Agosto, mucho calor para el invierno de Santiago. Reencuentro
con antiguas amigas, todas ellas, increíbles personas y magníficas pintoras. ¿Y
qué mejor que compartir lo que más nos gusta, o sea, disfrutar y aprender de
arte?
Primera estación: el nuevo espacio de exposiciones de Corpbanca (Centro Cultural Corpartes). La sala fue inaugurada con una muestra de Miró, 112
obras provenientes de la Fundació Miró, entre pinturas, esculturas y grabados.
Seguimos por la Av. Alonso de Córdova visitando galerías. De lo más
rescatable, Artespacio con Carmen Aldunate,
con sus damas renacentistas de siempre, amarradas y traspasadas con varas o
espadas; según ella, para representar el dolor de ser mujer. Y la Galería Isabel Aninat, con una exposición de collages
digna de destacar: María Elena Covarrubias presenta figuras de líneas
concéntricas y colores que dependen de su objetivo compositivo, con intersticios
blancos uniformes.
Y la última estación: cada ciudad tiene su museo y, para un artista, éste es una casa donde hay amigos a
los que hay que ir a ver (y quizás, ocasión para conocer a muchos otros). Y en el Museo de Bellas Artes hay una joven misteriosa a la
que se debe visitar.
El cuadro en cuestión es La
carta, de Pedro Lira Rencoret (1845-1912), también llamado La carta de
amor. Pedro Lira fue un pintor chileno, formado en París, muy reconocido y
premiado, propulsor del desarrollo del arte en Chile. Influido por el
romanticismo y el clasicismo francés, desdeñó totalmente a los impresionistas.
Son famosas sus discusiones con Juan Francisco González, por ejemplo, sobre la nueva manera de pintar.
La carta es un cuadro más
bien alargado (116 x 58 cm), angosto. Nos presenta la figura de una joven a
quien no le vemos el rostro. ¿Quién será? No hay mucha luz en la habitación;
adivinamos una hermosa alfombra, una silla, algún cuadro. Está de pie, pero no
estática: está llena de movimiento. Se
retuerce a manera de espiral, la famosa linea serpentinata del barroco. El
motivo: el objeto que esconde detrás de su espalda, la carta, y una puerta que
alguien está abriendo. ¿Quién es? ¿Por qué esconde la carta, a quién tiene
miedo? ¿Qué dice la carta? Esa mancha
blanca da sentido a todo el cuadro. Ella está sola, pero esa puerta que se abre
incorpora a alguien más en el cuadro: una ausencia que cobra presencia sólo por
la actitud de la protagonista.
Y el satén del vestido, magníficamente representado, que remarca aún
más ese movimiento repentino. ¡Cómo habremos sufrido con esos pliegues y
brillos al copiarlo!
(Si quieres saber más sobre las exposiciones o los autores que
menciono haz clic sobre cada nombre.)
cristinadelrosso.com // cristinadelrosso.artproject@gmail.com
Fuentes: Bindis, R. Pintura chilena: 200 años. Santiago, Origo, 2006;
notas personales, catálogos de las exposiciones
notas personales, catálogos de las exposiciones
Quién la sorprende? Por qué esconde la carta? En algún momento de nuestras vidas , en distintos ámbitos, hemos pasado seguramente por esa situación. Estar ensimismado en nuestros asuntos y de repente alguien inesperado aparece...
ResponderEliminarSí, tenés razón... Lo curioso es que Lira llamó al cuadro "La Carta" y enseguida la gente lo rebautizó con el nombre de "La carta de amor". ¿Qué otro tipo de carta podría haber sido????
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