Los nombres de los colores
(4ta y
última parte)
Vermeer, La joven de la perla, 1665 |
Esta vez nos toca hablar de los
azules y los verdes, los colores del cielo y de la naturaleza.
Empecemos por el azul más
preciado de todos, tan preciado como el oro: el azul ultramar (PB29) (1). Carísimo, incluso hoy (¡1 kg puede llegar hasta 20000 euros!).
Miguel Ángel, Manchester Madonna, 1497 |
Hnos, Limburg, Las ricas horas del Duque de Berry, Enero, 1411 |
Sólo el azul ultramar se debía usar para el manto de la Virgen.¿Y qué se usaba cuando no se
tenía? Azurita, pero no tiene la luminosidad del azul ultramar. Fíjate en Las ricas horas del Duque de Berry:
después de 6 siglos sigue brillando en todo su esplendor. Y es el mismo azul del turbante de la Joven de la Perla. Hacia 1824 en Francia
se llamó a concurso para que alguien logre un azul sintético: ganó un francés,
Guimet. Y es este azul el que viene en nuestros tubos.
Otro azul con nombre raro es el
cerúleo (PB35). Es una mezcla de distintos cobaltos, que se fabrica desde el
sg. XIX. El nombre alude a “caerulus”, en latín, relacionado con el cielo. Pero
no siempre fue así, pues en latín medieval este nombre se aplicaba también al
amarillo: así aparece en Plinio (¿cuándo no?) o en el filósofo Bacon.
Y ya que hablamos de cobaltos (PB28)…
Naturalmente, es un elemento químico.
Pero la historia detrás de ese nombre es bastante curiosa. En alemán
“Kobold” significa “duende”. En las
minas de plata suele aparecer también el cobalto: los mineros creían que los duendes la escondían. En la oscuridad el cobalto brilla: pensaban que ésos eran los ojos de los mágicos usurpadores. Es azul, pero se vuelve verde
cuando se calienta.
van Meegeren, La cena de Emaús, 1945 |
¿Te acuerdas del artículo sobre el gran falsificador y estafador van Meegeren? Éste fue descubierto porque en sus obras había
rastros de cobalto, pigmento que Vermeer no conocía, pues los pintores lo
comenzamos a usar desde el sg. XIX, cuando se pudo fabricar en el laboratorio.
Rigaud, Luis XIV, 1701 |
Vamos a los verdes: “viridian” (de “viridis”, verde, en latín) o verde esmeralda (PG18) es un verde muy intenso, que
contiene óxido de cromo. Se comenzó a fabricar en Francia en 1838, para
reemplazar al verde de Schweinfurt, super venenoso (¡se usaba como
insecticida!). El verde veronés se llama así en honor a Paolo Veronese, pintor
veneciano y que solía usarlo con matices muy luminosos.
El verde vejiga, otro nombre
rarito, alude a que los pigmentos se guardaban en vejigas de cerdo para que se
mantuvieran frescos; en este sentido se podría haber aplicado este nombre a
cualquier otro color… En las lenguas anglosajonas se llama “verde savia”, que
es un nombre más apropiado, pues es un tinte que se logra al hervir hojas de
espino.
¿Y el verde cinabrio? El cinabrio
es un pigmento que está presente en el
bermellón, o sea, es rojo. (Ver post anterior) Se
aplicó el nombre a este verde amarillento por una confusión con el latín: suponían
que “ver-million”
tenía que ver con “verde”.
Veronese, Júpiter castigando a los vicios, 1588 |
Fuentes: Doerner, M. Malmaterial und seine Verwendung im Bilde.
Stuttgart, Enke V. 1989;
Finlay, V. Colores. Barcelona, Océano, 2004;
Heller, E. Wie Farben auf Gefühl und Verstand wirken.
München, Droemer V., 2000;
notas personales
[1] Éstos son los códigos correspondientes a estos pigmentos, ver post anterior. No cito los códigos de los colores que son mezcla de varios. Si pinchas en los nombres de los colores, podrás verlos en la página de vasaricolors.com
Caramba Cristina, es una gozada aprender tanto contigo. Lástima que tenga que ser a distancia, pero al menos siempre queda la emoción de descubrir algo nuevo en cada artículo.
ResponderEliminarGracias!!! Ésta es la maravilla de internet, que nos une a todos, incluso estando lejos...
ResponderEliminarUn abrazo