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jueves, 11 de octubre de 2018

Los antisistema



¿Qué es el Surrealismo?

Dalí, La jirafa ardiendo, 1936

Si hablamos ahora de grupos antisistema, de transgresores o de revoltosos en Arte, los surrealistas son los que lo inventaron todo. 


















Era 1916, en plena Guerra Mundial: unos artistas refugiados en Zurich se reunían en el Café Voltaire y, en medio del hastío de la guerra y la sensación de derrumbe de todo lo conocido, iniciaron una manera de ver el arte que no se había dado nunca hasta ese momento. 

Matta, Morfología psicológica, 1938


Duchamp, El gran vidrio, 1915
Había que destruirlo todo y volverlo a construir: había que regenerar el arte. Nada podía ser lógico o convencional: después de todo, lo racional había llevado a la guerra total. Por eso, ahora toca jugar con lo absurdo, anular la razón y dejar fluir el subconsciente. 











Se pusieron el nombre de “Dadá”: hay varias anécdotas de por qué eligieron este nombre, aunque probablemente el nombre no signifique nada. 

Carrington, Absolución de las arpías de Sardanápalo, 1958


Arp, Dibujo automático, 1916
Pero no eran los únicos: fue un fenómeno que surgió simultáneamente en varios lugares. Tampoco fueron los primeros: Duchamp ya había dado sus primeros pasos en USA. Tzara y Ball eran los cabecillas. 










Schwitters, Merz, Kijkduin, 1923
Arp hacía dibujos automáticos; Schwitters, sus “Merz”, composiciones con objetos disímiles encontrados por ahí; Duchamp descontextualizaba los objetos con sus ready-mades. Fue una gran tomadura de pelo y un misil a los pilares del arte tradicional.











Varo, La alquimia, 1955
André Breton coqueteó un tiempo con este grupo, mientras se asombraba con el psicoanálisis de Freud. En 1922 se distanció del dadaísmo y dio el puntapié inicial para el Surrealismo con su Manifiesto. El grupo se afincó en París.
















De Chirico, Cántico del amor, 1916
El Surrealismo pretende abrirnos a un mundo paralelo, el de los sueños, el del azar y el del subconsciente. La literatura, la escultura, la danza, la pintura, todas las manifestaciones artísticas sirven para canalizar esa suprarrealidad. Nos enfrentan a lo insólito, a lo absurdo, a fantasías imposibles. Las técnicas tradicionales artísticas ya no sirven: hay que ser espontáneo, dejar emerger el subconsciente, fuera la racionalidad y lo convencional. 








Picabia, El niño carburador, 1919
En pintura se da una yuxtaposición de imágenes insólitas, pero imagínate en música o en la literatura: resulta un conjunto de palabras o sonidos incongruentes, difícil de digerir. ¿Y en el cine? Piensa en Dalí y Buñuel con su “Perro andaluz”. Es la vuelta al caos: no pretendían que lo entendiéramos, simplemente no hay nada que entender. 










Y lo que queda es el gesto, el proceso. ¿Te suena esto? Estamos en 1924: la pintura gestual vendrá mucho después con el expresionismo abstracto (te lo expliqué aquí).


Tanning, Eine kleine Nachtmusik, 1943


Las técnicas eran de lo más diversas: montajes de objetos sin conexión entre sí, collages con materiales sacados de la basura y, como en Dadá, la escritura automática. Esto consiste en escribir velozmente, sin pensar ni en la gramática ni en la sintaxis, lo que se te ocurra, por asociación libre. E inventaron los “cadáveres exquisitos”: era una manera de dibujar o escribir en equipo, pero sin que el compañero viera lo que has hecho doblando la hoja y así hasta completarlo (seguro que alguna vez jugaste a esto). Tenían una oficina donde se podían registrar tus sueños o cualquier experiencia fantasmagórica. Max Ernst usaba el grattage y el frottage (lo vimos aquí).
 
Ernst, El gran bosque, 1927
Hacia 1924 Breton adoptó la ideología marxista para el grupo. La excepción fue Dalí, quien no tardó en ser expulsado. Ya se los había tildado de artistas degenerados y muchos estaban en la lista negra, como, p.ej., Ernst. Cuando los nazis invadieron Francia tuvieron que huir: muchos a USA, otros a México o a Cuba.

Magritte, Valores personales, 1952

¿Quiénes fueron los surrealistas? Breton, el líder. Luego, De Chirico (que se apartó al tiempo y fue denostado por el resto (puedes leer sobre él aquí)Magritte (lo vimos aquí), Ernst, Yves Tanguy, Picabia, el chileno Roberto Matta, el cubano Wilfredo Lam, Miró… Y no hay que olvidarse de las chicas: Remedios Varo, Dorothea Tanning, Anna Höch, Eleonora Carrington y Frida Kahlo, que no sabía que era surrealista hasta que Breton se lo dijo. Pero, el más importante de todos fue, sin duda, Dalí.
Dalí, Persistencia de la memoria, 1931

Su sueño era conocer a Freud. Cuando al fin lo logró, éste no le prestó mayor atención: lo consideraba un farsante. Le dijo que no le interesaba su “paranoia simulada” sino su “método de simulación”. ¿Qué le quiso decir con esto? Es que el surrealismo en sí encierra una paradoja: por más que intentemos desconectar nuestra lógica y la razón, el hecho de componer un cuadro, por más absurdo que sea, siempre implica una actividad consciente y racional.  No sé cómo le habrá caído esto a Dalí, pero si ves cualquiera de sus obras, entenderás perfectamente esto: hay un entramado mental previo con una intención de absurdo, de azar, de sorprender… Su truco es pintar objetos de manera realista pero combinados de manera insólita, de tal manera que adquieren un sentido ambiguo. Nada de espontaneidad.

Dalí, Adivinanza eterna, 1938


El arte contemporáneo actual le debe todo a esta gente. No hay nada nuevo bajo el sol: está todo inventado.

Fuentes: Breton, ¿Qué es el surrealismo? Madrid, Casimiro, 2017
Laneyrie-Dagen, N. Leer la pintura. Barcelona, Larousse, 2010





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