A cada uno su sombrero

del Rosso, A cada uno su sombrero, 2023

 El cuadro del mes

Este cuadro fue elegido por ti.

 La lista de los cuadros favoritos de mi web cambia todas las semanas. A veces uno adelanta a otro y queda primero. Otras veces se reparten los primeros puestos entre dos o tres.

 Este mes apareció éste. Siempre fue uno de tus preferidos. Pero este mes subió varios puestos y quedó entre los primeros.

 Es un cuadro que ha gustado mucho de entrada. A mí también me gusta. Quedé muy conforme.

Detalle de "A cada uno su sombrero"

Aunque me trajo muchísimos problemas. No porque fuera difícil de pintar, sino porque lo empecé mal.

 A veces, cuando un cuadro sale mal de entrada, es mejor empezarlo de nuevo. Pero, yo, como gran cabeza dura que soy, me resistía a borrarlo todo y volverlo a hacer.

 

Detalle de "A cada uno su sombrero"

Tú sabes, a mí me gusta pintar naturalezas muertas (o quietas) inspiradas en objetos de vidrieras (¿o escaparates para ti?). Detrás de ese tipo de composiciones, destinadas a entusiasmarnos para que compremos, hay una intención estética. Me gusta recoger esos motivos y darles una nueva dimensión, pensando siempre en la persona que estuvo detrás de esa composición (aunque no la conozca).

 Esta vez se trataba de una sombrerería muy antigua de Valencia. Cabecitas de maniquíes en distintas actitudes, tentándonos a que entremos a probarnos tal o cual sombrero. Fascinante. No te imaginas cuánto disfrutaba pintándolo. Pero algo salió mal, lo tuve que dejar por un tiempo largo, pues tenía que entregar otros cuadros antes.

 

Sombrerería Albero, Valencia

 

Cuando lo retomé, le encontré miles de defectos. Un cuadro que me desafiaba a cada paso. Lo peor era reproducir el estado emocional en mí que había hecho que me decidiera a pintarlo. ¿Cómo se hace eso? Para mí (no sé si a otros artistas les pasa lo mismo) es lo peor de interrumpir un trabajo por mucho tiempo.

 Ese motivo ya no me decía nada.

 

Detalle de "A cada uno su sombrero"

Finalmente, me rendí y empecé a pintar este cuadro encima, pero ahora inspirado en una sombrerería de Sevilla. ¡Qué cambio!

Sombrerería Maquedano, Sevilla
(Imagen: pinterest.es)

Entremedio, apareció en el horizonte nuestra mudanza.

 Con mucha pena me vi embalándolo, sin terminar, pensando en que había que meterlo en el contenedor y ¡quién sabe cuándo iba a poder reencontrarme con él!

 Pasaron unos cuantos meses.

 Volví a tenerlo en mis manos. E, increíblemente, lo pude pintar sin problemas. Cuando un cuadro va bien encaminado, es raro que surjan problemas. Recuperé la idea inicial; sólo había que continuar el trabajo. Era un gran desafío, pues tenía la frustración del anterior cuadro, y, además, tenía que reproducir otros tipos de sombreros, con otras texturas y colores, casi de memoria.

 De Valencia a Sevilla. Otros sombreros, otros looks.

 El sombrero dice mucho de quien lo lleva. Hasta tal punto que, si vemos el sombrero fuera de la cabeza de su dueño, nos podríamos atrever a hacer una descripción perfecta de su personalidad.

 Me llevó bastante tiempo terminarlo. Un detalle que falta aquí; una línea que hay que mejorar por aquí o que hay que retocar un reflejo.

 Quedé muy contenta con el resultado.

 ¿Y qué pasó con la sombrerería de Valencia? Si no sale ningún otro encargo antes, será mi próximo cuadro. Tengo pensado pintarlo en otro formato que creo que le irá mejor. A ver qué pasa. Otro desafío.

 ¿Te identificas con alguno de estos sombreros?

 ¿Qué opinas sobre esta nueva obra?

Si quieres saber más sobre este cuadro, puedes verlo en mi web pinchando aquí.

También lo tienes en mi galería de SaatchiArt.

 

 

 

 

 

 

 

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