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| Basílica de San Zenón, Verona (Imagen: Wikipedia) |
Mantegna, Pala de San
Zenón
Andrea Mantegna fue y vino por
toda Italia. Era un gran maestro, reconocido, halagado por todos. De Padua a
Mantua, a Roma y de vuelta a Mantua. Nos dejó la “Cámara de los esposos”, un
prodigio de la perspectiva. Su “Cristo muerto” era tan revolucionario que se lo
quedó para sí mismo.
Dicen que el fresco de la capilla Ovetari, en Padua, fue su gran obra maestra, pero lamentablemente fue destruido en la 2da Guerra Mundial. Queda muy poco de él; sin embargo, podemos contemplar otra gran obra suya: la Pala (o retablo) de la Basílica de San Zenón, en Verona.
Como todos los retablos es un
políptico, es decir, una obra que consta de varios paneles, con una unidad de
sentido. Pero también, lamentablemente, lo que vemos en Verona no es la obra
original. Las invasiones napoleónicas hicieron lo suyo y parte de este altar se
encuentra en el Louvre y en el Museo de Bellas Artes de Tours.
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| Mantegna, Pala de San Zenón, 1460 |
Cosas de la Historia: botines de
guerra. Al menos no lo esconden. Si te fijas en la página del Louvre, en el
apartado de la procedencia de la Crucifixión dice “adquisición por conquista
militar” y que pertenece al Estado francés.
De acuerdo.
Entonces, hoy te tengo que llevar
a Verona, a París y a Tours para poder explicarte por qué esta obra fue tan
codiciada.
Nos vemos en la presentación.
Te deseamos que tengas una feliz y santa
Pascua.
Fuentes:
de
Nicolò Salmazo, A. Andrea Mantegna. Köln, DuMont V., 2004
Vasari, G., Las vidas, Madrid, Tecnos, 2006
Welch, E. Art in
Renaissance Italy. Oxford, Oxford University Press, 1997
Notas personales


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