Ventura Rodríguez-Arribas, Fuente de Cibeles, Madrid, 1782 (Imagen: Wikipedia) |
Atalanta e
Hipómenes
Si estás o has estado en Madrid, seguro que has pasado por delante de esta
fuente, la fuente de la Cibeles. Punto de reunión de lo que sea, aunque compite
con otra que está más allá, la de Neptuno.
Cibeles: una diosa griega, la Madre Tierra, la que doma a la Naturaleza y
que es dueña de todos los animales. Su carro, con el que pasea por sus dominios,
está tirado por dos leones. Hoy te quiero hablar precisamente de ellos.
Colombel, Atalanta e Hipómenes, 1680 |
Había una vez una pobre chica, llamada Atalanta, cuyo padre la despreció, porque sólo quería hijos varones. La abandonó en un monte y una osa la amamantó, hasta que unos cazadores la descubrieron y la cuidaron.
Ya mayor, le juró fidelidad a Artemisa (Diana, para los romanos), la diosa
de la caza, y decidió no casarse, pues un oráculo había vaticinado que, si lo
hacía, se convertiría en un animal.
Herp, Atalanta e Hipómenes, 1650 |
Los pretendientes abundaban por ahí. Como ella era muy veloz, los retaba a
competir con ella en una carrera. Si alguno le llegase a ganar, ella se casaría con él;
si ella ganaba, los mataría. Y les ganaba a todos. Le daba a su contrincante un
poco de ventaja al principio y, cuando se acercaba a él, le arrojaba su lanza.
Así fue sacándoselos de encima, poco a poco.
Hasta que llegó Hipómenes. De nuevo el mismo truco. Pero Hipómenes había
sido aconsejado por Afrodita (Venus), la diosa del amor. Ésta le entregó las
manzanas de oro del Jardín de las Hespérides (lo vimos por aquí, ¿te
acuerdas?). (¿Qué pasa con estas manzanas, ¡por favor!) Durante la carrera, el
joven iba arrojando de tanto en tanto una de ellas. Atalanta se detenía para
recogerlas y así perdió la carrera. ¿Cayó en la trampa? ¿O Eros ya la había
alcanzado con sus flechas y se dejó ganar?
Hallé, La carrera entre Atalanta e Hipómenes, 1765 |
Fueron felices y comieron perdices. Hasta que metieron la pata. Profanaron
el templo de Cibeles con su amor y ésta (o Zeus, según otros) los convirtió a
ambos en leones. Y así se cumplió el oráculo. Cibeles, para culminar con su
castigo, los ató a su carro.
¿Sabías que los leones de la fuente de Madrid son Atalanta e Hipómenes? (La
fuente fue ideada por Ventura Rodríguez y ejecutada por Michel y Gutiérrez
Arribas, 1782)
Reni, Atalanta e Hipómenes, 1612 |
Por supuesto, no es la única vez que fue representado este mito en el Arte.
En Pintura tenemos ejemplos notables, como el cuadro de Reni, un prodigio del
Barroco. Es puro movimiento: las telas ondeando, para mostrar la velocidad; las
piernas de Hipómenes, tensionadas por la carrera; Atalanta corre y de repente
se agacha para recoger las manzanas… Todo, congelado en un instante. ¡Es como
una definición de lo barroco!
Todos los cuadros se basan en la representación de la carrera, con o sin
testigos, en distintos escenarios. Eros/Cupido aparece también, aunque sea como
una estatua.
Godward, Atalanta, 1908 |
Y no podemos dejar pasar las efigies de Godward, quien, a comienzos del sg. XX, pintaba de manera académica escenas y figuras de la Antigüedad.
Ah, la tentación… Si hubieses sido fiel a tu consagración a Artemisia…
Fuentes: Cansik, H.-Schneider, H. Der
Neue Pauly. Stuttgart, Metzler V., 1996
Grimal, P. Diccionario de mitología
griega y romana. Bs.As., Paidós, 1981
Ovide, Les Métamorphoses. Paris, Les Belles
Lettres, 2021
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