este verde amarillento por una confusión con el latín: suponían que  “ver-million” tenía que ver con “verde”.

Veronese, Júpiter castigando a
los vicios, 1588
Y llegamos al final de las historias que hay detrás de esos nombres tan raros de nuestros tubos de pinturas. ¿Me he olvidado de alguno? ¿Quieres saber el nombre de alguno más? ¡Escríbeme y te lo cuento!


Fuentes: Doerner, M. Malmaterial und seine Verwendung im Bilde. Stuttgart, Enke V. 1989;
Finlay, V. Colores. Barcelona, Océano, 2004;
Heller, E. Wie Farben auf Gefühl und Verstand wirken. München, Droemer V., 2000;
notas personales









[1]  Éstos son los códigos correspondientes a estos pigmentos, ver post anterior. No cito los códigos de los colores que son mezcla de varios. Si pinchas en los nombres de los colores, podrás verlos en la página de vasaricolors.com



2 comentarios :

  1. Caramba Cristina, es una gozada aprender tanto contigo. Lástima que tenga que ser a distancia, pero al menos siempre queda la emoción de descubrir algo nuevo en cada artículo.

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  2. Gracias!!! Ésta es la maravilla de internet, que nos une a todos, incluso estando lejos...
    Un abrazo

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