Los colores no son sólo luz
reflejada que entra por nuestros ojos: ellos influyen en nuestro ánimo, tienen
distintos significados según parámetros culturales, psicológicos, subjetivos…
De estos aspectos nos vamos a ocupar de ahora en adelante.
Pintamos las paredes de nuestros
dormitorios con colores suaves y fríos para favorecer el descanso. Si a alguien
se le ocurriese pintarlo de un rojo vibrante, creo que tendría muchos problemas
para conciliar el sueño. El agua caliente se señala con rojo; la fría, con azul
y las láminas de anatomía nos enseñan las arterias coloreadas con rojo y las
venas, con azul!!!! ¿Y las señales de tránsito????
Haz una prueba: pon colorante
azul (por favor, ¡de los permitidos en la cocina!) a alguna comida, al arroz,
por ejemplo, o a la masa de galletas o bizcochos. Te apuesto a que nadie querrá
comérselos! ¿Por qué pasa esto? Porque el azul no es un color propio de los
productos que normalmente usamos para comer y nos produce rechazo y
desconfianza…
De estas cosas iremos hablando en
los próximos artículos sobre el color…
Pero antes de eso, valga como
resumen introductorio lo siguiente: