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jueves, 6 de abril de 2017

Más allá del arco iris

(Imagen: L. Vigo)

Terminó de llover y salió el sol: un hermoso arco iris creció desde el suelo. Fascinante, ¿no es cierto? Nunca nos deja indiferente. Una maravilla de la naturaleza.


del Rosso, Doppelter
Regenbogen, 1994


Desde siempre hubo artistas que se emocionaron como nosotros. Pintar el arco iris: ¡vaya desafío! No era algo fácil. Nosotros tenemos la fotografía para fijar la imagen y reproducirlo cuando se nos dé la gana, tenemos libros que nos dicen cómo es y cómo se produce… Incluso hasta podemos “fabricarlo” con un prisma de cristal.








Klee, Con el arco iris, 1917 (acuarela)
En el pasado sólo podían hacer un boceto del natural y pintarlo luego en el taller, si es que no andaban con las acuarelas. Los tubos de pintura se inventaron recién en el sg. XIX y la pintura al aire libre existía sólo para los acuarelistas. ¿Y cómo pintarlo? ¿Cómo lograr esos colores transparentes? Con la acuarela se podía lograr este efecto, pero ¿con las otras técnicas? Es luz y el resultado será siempre una mera imitación, una ilusión.

Génesis de Viena, El Diluvio, sg.VI





Sin embargo, los pintores lo hemos representado una y otra vez, con distintas intenciones y distintos resultados. Es algo bastante complicado y no sólo por su transparencia: ¿cuántos colores tiene el arco iris? Las respuestas a lo largo de la historia han sido bastante variadas: que 3, que 2, que 5, que 7, que 1000… 

Newton dice que son 7: es el primero que confirma científicamente que la luz está compuesta por luces de colores, pero 7, ¿por qué 7? ¿Es una convención? ¿Y cuáles son sus colores? Otra pregunta difícil de contestar. El problema radica en que, al ser luces, no hay límites definidos entre uno y otro. ¿Dónde comienza el amarillo y dónde el naranja? ¿Y en qué orden? Siempre la franja de colores fríos en el arco interior.

Kandinsky, Murnau con arco iris, 1909

No todos los artistas lo pintaron así, ¿por qué? El arco iris siempre fue igual en todos los tiempos. Los artistas dieron cuenta en sus cuadros de las elucubraciones de los científicos de su época. ¡Hubo muchísimas teorías a lo largo de la historia!

Giotto, Capilla de los Scrovegni, sg.XIV






A todos estos problemas agreguémosle el valor simbólico de este fenómeno de la naturaleza. Para casi todas las culturas es signo de buena suerte, de unión de la tierra con el cielo. En la Biblia aparece luego del Diluvio Universal, como signo de la Alianza entre Noé y Dios, símbolo de unión y de esperanza. En el Apocalipsis se lo menciona como símbolo del poder de Dios. Es por eso que en la Edad Media aparece en los halos, aureolas o mandorlas de las representaciones de Dios, Cristo o la Virgen (como Mediadora entre el Cielo y la tierra).

Grünewald, La Resurrección,
Retablo de Isenheim, 1512



¿Grünewald (del que hablamos bastante una vez, pincha aquí) se equivoca en el orden? ¿O quizás es que la fuerza de la Resurrección de Cristo hace que el violeta (color de la Cuaresma) se una a las tinieblas? ¿Es el arco iris visto desde la fuente de la Luz? 






Grünewald, Madonna Stuppach,
1517








Así parece, porque el artista sabía perfectamente cómo es: ¡mira su Madonna de Stuppach!




Rubens, Paisaje con arco iris, 1636
Las nociones de Óptica dan un salto cualitativo en el sg. XVII y eso también se nota en la Pintura. En sus últimos años Rubens pinta paisajes en los que incluye arco iris: ¿hay algo detrás de esto? Mucho: para un sabio del sg. XVII, como lo era él, podía aludir a lo pasajero, a la muerte cercana. Aunque también revela sus muchas ganas de conocer los avances científicos en cuanto al tema.

Tiziano, Venus y Adonis, 1560


Tiziano los representa con 3 colores y predominan los cálidos. No sabemos si lo que estamos viendo es efecto de una mala restauración o si ciertamente quiso pintarlos así. Tiziano trabajaba con infinitas veladuras y no es de extrañar que haya querido pintar sus arco iris con pinceladas transparentes, unas sobre otras.










Para los románticos, tan adictos a las inclemencias del tiempo (pincha aquí), es un recurso importantísimo. Ya no tiene la alusión a lo divino: sólo es una parte más de la atmósfera melancólica o dramática de sus paisajes.

Friedrich, Paisaje con arco iris lunar, 1810


¿Y un arco iris lunar? ¡Lo máximo para un romántico como Friedrich! (¿Sabías que existían éstos? Yo no, me acabo de enterar escribiendo este artículo.)



Millais, Muchacha ciega, 1856




¿Y los dobles? ¡Doble fascinación! Ejemplos de cuadros con este tipo de arco iris hay muchísimos. Quizás el más emblemático es el de Millais: la niña le cuenta a su amiga ciega lo que está viendo… Se cuenta que el pintor se equivocó (pintó los 2 arcos iguales y no el 2do invertido, como corresponde) y un amigo se lo corrigió.












También los impresionistas lo incluyeron en sus obras, hay muchísimos ejemplos; justamente ellos, los amantes de la pintura al aire libre, los que querían capturar la luz de la naturaleza, el instante pasajero, no lo podían ignorar.

Pissarro, Llanura de Épluches con arco iris, 1877
¿Y en la pintura moderna? Con el paso del tiempo fue perdiendo las connotaciones de esperanza, de unión con lo divino, y quedó fijado como símbolo de la armonía cromática, de la luz como fuente de todos los colores. 

Quizás estemos hablando de lo mismo, sin darnos cuenta.

Rosenquist, Arco Iris, 1961 (Ludwig Museum)


Fuentes: Gage, J. Color and Culture. Berkeley-Los Ángeles, Univ. of California Press, 1993
Gage, J. Color and Meaning. Berkeley-Los Ángeles, Univ. of California Press, 1999
Welsch, N.-Liebmann, C.Chr. Farben. München, Elsevier V., 2004


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